lunes, 31 de marzo de 2008

bombines por las paredes


¡Lotizne de Brea reaparece! Y lo hace de poderosa guisa, como no podía ser de otra manera. Nos ofrece el enlace de la Grayspace Poster Gallery, alucinante arsenal de maravilla gráfica polaca desde los 40, y una selección de los mejores posters polbináceos.








La mejor crónica nunca escrita

“Lo bueno se hace esperar”

Amados lectores:
¿Conocen ustedes a los clásicos? ¿Clásicos como la Biblia o el Quijote? Bien, pues esto va a ser mucho más breve.
De hecho, después de breve no habría escrito más. Lo cual es una ventaja para el editor porque si lo demás le parece una birria, puede borrar a partir de la segunda línea y no me sentará mal.
Bueno, bueno, bueno…
Esto no va a ser fácil…
Dichoso aquel que sabe escupir textos de un tirón.
Probémoslo:

No, no, me ha gustado.
¡Joder…!
Yo he preguntado: “¿Pero cómo lo escribo?”
Me han contestado: “Haz lo que te de la gana…”
Bien, ¡eso hago! ¿Pero qué SENTIDO tiene esto?
¡Buf…!
Ehmmm…
Pasaré a modo brainstorm (tormenta cerebral):
Bombín, elefante sin cola, persiana ochentera, lupas dobles, Peter Sellers, pareja dormida, tasador de perlas, La Novia, Mary Bloodys, hola ¿estás sola?, globos, puticlub, canelones, El Camarero, Taitinger, George Sanders, 0982430958209834 call me!, sombrero loco, tacones, vecino, se ha roto algo, sus piernas no se pueden abrir, confeti, Güiliam, multitud, semáforo, báilame la pierna!, ¿dónde está la barita?, apio, apio, apio, mojitos, ¿Hay más mojitos? -Sí ahora voy. -¿Quedan mojitos? –Sí, sí, un momento., la menta pone la pipa contenta, es un amor, un chinito pescando, risas, el gato y el ratón, espuma, Twister solitario y pisoteado, -Échale un piropo a la fiesta. –Uii… ¡No sé, ahora no me viene nada…! (yo pensé que en su situación me hubiera sucedido lo mismo), De Paso, Tarantino, confeti ovnipresente, aquí hablan de viajes, la terraza está romántica, vamos a hacer una orgía, -¿Qué bebes? -El mejor gintonic de mi vida. -¿Que es el segundo?, me roban los vasos, necesitáis una vasilla nueva, autobombO autobOmbo…
Empiezo a tener lagunas…
¿Tienes fuego?

¡Mierda!
¡Esto no es más que una mierda!
¿Pero dónde estabas cuando se impartieron las clases de cohesión de texto? ¿Dónde cuando enseñaron a los demás a explicarse correctamente? No basta con saber decir algunas palabrillas inteligentes. No basta con latinajos. No, niña no. No, no y no.

¿Y si….
hiciera una crónica en telegrama?

S.M.R. la enana (SíC)

miércoles, 26 de marzo de 2008

Autobombismo masoquista

Hay quien publica poco, pero cuando lo hace, lo hace con saña. El Sapo Treze ha salido de su cueva y, trasmutándose en faquir, nos regala este ejercicio de fotografía vudú autobombástica... ¡Poned vuestras coronillas a cubierto!


martes, 25 de marzo de 2008

influencia polbina: poesía métrica




Van aquí dos ejemplos de praxis poyético-métrica que, a la sombra alargada de Marta Polbín, algunos miembros del Colectivo han trenzado en apasionanates viajes por el metro barcelonés. De calidad desigual -deslumbrantes recorridos subterráneos entre el genio y la premura-los siguientes versos quieren ser un incentivo para que todos practiquemos, siguiendo las indicaciones polbináceas, la poesía métrica (o búsica, o trámvica...o bicingera?)



7/3/2008, El Ogro&Leli, 14 paradas de la línea roja (Catalunya-Fondo) dan lugar a un soneto.

Un vagón cárnico de gente lleno
fluye en el vientre babélico y oscuro
como una pluma que sangra bromuro
que por la prisa y los ojos refreno.
Del vate métrico, su inspiración
-la gente me mira y piensa: ¿qué hace?
Lee el periódico y no pienses: ¡yace!-
Trabajadores que van a sus casas
piensan quién es el mejor candidato
para saber conducir a las masas
o bailar el último vallenato.
Nos seguiremos siendo como vacas
que en un vagón lleno pasan el rato.

Varios miembros (en especial la que Zozobra), 20/3/2008. Línea lila Universitat-Paralel+funicular Montjuïc. Terceto ascendente.

Si no hay gusano de neón que valga
remontemos la mañana sin miedo
en cápsula de latón que cabalga.

sábado, 22 de marzo de 2008

onomasticon cataloniae y otros flecos mal cortados

Tenemos el tema un poco parado. Tanta pelea y anónimos nos ha dejado un poco tiesos, ¿quizá? ¿Acaso se ha apagado el fervor provocado por el decretazo berlinés? ¿Hace falta recordar la renovada imposición hebdomadaria? ¿Podemos achacarle toda la culpa a los que no siguen al pie de la letra las instrucciones, y se van por ahí a tomar chacolís?

Pues ahí van algunos apuntes novedosos. En primer lugar, y para despejar de una vez por todas las acusaciones-graves-de censura que se me han hecho, publico el último texto de la Rotura, anunciado ya hace unas entradas: Matanza Tangible.

En segundo lugar, y con motivo de la onomástica de Marta Polbín, el Colectivo procederá en unas semanas a su rapto ritual y será paseada por Barcelona.

El Zar se encuentrá en sus feudos baleares, esperamos desde allí sus historias siempre trepidantes.

Besos y proxeos a todos

sábado, 15 de marzo de 2008

tan vertiginoso que se te han hecho jugo las piernas

...como dirìa la zorra "còmetela doblada"...sì, sì, por favor, invoquemos al dios de las hostias, Proxeo...
pero...
a un lado tu oro falso,
esta mañana andàbanme poniendo sobre aviso la zorra y el ogro:
-...la "vorratxa" ya te ha retado...lo sabes ¿no?...
Y he de decir que me habìa entre asustado y excitado. Me preguntaba si habrìas hecho uso del "disperso" reto que te habìa arrojado como guante de tintas.
Ya veo que no.
Que ni siquiera hay reto.
Fìjate "vorratxa" que he salido esta mañana rajado de valor y perdiendo monedas de la emociòn.
-...¿serìa èl tan grave como el-lo-pintan?
E iba por la calle escribiendo la rèplica sin haberte leido siquiera...fìjate tù, sin leerte siquiera...y despuès de lo que he leido: ¿para què?...(perdona si soy burdo y grosero, pero no vamos a andar con delicadezas a estas alturas ¿no, nena?...y màs despuès de haber compartido cama...me carcajeo).
Asì que sin haberte leido te la devuelvo:

Òpera y mal gusto òpera y mal gusto òpera y mal gusto ni estilo propio para no poder defenderme porque ni falta que hace una baterìa de coches preparados para atropellarte y no utilizar los puntos ni las comas ni los espacios en blanco las pausas reincidentes ni siquiera unas mentiras que yo crea para abatirte mientras la zorra y el ogro jalean el final del combate alrededor del cuadrilàtero que nos abraza mientras yo-la-rotura hago vueltas tambièn alrededor de una mesa redonda sangrando la vìscera sin puntos ni agujas o hilos de sutura para el blanco reincidente sòlo òpera y mal gusto y ni siquiera leerte para abatirte durante los segundos de espera o fingir porque no se me da bien ni hacer prosa o verso y es que solamente derrotarte me basta y robar con violencia tu aliento de borracha con las primeras impresiones como forma de acabar contigo sin censuracomo tù estilas y asì grueso yo y tù te la comes y te la comes entera y sin destripar para que luego no me respondas algo que ya sepa como que depende del dìa que yo elija porque hoy es un buen dìa para dejarte sin costillas o verbo...y ahora sì...unos puntos suspensivos antes de verte caer...porque te he visto floja y desmotivada...unos puntos suspensivos ahora que ya debes estar a punto de tener poco que decir, te voy a leer otra vez...
sì.
ya te voy a leer.
acordàndome de tus besos y regalos de gato grande.
sì.
ya te voy a leer.
porque soy yo:

la Rotura Decente
(vivamos esos partos grandes, es lo que digo)

viernes, 14 de marzo de 2008

DIARIO DE UNA MUJER FRUSTRADA


Se levantó del sofá. Tenía hambre, pero también suficientes remordimientos por la comilona del mediodía como para censurarse la merienda. Así que se decidió por un cortado, con poco azúcar, sólo la medida justa para que la amargura del café no le resultara desagradable. Como ya no le quedaban vasos pequeños, se decidió por una taza. La llenaría hasta un poco menos de la mitad, la medida más o menos justa de lo que hubiera ocupado la leche en el caso de que hubiera dispuesto del recipiente adecuado. Sin embargo, se le fue la mano. Por un momento pensó en verter de nuevo el líquido en el brick, pero finalmente desistió: de haberlo hecho, se le hubiera desparramado la mitad por el mármol de la cocina. No merecía la pena. Además, era leche semidesnatada, un cincuenta por ciento era agua. Como tampoco tenía cafetera –de la misma manera que no tenía plancha, pero sí una lavadora con una opción antiarrugas- bajó del armario el pote de café soluble. Descafeinado. Se echó una cucharadita exacta, la medida justa para que el color de la leche se tornara lo suficientemente negro y lo suficientemente blanco para que su sabor, con la cantidad de azúcar que tenía pensada, no le resultara desagradable al paladar. En esta ocasión acertó en la proporción, o eso creía, si hubiera podido probarlo. Pero no pudo. Al bajar el azucarero, que ella pacientemente iba llenando con el contenido de los sobres que su madre recogía de los bares –pues la mujer siempre tomaba café sólo y amargo-, se le resbaló de las manos. Cayó con la fuerza necesaria y en el punto justo de la taza para romperla en mil pedazos. La leche medio tiznada se desparramó por el mármol. Ahora no sólo debería limpiarlo sino que además tendría que recoger los trozos desmenuzados de cerámica. Y comprar otra taza, a no ser que quisiera tomarse su próximo cortado en la olla a presión, que por cierto no había utilizado nunca. Seguro que se cortaría. Siempre le pasaba lo mismo. Con lo fácil que hubiera sido verter de nuevo la leche en el brick, o mejor, tirarla, sin más, en el fregadero o, directamente, bebérsela de un trago, sin azúcar, sin medir la amargura, sin controlar el dulzor, sólo engullirla con los ojos cerrados, sin pensar en las estúpidas proporciones de edulcorante y café que, al igual que en sus parcas meriendas, también regían su vida, descafeinada y frágil, dispuesta a volatilizarse de golpe con el impacto de un azucarero a rebosar cayéndole del cielo, en mitad de las narices.

Ese ai, Vate que liza


Primer campeonato de Proxeo: segundo round

Se enfrentan Leli Vorratxes y D Tovi Franja Reza D Rotura Decente.

Suena la campana...
Leli, con un vertiginoso juego de piernas, declara:

Invocación: "Oh, Proxeo, dios de los manotazos

y de las hostias bien dadas en el ring de la página en blanco,

a ti dedico mi derechazo directo al abdomen de Rotura,

golpe certero que rompe yelmo y escudo,

saeta victoriosa; oh, Proxeo, dirige tú mi porrazo vorratxo

para juntos acabar con la república de los Puntos Suspensivos y

los Textos Largos."

Corrían tiempos ingratos

Para el Colectivo más molón

Cuando Franja Reza apareció

Y entregonos su corazón.

Su fervor fue contagioso

-Ahora yo, ahora el Sargento-

Mas rápido tornose en tortura:

La Rotura no sabe escribir lento.

Y aquí te tengo, D Tovi

Contra las cuerdas hastiado,

Escribir ya no es tu hobby,

La lectura tu único hado.

Si te atreves y contestas

Estas líneas maldicientes

Te prometo grandes gestas

Entre Autobombásticas gentes.

jueves, 13 de marzo de 2008

¡Escándalo! Premio literario más comprado que el Planeta

Ayer se entregaron los premios literarios Antoni Vilanova, organizados (perpetrados, cabría decir) por el grupo Cronopios, de la Universidad de Barcelona. Dos miembros del Colectivo presentaron textos a dicho concurso que no fueron premiados. Ante esta falta de criterio literario, sólo nos queda expresar nuestra más profunda lástima por unos premios sospechosos de tongo y endogamia.
Os presentamos aquí los textos (algunos ya conocidos) que fueron injustamente relegados a quién sabe que puesto colista.

El Ogro del Sí
A Paula (dentro de la 1ª Antología)
Leli Vorratxes
Baimafeima
El fuego del humo (inédito)

martes, 11 de marzo de 2008

[Debo confesaros, queridos concifabularios, que el paraíso últimamente me emborracha y emulsiona cemento ya ha un tiempo. Mis pies una vez mercúricos, zozobran; ya no recuerdan por dónde deambularon y sin quilla mis manos se resquebrajan, arena entre los dedos. Pero ruego no os preocupéis en demasía, si el sargento se desvanece es para volver cual avérnix… si no con más fuerza sí con ogredad y acudiré con bombín alado, al cuadrilático que se me requiera. Y a sabiendas que esto es una no-publicación (“com el Colectiu mana”) y con ganas de ser expulsado para volar (y descansar de regímenes autorotarios) os saludo y dejo mi entrada -a modo de sección, para aquellos integrantes que como el presente, deseen una parcela edendémica y aperiódica- que dice asì:]


Epizafio S.P.

“I Believe...

nos vemos en tu próxima fiesta”

domingo, 9 de marzo de 2008


matanza tangible









Atràs han quedado ya la saga de textos
...si alguien se pregunta ¿por què huele a tila y menta?...

apaciblemente destruidos...franqueables...
la fortaleza de los labios
diazepam para las rosas
se acabarìa la cal de las paredes
...
ya por fin continùo como mi deseo lo hace con
matanza tangible
un texto que ya poseìa fecha en el tiempo de mi tiempo amante
...
no os preguntèis màs por què se me entiende:
todas estas palabras de textos tienen carne,
y la carne todos la podèis tocar,
supongo que por eso me entendèis
(abismar la palabra o darle carne a la palabra)
...
estoy perdido
...
estoy amante
...
amante de amar
...
por supuesto hay ya una continuaciòn en esta semana, cuya entrada no os desvelarè todavìa,
ya que habrèis de saber de ella en cuanto se me permita
...
ya me sabèis, siempre àvido, siempre rotura y decente
...
sin màs dilaciòn os dejo con mi carne pùblica

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(en breves momentos...)


viernes, 7 de marzo de 2008

Primer campeonato de proxeo: "Cómetela doblada"

Como sabéis, he sido retada por el omnipresente Ogro, quien no contento con eso, se atrevió a poner ciertas normas al duelo que yo sin duda transgrediré. Aquí van mis Crónicas berlinesas:

El Ogro del Sí viajaba a Berlín con la secreta intención de colgar sus 95 tesis en las puertas de la Catedral y empezar así una nueva polémica que cambiara la teología, sí, pero también la hermenéutica y sobretodo el ser-en-el-mundo de todos y cada uno de los habitantes de nuestro planeta. No hay duda de que lo consiguió y de que nada volverá a ser ya lo que era. Sus tesis, como ya todos sabéis, son irresumibles y difícilmente pensables, pero intentaré por lo menos contar algo acerca del momento en que yo las descubrí, o mejor, en el que él me las transmitió como debió hacer Dios al dar el primer aliento a Adán.

Sobrevolábamos los Alpes cuando, extasiados ante la atrayente visión de papel arrugado con pelaje de armiño, de las suntuosas y atrayentes cumbres que disimulan su altura por lo breve del relieve y lo ancho de la mirada que ofrecen, noté con pavor un frío metálico en la garganta que no me permitía articular palabra, una presciencia, un centro nuevo localizado en la boca del esófago, en el que se condensó una forma inconcebible de saber, un saber no finito e irrepudiable del que para fatalidad mía e incomprensible entusiasmo de la humanidad ya no podremos zafarnos.

Se dice que el Ogro est homo pro se et homo pro nos; se dice incluso que el Ogro está en el origen etimológico y anacrónico de la palabra “logro”. Lo cierto es que el Ogro lo ha cambiado todo. Fijémonos por ejemplo en su conocida teoría literaria: Cada texto es únicamente todo lo que el texto no dice. El texto como un negativo.

Para captar aunque sea ladinamente el inconmensurable legado del Ogro, comparémoslo con Cristo (aunque la comparación no le valdría con ningún hombre, ni siquiera mítico). A la luz de esta comparación, el sentido último de la existencia del Ogro, no es ya la redención del género humano, sino también la redención de Cristo, ese ser vanidoso y engreído que vendió su cuerpo al demonio guardando su alma para el remanso eterno, que esparció su doctrina con la palabra y el cuerpo; no así el Ogro, quien capaz de la más sublime de las transmutaciones, hizo de su alma aire para que inevitable y felizmente nos embebamos de su espíritu en cada aspaviento, suspiro y sobresalto.

Su dialéctica filosófico-meditativa-presciente-hermenéutico-dubitativa es ya inextricable del ser primero (urwort , que en la tradición ontoteológica es la palabra originaria para representar la unicidad del ser) en que nos ha convertido, a la vez que nos ha librado de la besserwissen o pedante erudición en la que todos vivíamos inmersos. Como ser culto oculto ha logrado unir a la humanidad supranacionalmente y por encima de consideraciones de clase, género o cultura, en una nueva forma del ser: el ser-saber (ya indesligables), que algunos prefieren llamar saber-ser. Barruntó él solo todas las posibilidades del ser. Os habréis fijado ya en la enigmática disposición al cambio que posee su rostro, tanto que parece haber sido por breves espacios de tiempo todos los rostros del hombre, también los de la mujer, haber adoptado todas las formas del rostro como sabemos ha adoptado su alma todas las formas de la nuestra.

Sin embargo, pocas veces se le presenta a un hombre un enemigo tan efervescente, pugilista y mordaz como el suyo. Su adversaria es el perfecto negativo de su brillante persona. Todo lo que tiene él de bueno, sabio, rubio, tolerante, lo tiene ella de mala, ignorante, morena y fanática. Todo lo que él de prohombre, ella de contramujer. Si él es profundo, todo lo abarca, es todos; ella es superficial, abarca la nada, es nadie. Si él Apolo, ella las Furias. Estos dos mundos dispares, uno con la humanidad entera a sus espaldas, otro con la nada más absurda, debían enfrentarse. La intelligentsia autobombástica, formada por las mentes más preclaras del momento, intuían el inevitable choque que, quién lo dudaba, debía darse por obra de la Zorra Alevín. Pero el Ogro, el único capaz de tanto amor y empatía, quiso ahorrarle tal deshonor a la Zorra y él mismo empezó el ataque, pues en su afán de totalidad es David y Goliat, Caín y Abel, y lanzar la primera piedra y así redimirla fue todo uno. El hombre más importante que concibirá este siglo, el más elocuente defensor de todo y nada, hizo praxis de sus ideales dedicando a su más acérrima enemiga una laudatoria incomparable (que ella tomaría como el peor de los agravios) en sus siempre reveladoras, sorprendentes e inspiradas Crónicas berlinesas.

Abezados

    En este nuevo reverso de la palma, el manotazo se muestra esquivo. 
    No apuesten nada, hay algo escrito.

    Fdo: Globalizar Asonante Lobezno.

jueves, 6 de marzo de 2008

otra aportación

[ha llegado al correo del Colectivo el texto que sigue. Leli]

Para evitar que se descubra tan rápido una identidad que no deseo ocultar, al menos lo envío desde una casilla mas remota[lo envía desde el correo electrónico agrupacion estudiantil 11 de octubre-BCN ae11-10bcn@hotmail.com]...Espero esta a la altura de las circunstancias, ya sabrán como proseguir... aquí les dejo.

Agresivo es el día y…
Por Dr. Garpesiano

Hace tiempo que no logro captar la atención de nadie, quizás por eso sea que hoy estoy escribiendo. Intento reconstruir lo que ha quedado de mí capturando recuerdos que parecen querer escapar de mi mente. Muchos logran hacerlo, mientras que otros son retinados por mi cuerpo y restituidos a mi memoria visceralmente. El que describo a continuación es uno de ellos.
Una noche me escabullí en una fiesta. En aquel tiempo aún vivía en Buenos Aires. No tengo forma de saber como llegué hasta allí, solo se que lo hice. Había salido de mi piso caída la tarde, más bien de noche. Tan solo minutos mas tarde de haber despertado interrumpiendo mi sueño, cualquier que fuera, por la necesidad imperiosa de fumar un cigarrillo. Impulsado por esta y por una resaca espantosa que no resistiría encerrado entre cuatro paredes me abalancé sobre mi ropa, la puerta, el elevador y finalmente, la calle.

Había caminado lo suficiente para volver a estar cansado, fumando, ya solo necesitaba poder reposar mis brazos sobre una barra y sumergir mi mente en sus húmedos confines. Algún error debí cometer, o no, ya que lo siguiente que recuerdo es, mejor dicho, soy yo rodeado de extraños y en medio de una fiesta.

¿Qué como supe que lo era? En realidad sigo sin saberlo. Había gente por todas partes, eran felices o lo aparentaban, y vestían bien como suele vestirse en esas elegantes celebraciones de gente afamada. ¿Qué como supe que no era un bar? Tampoco lo se sinceramente. No había barra ya que recuerdo haberlo lamentado. Por otro parte todos me saludaban cortésmente, como si tuvieran la obligación de hacerlo, algo que en los bares no sucede.

Recuerdo sí haber bebido tanto como pude, básicamente todo lo que estuviera a mi alcance. También tengo presente haber recorrido los distintos ámbitos del recinto, jubilosos algunos de ellos. Los estaban a su vez parcos, sombríos y sobre todo oscuros, como aquel cuarto de baño en el que nunca pude encontrar la luz. Uno en particular daba la impresión de ser impenetrable, lo que confirmó mis sospechas de estar en una fiesta. Tuve la delicadeza de vomitar en todos y cada uno de ellos, con mayor o menor dedicación de acuerdo al rigor de las miradas que comenzaban a juzgar mi comportamiento. Puedo recordar la fétida masa de bilis con sangre con la cual decoré el hermoso jardín, un lugar agradable sobre todo en verano.

Resultó ser que había quienes pensaban que era un invitado mas cuando yo estaba seguro de no conocer a ninguna persona que allí estuviera. Nadie lograba reconocerme, tampoco, pero no encontraban otra explicación de cómo podía estar yo compartiendo la velada con ellos. La invitación nunca cursada, o realizada pero en forma errónea, cubrió mis espaldas ante mi falta de conducta. Nunca supe portarme bien en público tampoco es que fuera su culpa.

Me perdí en aquella noche como me he perdido tantas veces. Me ha tomado demasiado esfuerzo lograr recordar lo que hoy en tan breves palabras se pierde como una ordinaria borrachera. Afortunadamente mis noches porteñas han quedado lejos, aunque por momentos demasiado. Desde que llegué aquí ya nunca pude volver a beber nada de alcohol, aunque continúo fumando. Algo más sucedió aquella noche pero mi cuerpo no me permite recordarlo. Debo insistir(le) para lograr comprender en lo que me he convertido, es necesario. Mientras, fumando espero.

miércoles, 5 de marzo de 2008

I CAMPEONATO DE PROXEO AUTOBOMBÁSTICO

Viendo que se acerca la inauguración de la próxima temporada de Proxeo, y sabiendo que tenemos aún pendiente la elaboración de las crónicas del guateque, me tomo la libertad de demandar contendiente con nombre y apellidos para el próximo combate proxeístico. Las reglas son simples: en él se enfrentan dos miembros del colectivo esbozando un tema común(en este caso será Berlín) e incluyendo en su historia al miembro contrincante intentando hacer uso de la ironía o incluso la mofa sarcaústica para tumbarlo sobre la lona. El árbitro será el publicante de la semana (en este caso El Sargento Pioje) y los miembros del colectivo los encargados de votar (si es que esto fuera necesaio) quien ha sido el ganador del combate (si es que hubiera de haber vencedores y vencidos). Así mismo habrá un máximo de cuatro rounds, o cuatro textos, dos por cada participante, pudiendo convocarse un quinto round definitivo en caso de empate.
Preparénse todos pues para la primera velada que enfrentará por un lado del cuadrilátero a El Ogro del Sí (O combates O derrotas) y por el otro a Zorra Alevín (O combates, O victorias).
¡Que empiece el espectáculo!


Crónicas Berlinesas (First Round), por El Ogro del Sí.


No sé si pasó exactamente en el momento de aterrizar o quizás antes, cuando mis ojos se cruzaron con los de la Zorra para mostrarles asombrados lo que sucedía bajo nuestros pies: la belleza de las interminables crestas de la cordillera alpina me volvía gélido con su sola visión y parecía tener el mismo efecto en el rostro congelado de mi compañera de aventuras. Paralizados como quedamos no volvimos a abrir la boca hasta poner pie en tierra. Pensé que era por la presión en los oídos o por lo dificultoso de la “maniobra” de apertura de los canales respiratorios que la Zorra mantenía su boca abierta desde que avistara el momentum criogénico. Tal vez, después de todo, no eramos presa del mismo sortilegio. Al rato me di cuenta de que era otra razón la que le hacía mostrar ese aspecto de muñeca hinchable: nuestra amada compañera tenía una estalactita alojada en la garganta. Fue al arrancársela cuando nos dimos cuenta del fenómeno. Me dio las gracias y empezó a detallarme cómo había sido el proceso de congelación y las razones científicas para ello. Nada extraño pensarán. Lo curioso es que lo hacía todo con un marcado acento de Leipzig y que yo la comprendía perfectamente cuando ninguno de los dos antes había hablado más de dos palabras en alemán. Fue sólo el primero de una sin par carrera de cambios en nuestra conducta. Lo siguiente fue el pasaporte. Había cambiado tanto la ciudad de expedición como nuestros lugares de nacimiento. Nos encontramos convertidos, súbitamente, en ciudadanos alemanes.

Uno podría pensar que lo lógico de una visita a Berlín sería visitar restos de iglesias bombardeadas en la II Guerra, búnqueres del Este o museos de historia nacional. Hubiera sido lo lógico sí, pero quién hace turismo en su propia ciudad cuando ya lo conoce todo. En el aeropuerto nos encontramos con nuestra vieja amiga Säre que nos llevó hasta el apartamento en el barrio de Kreuzberg y nos hizo saber ante nuestra estupefacción que aquella era nuestra casa. No nos costó mucho hacernos a la idea, sobre todo después de conocer a nuestro otro compañero de piso que respondía al extraño nombre de Ateo Nürberg, a pesar de lo cual se comportó en todo momento como un auténtico sacerdote samaritano, haciendo todo tipo de rituales de bonanza y libaciones en nuestro honor. El primero de ellos fue el conocido “Brathuhnritual”. Se trata de un proceso elaborado en el que primeramente se asa un pollo de granja ("felices"creo que los llaman) previamente bendecido hasta dejarle la piel crujiente como las matutano. Tras esto intentas comer la carne del pollo con un instrumento de plástico hasta conseguir que el utensilio se parta hecho astillas. Sólo entonces se procede a la parte más importante: se separa la piel del pollo y se pasa por el cuero cabelludo para después ingerirla cuidadosamente. Al parecer se trata de un antiguo rito de Wesfalia que hace incrementar la capacidad de concentración. No tardamos en notar sus efectos. Minutos después la señorita Alevín leía Gadamer en el metro mientras conversaba con nosotros. Con el rabillo del ojo veía las noticias que ofrecía la pantalla bajo el techo y mentalmente hacía la lista de la compra. Apuntaba esto con el pie derecho mientras con el izquierdo tomaba notas relevantes de Wahrheit in den Geisteswissenschaften. Quizá alguien piense que exagero pero verán que no es de recibo. Me quedo con aquel momento único de comunión en el que gracias al “Brathunhritual” el metro pareció pararse y darle la razón al maestro cuando entre todos los pasajeros comenzamos a establecer un diálogo: amas de casa, obreros, empresarios, campesinos, ejecutivos y estudiantes, todos contagiados por el efecto mágico de la piel crujiente y encontrando la verdad en la dialéctica gadameriana. Jamás olvidaré el discurso de esa madre turca que hablaba fervorosamente mientras tapaba la boca de su hijo con un pecho enorme: “En Gadamer queda claro que se concilian la izquierda y la derecha -sostenía-, incluso cualquier forma religiosa, pero si Hegel había desarrollado una filosofía de la religión, una “teodicea” de la historia y apelaba a una teología “pascual”, ¿hemos de leerlo como un teólogo o como un pensador antropológico que suprime la metafísica antes de realizarla?”. Como tampoco olvidaré la respuesta que dio un ferrallista de Postdam como sacándose una esquirla de la bota: A Hegel no hay que leerlo hay que superarlo”. Nunca aprendí tanto como en ese vagón.

lunes, 3 de marzo de 2008

Pasapisos (y 3), por Mónica Copérnica

[En la línea de lo dicho en la entrada precedente por nuestra querida Leli Vorratxes, este texto no forma parte del recién (y bienvenido) restaurado decretazo hebdomadario, ni pretende hacer sombra al excelente texto del Burrot Català. Mónica Copérnica apareció en un momento de indolencia por parte de los miembros del Colectivo Autobombo y sirvió de acicate o advertimiento de la dejadez en la que estábamos cayendo todos nosotros. Ahora, tal vez, cuando la ruleta de la creatividad impositiva ha vuelto felizmente a rodar, su misión se haya visto ya cumplida y la huidiza Copérnica pueda volverse a ocultar... ¡hasta que volvamos a dormirnos! Así, en agradecimiento y para que su lección no caiga en saco roto, publicamos ahora la tercera y última parte de su relato "Pasapisos". ¡Gracias y hasta pronto, Mónica Copérnica!]

[...] "Él viene a verme todos los días. No lo reconozco, pero hago como que sí. Por complacerle. Parece que el reiki me está haciendo bien, que me está ayudando a recuperarme. Me ayuda a recordar, dicen el médico y las enfermeras. Pero ¿recuerdo de verdad, o lo que ellos quieren que recuerde? Me son extraños. Todos. Él, mi marido aparentemente, César. Me regala flores, me mima, me acompaña. No me incordia. Está presente, me controla. Dice que se siente culpable, que no me tenía que haber dejado conducir todavía, ir yo sola. Hay algo en su mirada que me inquieta, una mirada que no consigo apresar, que se me escapa. Huidiza a ratos, cuando piensa que no le miro. Hay momentos en que pienso que me estoy volviendo loca y que imagino lo que no es. ¿Cuándo he vivido yo en Argentina? En mi otra vida, supongo. ¿Cuándo y por qué decidimos venirnos? Alexandra y Paolo, nombres que me producen extrañeza. ¿Yo les puse esos nombres a mis hijos? Entre todos reconstruyen mi pasado, me reconstruyen. César me enseña algunas fotos de ellos en las que nunca estoy. 'Tú eras la artista que las hacía', dice respondiendo a mi pregunta, sin mirarme. He creído percibir un ligero temblor de duda en su voz. Parecen dos niños alegres, vitales. ¿Y por qué no vinieron con nosotros? No entiendo muy bien sus explicaciones: 'Pronto vendrán, es lo que habíamos decidido antes de venirnos para acá'.

He recibido una postal de Paolo y Alexandra desde Buenos Aires. Me la trajo César. Letra infantil con dibujos de flores. Buenos Aires no me dice nada, la letra y las palabras de mis hijos tampoco.

Hoy ha venido un inspector de policía a la casa-residencia en la que paso mi recuperación desde la salida del hospital. Sólo quería hacerme algunas preguntas. Tendrá que esperar a que un día se haga la luz en mi cerebro desportillado y a que mis neuronas se conecten. Preguntas sobre el accidente, quién era la persona que conducía, a dónde íbamos..., preguntas sobre César y sobre mí, dónde nos conocimos, cuándo..., preguntas sobre Alexandra y Paolo. Preguntas desesperadamente sin respuesta. César no estaba. Cuando ha venido a verme, ya al anochecer, ha insistido en saber qué me había preguntado el inspector y cuáles habían sido mis respuestas. Parecía inquieto, nervioso. 'Eso sí lo puedes recordar, ¿no?', me ha dicho con su cara muy cerca de la mía y gritando sin levantar la voz. Luego se ha incorporado con esfuerzo y me ha pedido perdón. Su boca sonreía de nuevo, pero no sus ojos. Al rato, con una excusa, ha dicho que tenía que salir. Al quedarme sola, he tenido un sobresalto: ¿Iba sola, conducía yo? ¿O era otra persona la que conducía, como ha insinuado el inspector?

Hace varios días que César no ha venido a verme. No me importa, ni me duele. Tampoco tengo manera de comunicarme con él. No recuerdo nuestro número de teléfono y sólo sé que vivimos en El Borne. Quien sí viene algunos días es el inspector. Me acompaña y me hace reír. Sé que continúa trabajando en lo que él llama 'mi caso'. Dice que ya lo tiene bastante adelantado. '¿Así que ahora soy un caso?', le digo medio en broma, pero angustiada por lo que todavía voy a tener que descubrir. Nunca había pensado que la niebla fuera tan espesa y tan poco quebradiza.

Parece ser que el puzzle se ha reconstruido. Ya sé quién soy, siempre según la ficha que me ha enseñado el inspector: Elena Lázaro Vernès, 35 años, nacida en Barcelona, pintora de cierto éxito, divorciada, sin hijos. También sé quién es César: César Pesco, 42 años, nacido en Buenos Aires de padres italianos, casado, dos hijos. Su último trabajo conocido, vendedor de pisos. Desaparecido."

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