martes, 1 de marzo de 2011

Pequeñas historias de un niño llamado Max

El pequeño Max está dibujando en clase. Mientras la profesora se esfuerza en dar la lección Max la dibuja en un columpio, con el resto de la clase subidos en motos, dragones y tortugas de balancín con muelle, girando y botando mientras aprenden a sumar. La profesora regaña al pequeño Max por no prestar atención y perder el tiempo en clase y lo envía al despacho del director. Max recorre el pasillo cabizbajo soñando con una escuela mejor cuando ve a los matones del cole. Se esconde detrás de una fuente eléctrica y por esta vez escurre el bulto pero un cable pelado hace chispa y decide echarle agua antes de que prenda. El pequeño Max tiembla como hoja de lúpulo en una tarde de tormenta.

3 comentarios:

el ogro dijo...

Juasjis. Este final es descojonante. Yo creo que funcionaría hasta sin el resto: como hoja de lúpulo ante la tormenta me he quedado.

rotura más cachonda que nunca dijo...

...y què tal otra de:

el pequeño Max va a la ópera????


o

de cómo el pequeño Max conoce a Bukowski????

o

de cómo el pequeño Max acaba en un prostíbulo japonés??????

...

no sé

...

fluye fluye

PD. y sobretodo no olvides hidratarte con lúpulo de cerveza ante la tormenta

Zar, vino real dijo...

Pues lo de la ópera es petición de la Enana también o sea que tiene que ser combinación ganadora. y lo del prostíbulo japonés...le iré dando vueltas

a lo de la cerveza me pongo ahora.

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