sábado, 25 de julio de 2009

Epígrafe (4)

"Deberíamos aprender a vivir mucho más en
las escaleras",

Georges Perec, Especies de
espacios

martes, 21 de julio de 2009

Danza de Muerte

Para Textando

Cuán ardua tarea la mía
la noche se cierra oscura
sobre el Ático

Llega ya la melancolía
es la partida una tortura;
más se bebe rico

Sus miembros están reunidos
entorno al bello cadáver
ese exquisito

El primer canto, quejidos
ai! pronto pasa el haber
cuán presto, éxito

Burrot grande el ¡Para! Texto
Quilla empezó en un auto
Enana cronista

Caballero, eterno anexo
Zozobra guante incauto
!Ogroísta!

Leli, la reina de la república
popular, la.. república
popular

¡Os invito al Averno!

lunes, 20 de julio de 2009

ATICO-CITA, A modo de presencia

-Ostipa! jo no podré ser-hi! Me'n vaig a Lapònia, a la recherche d'arrels perecquianes...

- vols dir Polaina...

- és el que he dit: Bolònia!

-ehhh... pues se va a liar parda.

-merda, i doncs? l'Àtic ex cita...

-Mmmm, ¿l'Àtic o cita'l?

'El lunático ha dicho: ¡no hay (A)Dios!'
(Salmo, refrito por Sargentus Parnásicus)

domingo, 19 de julio de 2009

Epígrafe (3)

"La distancia más corta entre dos puntos, cuando aparece un obstáculo, es la línea curva",

Galileo Galilei, Bertolt Brecht

viernes, 17 de julio de 2009

Epígrafe (2)

Nada está construido en la piedra. Todo está construido en la arena. Pero debemos construirlo como si la arena fuese piedra.

J.L.Borges

Monterranasaurio

"Cuando despertó, la rana ya no estaba allí..."
El Sapo Treze.
P.S.: ¿Vale por lo menos para quedarme en el banquillo de los acusados?

miércoles, 15 de julio de 2009

Dar voz a la bombina (Donde se cuenta su verdadero final)

A veces el cansancio, la pereza o simplemente la desidia le hacen cometer al narrador actos de meridiana injusticia al soltar muletillas del tipo "para abreviar".

El sapo -sí, Zozobra, tienes razón: es un sapo, no una rana- bombina bombina (para los incrédulos, visiten: http://www.alaquairum.net/bombinas.htm ) mandó a un miembro del colectivo un sobre lleno de babas, con varios mosquitos estampados, sumergible y resistente a las pestilentes aguas de la charca que contenía la siguiente nota:

[La caligrafía a sapos se torna ilegible; la cursiva, como se verá, parece no responder únicamente al efecto de escribir sobre las ondas.]

...recuerdo que aquella lejana mañana un vendaval, un huracán asoló la soledad y calma de la charca: el vuelo ondeado de unas cortinas dibujaba peligrosos arabescos en el aire que en el agua se traducían en tsunamis demasiado peligrosos como para practicar surf sobre algún nenúfar. Capeado el temporal como pude, unos enormes faros sondeaban las alturas desde su atalaya. La mirada, mezcla de suficiencia y altanería, venía acompañada de una mueca de asco por haber metido una gigantesca anca en mi agua estancada. Quedé paralizado ya que la súbita presencia había encendido en mi vientre granate - mutado a colorado - una esperanza. Quizás debe explicarme. Las bombinas vivimos entre cinco o seis rotaciones de la tierra en torno al sol. Yo ya llevaba, si los ciclos no me fallaban, cinco. Uno de los efectos colaterales de la metamorfosis en la que poca gente ha caído es que acabas adaptándote a la escala de tiempo de tu última forma o estado. Eso me ha llevado a escribir en una de mis nervadas hojas favoritas una aporía temporal que no se os escapará a los bombines. Si volviera a ser el que fui, cuántos años hubieran pasado para mí. Harto estaba de buscar desencantadoras chicas que me dejaban cada vez desencantado -quiero decir triste-, sin sacarme de mi condición de batracio inquisidor y de ese meandro sin salida. En aquella ocasión intenté con mis reducidas dotes de ligón de piscina maloliente persuadirla de mi desgracia en su versión convencional, alardeando de lo que alardean mis compañera de especie, las ranas toro. Pero no hubo manera. Demasiado poca retórica para tamaña empresa.

Así que, aparte de dejarme anclado en mi especie y -lo más grave- no resolver el enigma de mi vida, aquel no beso me condenó a una pronta desapo

Aquí la nota acaba abruptamente. El resto de la historia, camaradas, ya muchos la habéis contado de insuperable manera.

El Burrot Català

La rana que quería ser feliz

(versión libre de la rana, por pere rovira)

Tranquilamente, caminaba ella por el paseo, faldas en ligero pero suficiente contoneo. Mirada alta pero suficientemente ligera para poder posarse sobre lo que atrayera su atención. Entonces, y para abreviar, se volvió hacia la rana, y la rana le dijo:

- ¡Cuidado! Casi me pisas.
- ¿Y tú de dónde sales? - contestó sorprendida ella.
- Soy un príncipe. Es decir, era un príncipe. Quise abdicar y me convirtieron en rana.
- ¡Quiero besarte!
- Te lo agradezco, pero aunque al principio pasé una depresión de caballo, he llegado a la conclusión de que prefiero ser rana que príncipe.
- ¿Por qué? Podríamos vivir juntos, tendríamos dinero, hijos, seríamos felices. ¿Acaso no te gusto?
- Eres guapilla, sí. Pero no eres tú el problema. Me gusta ser rana. Soy feliz croando. Soy feliz en la charca. Soy feliz escondiéndome de los muchachos y evitando que chiquillas como tú me aplasten con sus afilados tacones.

Y, contoneando ligeramente sus faldas y sus dudas, ella siguió caminando. Al poco, sin embargo, se dio la vuelta. Algo no cuadraba. Buscó a la rana. La apresó violentamente. La besó a la fuerza.

-A mí nadie me dice que no. Y menos una rana, imbécil.

Y ahora sí, tranquilamente, siguió caminando en dirección a Atocha, sin ni siquiera esperar a la transformación de la rana en príncipe.

Como la vida misma.

Enésima versión (a expensas del juicio que acaba bien...)

Entonces: adverbio.
-¡Sé no, sé no! - exclamó el Mastodonte del Sí (que amamantó a dos italianos que aun con bombines de leche -mientras follaban al grito de "¡Seno, él ama camaleones!"- fundaron Morfentera, donde había versiones de azúcar para lamer. Se cogieron tal viaje que el metatexto les duró toda la paramorfosis. Y a la mañana siguiente mientras llamaban a la puerta pensando que nadie se acordaría de nosotros, retumbó: ¡CROA! (Comité de Ranas o Armadillos))

por Lenyn Timar


PORQUE TÚ
NO
LO VALES


DIA 15: LA HORA DEL JUICIO

martes, 14 de julio de 2009

Nona versión de la rana transformada

Nunca la tranquilidad caminó ella por el paseo, las faldas que recibían mal ese nombre, el sinuoso movimiento que reta el vuelo. Mirada digna pero superviviente que la obliga a fijarse en lo que merezca atención. Entonces, no entraremos en la retahíla de sus desventuras, se volvió hacia la rana, y el amfibio dijo:

-Besáme, soy un prínsipe.

Su tacón afilado se insertó con sinuoso sonido en la verdosa viscosidad del sapo.

-Créeme, no estoy yo para aguantar borbones gangosos.

Recordó, sin embargo, el poder alucinógeno de las ranas venenosas sudamericanas y le dió un lametón. Mientras sus mal llamadas faldas seguían su último contoneo, ella caía al suelo del paseo. Se adentró en los filamentos de la tela del cuadro de un pintor loco, entendió la holografía de la costa de Formentera, proyectó una inmobiliaria en Camerún, e inició un viaje que la llevaría por varias regiones paratextuales: se hizo epígrafe, se intituló reina de la República, notó que las citas comían sus pies y se distendió como clara de huevo hacia las orillas del texto. Murió sin tiempo para echar de menos a la rana.

Por Zorra Alevín.

domingo, 12 de julio de 2009

El octavo pasajero, por El ogro del Sí

Caminaba yo por el paseo sin prisa pero sin demora con mis pensamientos al viento y algún que otro remordimiento en la recámara. Llevaba la mirada gacha y casi no quería levantar cabeza para no tropezar con ninguna piedra. Entonces como no había tiempo que perder decidí encontrarme con un bombín y el bombín, que había decidido quedarse allí tal vez con la intención de confundirme sacó una voz de su interior de fieltro y me dijo:

-Patéame que no llevo piedra dentro.
-¿Y eso cómo puede ser? Serías el primero -le contesté yo sabedor de lo peligrosos y embaucadores que pueden ser los bombines- en la historia de los sombreros con sorpresa.
-Que no hombre, si no me crees mira en mi interior. Yo no tengo nada que ver con sombreros que se tragan serpientes que se comen elefantes, ni tengo tres picos, ni soy de copa. Si ni tan siquiera me ha hecho un sombrerero loco, hombre...
-Pues no sé yo ¿eh?. Es que si intento mirar debajo a lo mejor me muerdes, que sois muy traicioneros los bombines. Además anoche estuve viendo El condón asesino y me da cierta paranoia. ¡Quién sabe si no me transmites alguna enfermedad!
-¡Que no hombre, que no! Que debajo de un sombrero siempre hay una buena cabeza, la mayor parte de las veces calva, pero eso ya es otra historia.
-No sé yo, no sé -le contesté todavía pensando si merecía la pena seguirle el juego.


Entonces, sin previo aviso, le di un patadón tremendo y salió volando por encima del pretil del paseo hasta que fue a dar con su absurdo cadáver (yo pensaba en ese momento que lo había asesinado del puntapié) en la superficie del mar y allí siguió hasta que yo, con mis remordimientos renovados, me lancé también al mar y me agarré de su ala. Entonces el ala comenzó a tirar como si se tratara de una lancha motora y me arrastró con él. Cruzamos el charco y llegamos a Mar del Plata. Los argentinos me cansaron y pronto me fui a Marsella donde conocí a un pintor tonto pero que hacía bien su trabajo. Tras esto me fui a Isla Mauricio a abrir una sucursal bancaria, pero como no me salían las cuentas pronto me agarré de nuevo al ala y seguí navegando hasta Australia. Allí me hice amigo de un aborigen barbudo que me obligó a comer unas yerbas y a darme cuenta de que mi destino estaba en Europa. Me compré una caracola menorquina que me teletransportó mágicamente hasta la isla. Conocí a un alemán que había sido chamán en Méjico y me dio a probar el peyote. Nos caímos bastante bien y hacíamos el amor todos los días enroscados en las olas que rompían mansamente sobre los riscos de la playa. Me llevó con él a Berlín, donde conocí a una bombina de la que me enamoré locamente. Kreuzberg me flipó. Y no, no eché de menos a la rana.

sábado, 11 de julio de 2009

Séptima versión

Pese a la desesperación que la había empujado a subir corriendo hasta la azotea de ese rascacielos de oficinas, miraba con tranquilidad el punto exacto del pavimento donde, si sus cálculos no fallaban, debía impactar –y esparcirse– su exultante figura. Su falda ondeaba al viento, lista para convertirse en un inútil pero poético paracaídas. Estaba preparada. Cinco, cuatro, tres, dos, uno…

- Pruébame, damisela, y sabrás por fin en qué consiste la felicidad eterna-, croó a sus espaldas lo que parecía una escuálida ranita.
- No trates de convencerme de nuevo, amiga mía. Hoy nadie, y menos un reptil apestoso, puede detenerme.
- Lo único que te pido es que postergues un minuto el gran salto hacia tu muerte. Y que me beses.
- No lo veo yo muy claro. No me gusta perder el tiempo.
- Si lo haces te prometo todo aquello que una moza como tú ansía en sus noches de insomnio: una librería en Atocha, cinco hijos hermosos, un marido italiano, treinta agostos en Palma de Mallorca, una cocina con tres fogones y una buena copia de El Beso de Klimt. ¿Qué más puede una desear?

Cuando el forense llegó al lugar de los hechos, tuvo que cerrar los ojos durante un buen rato para calmar las náuseas. Allí, bajo las orillas de una falda color celeste y entre los restos de un cráneo hecho pedazos, asomaba la lengua, todavía húmeda, de un diminuto y ya por siempre inofensivo anfibio.

- Qué crueles y desconsiderados son los suicidas de hoy en día-, profirió para sus adentros-. ¿Qué les cuesta mirar hacia abajo antes de tirarse al vacío? Pobrecilla.

Eza Quilla I

Primera propuesta epigráfica y recordatorio creático

Ahí va la primera propuesta de epígrafe para la tesis defendida por El Burrot Català (primer doctor autobombástico) el 1 de julio de 2009:

“Es una irresponsabilidad viajar, incluso vivir, sin tomar apuntes”, Franz Kafka.

No estaría mal que el Dr. Burrot enviara a los miembros del Colectivo un ejemplar de su tesis (o por lo menos un resumen), para que los que no han tenido la oportunidad de leerla ni de asistir a su defensa puedan participar en esta nueva propuesta con conocimiento de causa.

Se sugiere también que las propuestas epigráficas se hagan de forma anónima, de modo que cuando llegue la hora de elegir el mejor epígrafe las votaciones se hagan desde la más estricta imparcialidad. También se recuerda que cada cual puede participar con cuantas propuestas desee, por lo que cuantas más envíe, más posibilidades tiene de que sea la suya la que acabe resultando vencedora. Y, al parecer, El Burrot Català se ha comprometido a incluir el mejor epígrafe en la edición venal de su tesis...

Por otro lado, recordamos a todos los miembros y miembras del Colectivo Autobombo que el CREA (Comité por la Recuperación del Espíritu Autobombástico) lanzó una OPA hostil (bigaje, por cierto) el pasado 15 de junio, en la que se conminaba a escribir y publicar una versión de "La rana transformada", bajo la cruel amenaza a aquellos/as que no cumplieran con dicha misión de ser enviados a hacer compañía a Lenin Tymar... A día de hoy, faltando 4 días para el cumplimiento del plazo, solo Leli Vorratxes, D Tovi FranjaReza D Rotura Decente, Marta Polbín, La Zozobra Nonliga Besalento y S.M.R. la Enana (sic), por estricto orden de publicación, han cumplido con el cometido. Es de imaginar que algunos de los pesos pesados del Colectivo que aún no lo han hecho es porque están esperando hasta el último momento para tenernos a todos en vilo y pendientes de ellos...

Salud y autobombo, camaradas!

viernes, 3 de julio de 2009

À LA RECHERCHE DU ÉPIGRAPHE PERDU

"El epígrafe hace resonar algunas cuerdas del texto futuro. Este movimiento, que se desarrolla como desencadenamiento de significantes en una dinámica regida por sustituciones y desplazamientos, acerca al lector de epígrafes al lector de
poesía.", p. 129


"La lectura del epígrafe, como hemos mostrado un poco más arriba, dispara una infinidad de posibilidades de actualización al obligar al lector a interrogarse sobre el porqué de esa cita y de ese recorte de la tradición." p.157

"El epígrafe escenifica a la perfección el doble movimiento de escritura/lectura aunado en un solo gesto, ya que este paratexto se inscribe al escribir la interpretación de una lectura.", p.206

Sirvan estas citas de "A Orillas del Texto. Por una teoría del espacio paratextual narrativo", para introducir esta entrada. Queda claro, sin embargo, que estas citas no funcionan como epígrafes, o dicho de otro modo, no epigrafían este texto.

La naturaleza de un epígrafe lo convierte en un elemento clave de la lectura de un texto. Por ello, proponemos aquí, participando del espíritu de celebración al primer doctor autobombástico, encontrar el MEJOR EPÍGRAFE PARA LA TESIS DOCTORAL "A ORILLAS DEL TEXTO".

jueves, 2 de julio de 2009

Son los ùltimos dìas de mayo cuando ya se han ido
una tormenta
para el vuelo de pàjaros que vuelan bajo las cantinas del agua,
soledad a travès de los cañones de la tormenta.
Es la luz o el àrbol de los objetos
el que se esconde cuando el dìa se tiende
para recibir lluvia o ser noche...
Es la vida una breve salpicadura de soledad,
agua de lluvia que mancha al dispararse
despuès de repicar contra todo convertido en suelo...
Invitados a una decapitaciòn,
primero nuestro alrededor se desmorona
y despuès perdemos la cabeza.

A esta altura
las cosas que se me caen
aseguran fallecer al alejarse de mis manos,
por estar junto a mì.
Como si a esta altura nada pudiera sobrevivir,
solo-yò, mis manos.
Cada sonido el ùltimo del martillo.
.
Busco la integridad en lugares inusuales
y pienso en mì,
pienso en mì en los momentos del monasterio,
en el burdel que suena dentro y fuera de mì,
en el ayuno con cuidado que pongo en algùn momento del dìa.
Pienso en los monjes que se extinguiràn con la ùltima naturaleza.
Pienso en el humo,
cachibache artefactado
que se instala provocando cosas concretas.
Pienso en algo inoportuno.
.
Siempre hay una metralla mejor que tu coraza...
estoy aprendiendo a estar expuesto.
Me acuerdo de respirar.
Ser dèbil.
Sacar la arena que hay en mi espalda.
Sacar un puñado dos
quien-soy-yò
quedarme vacio
no quebrarme de miedo
estar tranquilo
un soplo de aire
respirar
ser dèbil
...
ser dèbil
ser dèbil
ser dèbil
...
un ser dèbil,
estar muerto de miedo,
pensar que pueden pararse los latidos,
estar expuesto,
sentir la pèrdida como un avance,
ser triste,
llorar o no poder hacerlo,
pensar en el corazòn
...
sentirlo
...
contrariarse
...
volver a empezar.
Darlo todo
no dar nada,
escupir y maldecir
volver a la calma
ametrallar la coraza
ser el mejor
siempre hay una metralla
siempre hay una coraza,
el corazòn es un burdel
y cerebro te lame
cerebro te piensa
cerebro te pasa por encima
...
derramas la arena te sientes vacio
peor que haberlo hecho mal
y esto no acaba no acaba
buscas
entierras
no quieres saber
entierras
sabes demasiado
por un momento la calma,
no ser feliz, sòlo la calma,
enterrar,
un soplo,
no-sentir-nada
...
joder
...

no
sentir
nada.
Sòlo no saber
no saber nada
no sentir,
no entretenerme con los detalles que veo en una cara antes de morir
...
escapar
...
vaciar de arena sentirme vacio
conseguir esto por un momento
no preocuparme por si volverà o no
si encontrarè o no.
.
Dejar de sentir constantemente que me estoy desnudando delante de personas extrañas.
Porque es eso lo que sucede.
.
Por un momento quieto
y yo tambièn
y el que mira y piensa tambièn.
No preocuparme por ser dèbil
porque todo es dèbil.
.
El-gorjeo-del-vacio-que-se-instala-a-media-asta-tras-las-jornadas-de-la-pasiòn.
He soñado tambièn con lo que querìa hacer y con sus personas
tarde de junio 13 2009 las sàbanas me sorbìan àvidamente.
Os hecho tanto de menos que os mando recuerdos palabras de aliento
antes de algo parecido a un final.
.
Hoy
puede que lo halla confundido todo,
o tal vez fue ayer.
No sè.
He recitado lo insoportable como un telegrama desde un asilo.
Me siento fallecido.
Punto.
Entierro el mañana.
Punto.
Siento el peso de mi muñeco.
Punto final.
No quiere decir nada.
Sigo pensando en la esperanza.
Tal vez fue ayer.
Sigo hablando de ilusiones a desconocidos.
Tal vez fue ayer cuando comprendì que habìa destruido el tiempo,
el maravilloso silencio de los lugares cuando se es feliz.
.






Entonces cuatro latidos.
Se escaparon bajo mi piel
y entre ellos un cuerpo inerte sin parecerlo.
Cuatro breves latidos secos batieron sobre una puerta sin destinatario.
Tal vez fue ayer cuando comprendì que todo se detuvo aquì...
la importancia de las cosas...
las proposiciones de matrimonio...
las antiguas amantes...
los cambios de vida...
Contestè que sì.
Que sì a todo.
No puse objecciòn alguna.
Seguì pensando en la esperanza.
Tal vez fue ayer.
No sè.
Seguì hablando de ilusiones y desconocidos.
Todo consumàndose para no sentirme solo...
deseando en el dìa del fin de la esperanza...
deseando el sonido de la espectaciòn,
sentimientos encontrados,
y despuès...
mis manos vacìas agarrando por el cuello mi cuerpo.



Rotura

Séptima versión: homage Burrotibus

Paseaba ella, de paramentos ligeros y contoneantes. Sus ojos paralelos vieron un anfibio paranormal que le hablaba en paradojas:
-Una vida con paracaídas no es vida sino parodia. Cambia el paradigma y bésame, te prometo el paraíso.
Ella, al borde de la paranoia, decidió alejarse del anfibio y subir a un tren en la parada de Atocha. Su recorrido trazó una parábola por vivencias sin parangón y paradores de turismo: leyó a Paracelso, atravesó páramos, navegó el Paraná en Paraguay, fue parásita y parada, necesitó de parasol y paraguas: una vida sin paralipsis. Entre tanta paranomasia no recordó a la rana paralizadora.

Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.