tag:blogger.com,1999:blog-8297653069926288352024-02-08T02:54:33.279+01:00Crónicas AutobombásticasPorque tú lo valescolectivo autobombohttp://www.blogger.com/profile/07584430872375777782noreply@blogger.comBlogger540125tag:blogger.com,1999:blog-829765306992628835.post-86539299327813730432013-04-02T19:50:00.002+02:002013-04-02T20:04:32.805+02:00Centón autobombástico elegíaco y cadavérico (o exquisito)<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">A continuación, la contribución de Leli al encuentro luctuoso, pero sumamente agradable, que tuvo lugar en la guarida del Ogro el pasado sábado. pensándolo bien, publicar esto es un enorme contrasentido, pero a estas alturas, por otro más...</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: inherit;">En los comentarios, encontraréis las soluciones.</span></span></div>
<style>
<!--
/* Font Definitions */
@font-face
{font-family:Arial;
panose-1:2 11 6 4 2 2 2 2 2 4;
mso-font-charset:0;
mso-generic-font-family:auto;
mso-font-pitch:variable;
mso-font-signature:-536859905 -1073711037 9 0 511 0;}
@font-face
{font-family:Times;
panose-1:2 0 5 0 0 0 0 0 0 0;
mso-font-charset:0;
mso-generic-font-family:auto;
mso-font-pitch:variable;
mso-font-signature:3 0 0 0 1 0;}
@font-face
{font-family:"MS 明朝";
mso-font-charset:78;
mso-generic-font-family:auto;
mso-font-pitch:variable;
mso-font-signature:1 134676480 16 0 131072 0;}
@font-face
{font-family:"Cambria Math";
panose-1:2 4 5 3 5 4 6 3 2 4;
mso-font-charset:0;
mso-generic-font-family:auto;
mso-font-pitch:variable;
mso-font-signature:-536870145 1107305727 0 0 415 0;}
@font-face
{font-family:Cambria;
panose-1:2 4 5 3 5 4 6 3 2 4;
mso-font-charset:0;
mso-generic-font-family:auto;
mso-font-pitch:variable;
mso-font-signature:-536870145 1073743103 0 0 415 0;}
/* Style Definitions */
p.MsoNormal, li.MsoNormal, div.MsoNormal
{mso-style-unhide:no;
mso-style-qformat:yes;
mso-style-parent:"";
margin:0cm;
margin-bottom:.0001pt;
mso-pagination:widow-orphan;
font-size:12.0pt;
font-family:Cambria;
mso-fareast-font-family:"MS 明朝";
mso-bidi-font-family:"Times New Roman";}
p
{mso-style-noshow:yes;
mso-style-priority:99;
mso-margin-top-alt:auto;
margin-right:0cm;
mso-margin-bottom-alt:auto;
margin-left:0cm;
mso-pagination:widow-orphan;
font-size:10.0pt;
font-family:Times;
mso-fareast-font-family:"MS 明朝";
mso-fareast-theme-font:minor-fareast;
mso-bidi-font-family:"Times New Roman";}
.MsoChpDefault
{mso-style-type:export-only;
mso-default-props:yes;
font-family:Cambria;
mso-ascii-font-family:Cambria;
mso-ascii-theme-font:minor-latin;
mso-fareast-font-family:"MS 明朝";
mso-fareast-theme-font:minor-fareast;
mso-hansi-font-family:Cambria;
mso-hansi-theme-font:minor-latin;
mso-bidi-font-family:"Times New Roman";
mso-bidi-theme-font:minor-bidi;}
@page WordSection1
{size:612.0pt 792.0pt;
margin:70.85pt 3.0cm 70.85pt 3.0cm;
mso-header-margin:35.4pt;
mso-footer-margin:35.4pt;
mso-paper-source:0;}
div.WordSection1
{page:WordSection1;}
-->
</style>
<div style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial; font-size: 12.0pt;">“No es tarea fácil sumergirse, con
ojos críticos, en el terreno ilimitado—y muchas veces sobrecogedor—de la
literatura autobombástica. Me había transportado a regiones del sueño nunca
antes visitadas, y aùn asì no se extinguen las irrefrenables ganas de
masturbarme. Y tú no eres precisamente de los que se miran en el primer espejo
que encuentran. Mis aspiraciones literarias sufren periódicamente vaivenes y
zozobras, más motivadas por elementos externos que por mis propias aptitudes o
inventiva. Yo veía, o más bien atisbaba —apuntó en un giro lleno de
complicidad—, todo ese conjunto de conceptos como un juego con unas reglas
inventadas por nosotros mismos, ¿entiende? El juego solo existe si alguien
quiere seguir unas reglas ¿comprende? Y si no seguimos las reglas pues ya se
trata de otro juego ¿no?</span></div>
<div style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial; font-size: 12.0pt;">Mis únicas armas eran dos porros
preparados con mucho amor, y seis latas de cerveza. ¿Sería suficiente? Todo me
sonreía, sin embargo mi familia nunca me aceptó, me dijeron que no supe ver la
tragedia del artificio y que había cruzado la barrera de forma antinatural.
Dicen que soy un monstruo, y tal vez tengan razón. Lo que ninguno de ellos dice
es que la mayoría ha tenido, cuanto menos una sola vez en su vida, el deseo
inconfesable de hacer realidad aquello que Dios ha posibilitado a mi persona. Y
les digo sin ningún género de dudas que por más cadenas perpetuas a las que me
pudieran condenar volvería a hacer lo mismo que hice una y otra vez, pues así
estaba escrito y así debía ser. Mis pies una vez mercúricos, zozobran; ya
no recuerdan por dónde deambularon y sin quilla mis manos se resquebrajan,
arena entre los dedos. Me doy asco, quería estar enfermo, enloquecer levemente,
pensaba que eso me haría mejor escritor; mentira, ya no necesito mentir más,
pensaba que eso me haría escritor Tal vez sean los cegadores ojos de la
muerte los que ahora me iluminan e impulsan a escribir, no lo sé…” </span></div>
<div style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial; font-size: 12.0pt;">Aquí la nota acaba abruptamente. El
resto de la historia, camaradas, ya muchos la habéis contado de insuperable
manera. Algunos de los obituarios son muy buenos, como el de David Gates
(excelente narrador y periodista), quien teoriza acerca de las particulares y
decisivas diferencias entre escritores geniales (Shakespeare) y genios
escritores (Wallace, quien le pidió prestado a Shakespeare y a su Hamlet la
línea esa donde se le habla a la calavera de un bufón y se dice aquello de
“Alas, poor Yorick! I knew him, Horatio: a fellow of infinite jest...”)
¡Mierda!¡Esto no es más que una mierda!¿Pero dónde estabas cuando se
impartieron las clases de cohesión de texto? ¿Dónde cuando enseñaron a los
demás a explicarse correctamente? No basta con saber decir algunas palabrillas
inteligentes. No basta con latinajos. No, niña no. No, no y no. Los excursus
tienen el peligro de desviarnos y si, como meandros, perdiéramos el rumbo de
este río del relato bélico, perderíamos también el fin último que es el mar que
es el morir que es el fin de este juego, va dicho: fatal. </span></div>
<div style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial; font-size: 12.0pt;">Ahora que las señales se han roto,
ahora entro en miles de cabezas a las pocas horas de entregar un texto y ahí
llega otra tentación: la del arma cargada de pasado. Marta Polbín había
publicado un novelón rosa en forma de cómic y firmaba todos sus ejemplares en
el Corte Inglés. De aquí he deducido que la susodicha ha llevado el autobombo,
como concepto y como modus vivendi, a su extremo más radical. No vamos a
comentar ahora el extraño género literario que Marta Polbín había resucitado en
el sueño. Lo chungo es lo del Corte Inglés. Ahí ha estado Bustamante. Era tal
su empeño, sin embargo, que pasaba gran parte de su tiempo entre diccionarios
enciclopédicos, a la pesquisa de una palabra o de un nuevo hilo para su última
novela, que a esas horas era ya una madeja indescifrable escrita casi por
entero en subjuntivo. “¿Cayó?”, dice el hijo. “Sí, se calló”, responde el
padre. La monotonía de un mismo esfuerzo y unas mismas palabras de aliento y
una única e ingraduable sensación de agotamiento, y otro paso. Mire, los
hombres postmodernos somos muy tontos: cuando vemos que algo no funciona rápido
lo dejamos de usar Tranquilo, nos lo harán todo ellos y nadie se
enterará. Venderemos una exclusiva del divorcio como siempre y aquí no ha
pasado nada.</span></div>
<div style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial; font-size: 12.0pt;"> </span></div>
<div style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial; font-size: 12.0pt;">"Oh, Proxeo, dios de los
manotazos/ y de las hostias bien dadas en el ring de la página en blanco .Yo te
rindo el homenaje del verdugo, escondiéndote bajo una hoja que ayer pinté de
azul y juntando tu cabeza y tu cola con mi goma de cabello. La sangre empapa la
tierra, cada vez más roja, que la absorbe sedienta bajo el tórrido sol de
mediodía. ¡</span><span lang="EN-US" style="font-family: Arial; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: EN-US;">Combatid con las huestes venecianas contra el caliente
desamor! </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12.0pt;">Si no atajamos
pronto este atentado/ </span><span lang="ES" style="font-family: Arial; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;">Agita el cóctel bien… ¡y que arda todo! </span><span style="font-family: Arial; font-size: 12.0pt;">Inexorablemente expirar. </span></div>
<div style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial; font-size: 12.0pt;"> </span></div>
<div style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: Arial; font-size: 12.0pt;">¿? Será el paso del ¿ al ¿? La
transición clave de la historia del pensamiento occidental, verdadero momento
de inflexión epistemológica¿¡ Esperemos que no lo sean y también, y a
poder ser, morir naciendo en el intento.</span></div>
<div style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
</div>
<div class="blogger-post-footer">---------------------believe--------------------------</div>colectivo autobombohttp://www.blogger.com/profile/07584430872375777782noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-829765306992628835.post-55441475574900041022013-03-28T21:41:00.003+01:002013-03-28T21:42:37.489+01:00…ni dos sin tres…<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
Por qué llamar rescate
a lo que es robo<br />
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES-TRAD;">Crisis, desahucios,
bancarrota, quita<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES-TRAD;">Eufemismos para
afanar la guita<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES-TRAD;">Y darle carta blanca
a tanto lobo<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES-TRAD;">Los miran sus
lacayos con arrobo<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES-TRAD;">Asombra su inocencia
gratuita<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES-TRAD;">No ven su catadura
cainita<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES-TRAD;">Mas con la bolsa
llena, diles “bobo”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES-TRAD;">Esos impresentables
manirrotos<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES-TRAD;">A mano armada y con
alevosía<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES-TRAD;">Nos instan a pagar
los platos rotos<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES-TRAD;">¡A dónde llega su
rapacería!<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES-TRAD;">Y aunque cuentan con
muchos de los votos<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES-TRAD;">No escaparán <a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=829765306992628835" name="_GoBack"></a>a tanta tropelía<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES-TRAD;"><br /></span></div>
<!--EndFragment--></div>
<div class="blogger-post-footer">---------------------believe--------------------------</div>colectivo autobombohttp://www.blogger.com/profile/07584430872375777782noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-829765306992628835.post-55284799384215739392013-03-23T10:13:00.000+01:002013-03-28T21:44:18.146+01:00Y como no hay uno sin dos... <div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
Ladrones de corbata y guante blanco<br />
<div class="MsoNormal">
Maestros en el hurto y el amaño<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></div>
<div class="MsoNormal">
Ministrables que aspiran al escaño<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></div>
<div class="MsoNormal">
Mediocres que se asientan en un banco</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Marionetas en manos de truhanes</div>
<div class="MsoNormal">
Avestruces que esconden la cabeza</div>
<div class="MsoNormal">
Peleles manejados con destreza</div>
<div class="MsoNormal">
Perezosos que aceptan los desmanes</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Si dejan todo atado y bien atado</div>
<div class="MsoNormal">
Si pretenden hundirnos en el lodo</div>
<div class="MsoNormal">
Si cuentan con un pueblo aborregado</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Si sus burlas nos hieren de algún modo<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></div>
<div class="MsoNormal">
Si no atajamos pronto este atentado</div>
<span style="font-family: "Calibri","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Agita
el cóctel bien… ¡y que arda todo!</span><br />
<span style="font-family: "Calibri","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;"><br /></span></div>
<div class="blogger-post-footer">---------------------believe--------------------------</div>colectivo autobombohttp://www.blogger.com/profile/07584430872375777782noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-829765306992628835.post-91996928348086537092013-03-20T18:15:00.001+01:002013-03-28T21:44:42.229+01:00Un soneto de rabiosa actualidad<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
Hablando de la madre del cordero, y antes de que estas Crónicas Autobombásticas pasen a engrosar definitivamente los limbos del vacío sideral, Mónica Copérnica nos regala un soneto de rabiosa actualidad (aunque más nos convendría una elegía):<br />
<br />
<!--[if gte mso 9]><xml>
<o:OfficeDocumentSettings>
<o:AllowPNG/>
</o:OfficeDocumentSettings>
</xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml>
<w:WordDocument>
<w:Zoom>0</w:Zoom>
<w:TrackMoves>false</w:TrackMoves>
<w:TrackFormatting/>
<w:HyphenationZone>21</w:HyphenationZone>
<w:PunctuationKerning/>
<w:DrawingGridHorizontalSpacing>18 pt</w:DrawingGridHorizontalSpacing>
<w:DrawingGridVerticalSpacing>18 pt</w:DrawingGridVerticalSpacing>
<w:DisplayHorizontalDrawingGridEvery>0</w:DisplayHorizontalDrawingGridEvery>
<w:DisplayVerticalDrawingGridEvery>0</w:DisplayVerticalDrawingGridEvery>
<w:ValidateAgainstSchemas/>
<w:SaveIfXMLInvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid>
<w:IgnoreMixedContent>false</w:IgnoreMixedContent>
<w:AlwaysShowPlaceholderText>false</w:AlwaysShowPlaceholderText>
<w:Compatibility>
<w:BreakWrappedTables/>
<w:DontGrowAutofit/>
<w:DontAutofitConstrainedTables/>
<w:DontVertAlignInTxbx/>
</w:Compatibility>
</w:WordDocument>
</xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml>
<w:LatentStyles DefLockedState="false" LatentStyleCount="276">
</w:LatentStyles>
</xml><![endif]-->
<!--[if gte mso 10]>
<style>
/* Style Definitions */
table.MsoNormalTable
{mso-style-name:"Tabla normal";
mso-tstyle-rowband-size:0;
mso-tstyle-colband-size:0;
mso-style-noshow:yes;
mso-style-parent:"";
mso-padding-alt:0cm 5.4pt 0cm 5.4pt;
mso-para-margin-top:0cm;
mso-para-margin-right:0cm;
mso-para-margin-bottom:10.0pt;
mso-para-margin-left:0cm;
line-height:115%;
mso-pagination:widow-orphan;
font-size:12.0pt;
font-family:"Times New Roman";
mso-ascii-font-family:Calibri;
mso-ascii-theme-font:minor-latin;
mso-fareast-font-family:"Times New Roman";
mso-fareast-theme-font:minor-fareast;
mso-hansi-font-family:Calibri;
mso-hansi-theme-font:minor-latin;}
</style>
<![endif]-->
<!--StartFragment-->
<br />
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES-TRAD;">Cuentan que en un
país de pandereta<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES-TRAD;">Un senador achulado
y arrogante<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES-TRAD;">A un partido corrupto
y vergonzante<a href="http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=829765306992628835" name="_GoBack"></a><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES-TRAD;">Hacíale con sorna la
peineta.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES-TRAD;">Unos cuantos dineros
en Suiza<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES-TRAD;">“Poca cosa”, decían
sus leales<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES-TRAD;">Y con sus peroratas <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>proverbiales:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES-TRAD;">“Veamos quién allí
los localiza”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES-TRAD;">Bárcenas, el cabrón
era su apodo,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES-TRAD;">Que amaba con
delirio el capital<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES-TRAD;">Con sobres protegía
su acomodo<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES-TRAD;">Y el partido, cual
barco a la deriva,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES-TRAD;">Bogaba en un inmenso
lodazal<o:p></o:p></span></div>
<span style="font-family: Calibri; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Pobre país sin otra
alternativa.</span><!--EndFragment--><br />
<span style="font-family: Calibri; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-font-size: 11.0pt; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;"><br /></span></div>
<div class="blogger-post-footer">---------------------believe--------------------------</div>colectivo autobombohttp://www.blogger.com/profile/07584430872375777782noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-829765306992628835.post-52137711665308999282013-03-01T11:46:00.000+01:002013-03-02T21:38:25.421+01:00La madre del cordero del Autobombo<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">El Colectivo Autobombo siempre ha sido un colectivo heterodoxo, pero con esta entrada se atestigua la paradoja más flagrante: que un grupo de autoafirmación literaria no haga acuso de recibo de la publicación y exitosa recepción de la novela de uno de sus miembros, es, cuanto menos, curioso. Podemos aportar distintas explicaciones: de excusas y retruécanos nunca estuvimos faltos. Pero si bien es cierto que el Colectivo se originó para dar apoyo a unos impulsos que, con una novela, alcanzan la mayoría de edad, no lo es menos que celebrar un evento literario supone una clarísima actualización del principio 4º de nuestro programario: "Muéstranos lo que tienes dentro, porque si yo lo hago yo digo que es bueno y si tú lo haces yo te apoyo en ello." Aunque las numerosas y laudatorias <a href="http://www.pablomartinsanchez.com/criacuteticas.html">reseñas</a> no lo hagan necesario, ahora es nuestro turno de apoyar.</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgKQvym3_LJrl1Wap2Of8vBWL7-IaICXcJ3JppTr7zqTOhSHIPYP18merZL-JQK9gOX01SIubhy5IahEYnh4gK-opq-E2M6YtUhv2nsn6C0IO_nN-Sldu9PtnNuIrmKpRxThvE66CRktPw/s1600/el-anarquista-que-se-llamaba-como-yo-9788415689188.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgKQvym3_LJrl1Wap2Of8vBWL7-IaICXcJ3JppTr7zqTOhSHIPYP18merZL-JQK9gOX01SIubhy5IahEYnh4gK-opq-E2M6YtUhv2nsn6C0IO_nN-Sldu9PtnNuIrmKpRxThvE66CRktPw/s320/el-anarquista-que-se-llamaba-como-yo-9788415689188.jpg" width="199" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"><i>El anarquista que se llamaba como yo </i>(Acantilado, 2012) supone la puesta de largo de un autor con cuya excelencia los seguidores de este blog y sus <a href="http://edicionesdelbombin.wordpress.com/">diferentes publicaciones</a> ya estaban familiarizados. No por ello, el resultado de este pulso narrativo es menos impresionante. Mezclando (¿cómo si no?) realidad histórica e historización realista, la novela sugiere itinerarios para deambular por rincones poco transitados de la memoria histórica e ideológica de España y del mundo. Con un control narrativo realmente afinado, capaz de alternar el folletín con la peripecia, el panfleto con la comedia, y el documento con la tragedia, los acontecimientos que marcaron el primer cuarto largo del siglo XX se materializan en los vaivenes de un Pablo Martín Sánchez que trata de soñar, amar y luchar, mostrando que acaso estos tres verbos tienen acepciones que los hacen sinónimos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;">En el más puro estilo autobombástico ("Creo en Autobombo"), debemos notar también, sin que ello reduzca el mérito de<i> El anarquista</i>, que sin el Colectivo esta novela no hubiera sido posible. Agazapados en sus páginas, en forma de inverosímiles tocados revolucionarios o pitanzas extemporáneas, los miembros del Colectivo, sus preferencias y atributos contribuyen, una vez más, a construir un universo narrativo donde resuenan las voces del siglo, así como las de sus miembros: ¡Porqué tú lo vales!</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div class="blogger-post-footer">---------------------believe--------------------------</div>colectivo autobombohttp://www.blogger.com/profile/07584430872375777782noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-829765306992628835.post-18025176758357223172013-02-25T17:15:00.002+01:002013-02-25T17:15:15.666+01:00<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
Creo que estas Crónicas Autobombásticas merecen ser resucitadas por un instante para hacerse eco de la reseña que el anagrama de Eza Quilla I le dedica a la novela del anagrama de Marta Polbín, con guiño incluido a este Colectivo moribundo. Hela <a href="http://www.lacentral.com/web/blog/?post=321">aquí</a>.<br />
<br /></div>
<div class="blogger-post-footer">---------------------believe--------------------------</div>colectivo autobombohttp://www.blogger.com/profile/07584430872375777782noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-829765306992628835.post-30096434703500478862012-03-30T18:19:00.004+02:002012-03-30T18:28:02.456+02:00WG, Episodio 27<div><br /></div><div> <!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:hyphenationzone>21</w:HyphenationZone> <w:displayhorizontaldrawinggridevery>0</w:DisplayHorizontalDrawingGridEvery> <w:displayverticaldrawinggridevery>0</w:DisplayVerticalDrawingGridEvery> <w:usemarginsfordrawinggridorigin/> </w:WordDocument> </xml><![endif]--> <!--StartFragment--> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="font-family:Times;font-size:100%;color:black;">Solo podía pensar en encontrar a Valeria cuanto antes para romperle los dientes, metérselos por el culo y luego introducir el brazo por su boca hasta llegar al estómago, recuperarlos y usarlos como instrumento para arrancarle los ojos y mearme después en las cuencas vaciadas. Tenía que volver a la clínica y darle su merecido a esa furcia del este.<span style="mso-spacerun: yes"> </span></span></p><p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="font-family:Times;font-size:100%;color:black;"><span style="mso-spacerun: yes"></span>De repente, me vino a la cabeza la idea que había algo importante en mi maleta: los papeles. Valeria, o como se llamara, preguntaba por unos papeles que supuestamente tenían que estar dentro de ella, de la maleta. Los únicos que yo tenía allí eran aquellos restos encontrados en la Teufelsberg que no usé para la hoguera. Abrí la maleta y vacié su contenido sobre la cama. El conjunto apestaba a cierta humedad metálica, barro y mierda, que me recordó a la primera línea del frente, a pesar de nunca haber estado en ella. Lo revolví todo concienzudamente, pero no había ni rastro de los papeles que buscaba. Obviamente, si tan valiosos resultaban para ella, se los habría quedado. ¿O acaso todo aquello no era más que una farsa en la que los papeles hacían de excusa? ¿Existían tales documentos? ¿Qué importancia podían tener? No recordaba lo que decía en ellos: nombres de personas, listas incongruentes, nada que supusiera algo significativo para mí. ¿Lo sería para ella? ¿Algún mensaje cifrado que yo no era capaz de decodificar? Y sobre todo, ¿por qué me devolvía la maleta? </span></p><p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="font-family:Times;font-size:100%;color:black;">Tenía que encontrarla y pedirle explicaciones antes de aplastarla con el talón de mi bota. Pero lo confieso: me daba miedo. No me sentía capaz de enfrentarme a tamaña arpía. En cierto modo, pensaba que encontraría la forma de dormirme y que volvería<span style="mso-spacerun: yes"> </span>a quedar a su merced. Me sentía vulnerable, como si no fuera nada, una hoja que tiembla ante el viento, un cartel de propaganda doblada por una punta esperando a que lo arranque quien quiera. Tenía la sensación de que cualquiera, hasta el insecto más ínfimo, podría hacerme daño. </span></p><p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="font-family:Times;font-size:100%;color:black;">Recorrí la casa de parte a parte, en un intento de elucubrar un plan y analizar el medio en el que me movía. </span><span class="Apple-style-span" style=" ;font-family:Times;font-size:medium;">El piso, al igual que en las ocasiones anteriores, se encontraba intacto, como si nadie hubiera pasado por allí. O más bien, como si hubiera pasado por allí un escuadrón de limpieza silencioso, ya que no había ni una sola mota de polvo; nada. El espacio estaba completamente esterilizado. Tanto que desde el salón olía el pútrido tufo que desprendían mis ropas y efectos personales. Cogí el montón y lo metí en la lavadora. Tenía prisa, pero me parecía desaprensivo, fuera de lugar, mantener esa suciedad en un lugar tan pulcro.</span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span class="Apple-style-span" style="font-size:100%;"><span style="font-family:Times;color:black;">Hecho esto, me dirigí sin pensarlo a la puerta y salí escaleras abajo, de nuevo sin saber muy bien hacia dónde iba. Lo normal habría sido ir al Koch Institut para buscar a Valeria y al doctor. Si no la encontraba a ella, cuanto menos conseguiría que este me desvelara cómo me habían localizado y dijera si tenía noticias de Hans-Georg. Sin embargo, ya se sabe, cuando a uno le falla la cabeza tiene que valerse de los pies, y los míos funcionaban de manera anárquica, aun al compás de mis pensamientos. </span></span></p><p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span class="Apple-style-span" style="font-size:100%;"><span style="font-family:Times;color:black;">Me encontré desplazándome hasta la estación de metro que me llevaba a la Teufelsberg. No me di cuenta, claro está, hasta que salí del tren en esa dirección completamente decidido y sus cúpulas fálicas aparecieron como el único objetivo posible entre ceja y ceja. No tardé en descubrir las ventajas de hacer el trayecto a la luz del día y con las extremidades en mejores condiciones físicas que en la ocasión anterior. Hacía un tiempo mucho más benévolo. Las copas de los árboles habían perdido su manto albuminoso y se veían raquíticas, como nudosos dedos de viejo que señalaran el descarriado camino de las alturas. Por un momento pensé que tal vez Hans hubiera vuelto a su morada habitual. No obstante, no lo busqué. Esta vez entré directamente y subí al piso superior de inmediato, no sin cierta dificultad, dada su resbalosa y apestosa superficie. Tiré de la cubierta metálica que sobresalía de la pared para abrirla, pero la compuerta automática no se activó hasta que me harté de patearla, enervado y desesperado ante la imposibilidad de conseguir mi propósito. El fogonazo de luz me sumió en un absurdo <i>deja vù. </i></span><span style="font-family:Times;color:black;">Recordaba haber dejado todos esos compartimentos abiertos, pero ahora no había quien accediera a ellos. Actué como si supiera lo que hacía y golpeé la pared con el puño cerrado, tanteando el lugar adecuado en la oscuridad. Dos golpes me bastaron para que se abriera el cajón sobre mi cabeza. Cogí los papeles que asomaban por encima del raíl de metal y me los metí en el bolsillo trasero de los pantalones sin vacilaciones. No me quedé ni un minuto buscando a Hans, ni tan siquiera grité su nombre, que habría sido lo más lógico. Actuaba con una diligencia inusitada. Me movían unas fuerzas desconocidas y unos motivos más desconocidos aún. Salí como un zombi del lugar y regresé al metro que me llevaba de nuevo a casa. <o:p></o:p></span></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="font-family:Times;font-size:100%;color:black;">Cerré la puerta con llave y me senté con cuidado en el sofá. La rigidez del papel sobre mi culo y el ruido que este hacía al doblarse me llevaron a sacarme los documentos del bolsillo y extenderlos sobre la mesa. ¿Por qué demonios había ido de nuevo a aquella torre y actuado como si supiera lo que hacía? ¿Para qué quería esos papeles? ¿No habría sido más lógico buscar ayuda, denunciar a Valeria y encontrar a sus amigos? De repente, sentí un peso extraño en la cabeza, como un imán que tiraba de ella hacia arriba, hacia los lados, hacia atrás, en todas las direcciones a la vez. Los ojos se me iban de aquí para allá y no había manera de controlarlos, pero después, como si de las varillas de un zahorí se tratara, tanto la cabeza como los ojos se dirigieron a la misma dirección: el papel. Estaba claro que tenía que leer lo que decía allí para salir de dudas. Siempre que pudiera comprenderlo, claro está. No confiaba plenamente en mis facultades, aunque hasta el momento tampoco podía decir que me hubieran traicionado, al menos por lo que yo sabía. Me concentré concienzudamente en los caracteres mecanografiados que tenía ante mí, pero por más que me esforzara no podía entender nada.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="font-family:Times;font-size:100%;color:black;"><!--[if !supportEmptyParas]--> <!--[endif]--><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="font-family:Times;font-size:100%;color:black;">Date:<span style="mso-spacerun: yes"> </span>November 29, 1963<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="font-family:Times;font-size:100%;color:black;">To:<span style="mso-spacerun: yes"> </span>Director<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="font-family:Times;font-size:100%;color:black;"><span style="mso-spacerun: yes"> </span>Bureau of Intelligence and Research<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="font-family:Times;font-size:100%;color:black;"><span style="mso-spacerun: yes"> </span>Department of State<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="font-family:Times;font-size:100%;color:black;">From:<span style="mso-spacerun: yes"> </span>William Louis Gowen, Director<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="font-family:Times;font-size:100%;color:black;">Subject: Stassi agents involved with GM, GE and Ford’s CEO<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="font-family:Times;font-size:100%;color:black;"><!--[if !supportEmptyParas]--> <!--[endif]--><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span class="Apple-style-span" style="font-size:100%;"><span style="font-family:Times;color:black;"><span style="mso-spacerun: yes"> </span>Our Berlin, West Germany Office on November 23, 1963, advised that double agent David Willis<span style="mso-spacerun: yes"> </span>from the Department of State, advised that some important agents and directors of the East German Intelligence Office, <i>Ministerium für Staatssicherheit </i></span><span style="font-family:Times;color:black;">(Stassi), met General Motors German branch’s CEO,<span style="mso-spacerun: yes"> </span>Marvin F. Pontiac and Ford Motor Company’s CEO, Lincoln<span style="mso-spacerun: yes"> </span>R. Mustang and General Electric’s CEO, John H. Goodlight, in order to disclose important information concerning government plans in city motorways and<span style="mso-spacerun: yes"> </span>different infrastructures in order to avoid payment and collaborate for a future contribution in the aforementioned companies’ organization chart.<o:p></o:p></span></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="font-family:Times;font-size:100%;color:black;">The consequences of the cited case includes charges of high treason, and ultimately dead penalty, according to the<span style="mso-spacerun: yes"> </span>law in force in this Socialist country. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="font-family:Times;font-size:100%;color:black;">Individual information about their respective movements and activities are attached to this document to ensure availabillity and for the right measures to be taken for any Estate or Federal Agency who may need it.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="font-family:Times;color:black;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:100%;">The substance of the foregoing information was orally furnished on November, 24, 1963, by Mr. William L. Gowen, of the Central Intelligence Office, as member of the party who visited the restaurant Il Trovatore, sited in Zimmerstrasse, 23, East Berlin. </span><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="font-family:Times;color:black;"><!--[if !supportEmptyParas]--> <!--[endif]--><o:p></o:p></span></p> <!--EndFragment--></div><div class="blogger-post-footer">---------------------believe--------------------------</div>colectivo autobombohttp://www.blogger.com/profile/07584430872375777782noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-829765306992628835.post-150145604754382242012-03-30T18:19:00.001+02:002012-03-30T18:19:28.003+02:00WG, Episodio 27<div><br /></div><div> <!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:hyphenationzone>21</w:HyphenationZone> <w:displayhorizontaldrawinggridevery>0</w:DisplayHorizontalDrawingGridEvery> <w:displayverticaldrawinggridevery>0</w:DisplayVerticalDrawingGridEvery> <w:usemarginsfordrawinggridorigin/> </w:WordDocument> </xml><![endif]--> <!--StartFragment--> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="font-family:Times;font-size:100%;color:black;">Solo podía pensar en encontrar a Valeria cuanto antes para romperle los dientes, metérselos por el culo y luego introducir el brazo por su boca hasta llegar al estómago, recuperarlos y usarlos como instrumento para arrancarle los ojos y mearme después en las cuencas vaciadas. Tenía que volver a la clínica y darle su merecido a esa furcia del este.<span style="mso-spacerun: yes"> </span></span></p><p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="font-family:Times;font-size:100%;color:black;"><span style="mso-spacerun: yes"></span>De repente me vino a la cabeza la idea que había algo importante en mi maleta: los papeles. Valeria, o como se llamara, preguntaba por unos papeles que supuestamente tenían que estar dentro de ella, de la maleta. Los únicos que yo tenía allí eran aquellos restos encontrados en la Teufelsberg que no usé para la hoguera. Abrí la maleta y vacié su contenido sobre la cama. El conjunto apestaba a cierta humedad metálica, barro y mierda que me recordó a la primera línea del frente, aunque nunca había estado en ella, sin embargo, a pesar de revolverlo todo concienzudamente, no había ni rastro de los papeles que buscaba. Obviamente se los habría quedado, ya que parecía que resultaban valiosos para ella. ¿O acaso todo aquello no era más que una farsa en la que los papeles hacían de excusa? ¿Existían tales documentos? ¿Qué importancia podían tener? No recordaba lo que decía en ellos: nombres de personas, listas incongruentes, nada que supusiera algo significativo para mí. ¿Lo sería para ella? ¿Algún mensaje cifrado que yo no era capaz de decodificar? Y sobre todo, ¿por qué me devolvía la maleta? Tenía que encontrarla y pedirle explicaciones antes de aplastarla con el talón de mi bota. Pero lo confieso: me daba miedo. No me sentía capaz de enfrentarme a tamaña arpía. Me daba la impresión de que encontraría la forma de dormirme y volvería<span style="mso-spacerun: yes"> </span>a quedar a su merced. Me sentía vulnerable, como si no fuera nada, una hoja que tiembla ante el viento, un cartel de propaganda doblada por una punta esperando a que lo arranque quien quiera. Tenía la sensación de que cualquiera, hasta el insecto más ínfimo, podría hacerme daño. Recorrí la casa de parte a parte en un intento de elucubrar un plan y analizar el medio en el que me movía.</span><span class="Apple-style-span" style="font-family: Times; font-size: medium; ">El piso, al igual que en las ocasiones anteriores, se encontraba intacto, como si nadie hubiera pasado por allí. O más bien, como si hubiera pasado por allí un escuadrón de limpieza silencioso, ya que no había ni una sola mota de polvo, nada. El espacio estaba completamente esterilizado. Tanto que desde el salón olía el pútrido tufo que desprendían mis ropas y efectos personales. Cogí el montón y lo metí en la lavadora. Tenía prisa, pero me parecía desaprensivo, fuera de lugar, mantener esa suciedad en un lugar tan pulcro.</span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span class="Apple-style-span" style="font-size:100%;"><span style="font-family:Times;color:black;">Hecho esto, me dirigí sin pensarlo a la puerta y salí escaleras abajo, de nuevo sin saber muy bien hacia dónde iba. Lo normal habría sido ir al Koch Institut para buscar a Valeria y al doctor. Si no la encontraba a ella, cuanto menos conseguiría que este me desvelara cómo me habían localizado y si tenía noticias de Hans-Georg. Sin embargo, ya se sabe, cuando a uno le falla la cabeza tiene que valerse de los pies, y los míos funcionaban de manera anárquica, aun al compás de mis pensamientos. Me encontré desplazándome hasta la estación de metro que me llevaba a la Teufelsberg. No me di cuenta, claro está, hasta que salí del tren en esa dirección completamente decidido y sus cúpulas fálicas aparecieron como único objetivo entre ceja y ceja. No tardé en descubrir las ventajas de hacer el trayecto a la luz del día y con las extremidades en mejores condiciones físicas que la ocasión anterior. Hacía un tiempo mucho más benévolo. Las copas de los árboles habían perdido su manto albuminoso y se veían raquíticas, como nudosos dedos de viejo que señalaran el descarriado camino de las alturas. Por un momento pensé que tal vez Hans hubiera vuelto a su morada habitual. No obstante, no lo busqué. Esta vez entré directamente y subí al piso superior de inmediato, no sin cierta dificultad, dada su resbalosa y apestosa superficie. Tiré de la cubierta metálica que sobresalía de la pared para abrirla, pero la compuerta automática no se activó hasta que me harté de patearla, enervado y desesperado ante la imposibilidad de conseguir mi objetivo. El fogonazo de luz me sumió en un absurdo <i>deja vù. </i></span><span style="font-family:Times;color:black;">Recordaba haber dejado todos esos compartimentos abiertos, pero ahora no había quien accediera a ellos. Actué como si supiera lo que hacía y golpeé la pared con el puño cerrado, tanteando el lugar adecuado en la oscuridad. Dos golpes me bastaron para que se abriera el cajón sobre mi cabeza. Cogí los papeles que asomaban por encima del raíl de metal y me los metí en el bolsillo trasero de los pantalones sin vacilaciones. No me quedé ni un minuto buscando a Hans, ni tan siquiera grité su nombre, que habría sido lo más lógico. Actuaba con una diligencia inusitada. Me movía una fuerza desconocida y unos motivos más desconocidos aún. Salí como un zombi del lugar y regresé al metro que me llevaba de nuevo a casa. <o:p></o:p></span></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="font-family:Times;font-size:100%;color:black;">Cerré la puerta con llave y me senté con cuidado en el sofá. La rigidez del papel sobre mi culo y el ruido que este hacía al doblarse me llevaron a sacarme los documentos del bolsillo y extenderlos sobre la mesa. ¿Por qué demonios había ido de nuevo a aquella torre y actuado como si supiera lo que hacía? ¿Para qué quería esos papeles? ¿No habría sido más lógico buscar ayuda, denunciar a Valeria y encontrar a sus amigos? De repente, sentí un peso extraño en la cabeza, como un imán que tiraba de ella hacia arriba, hacia los lados, hacia atrás, en todas las direcciones a la vez. Los ojos se me iban de aquí para allá y no había manera de controlarlos, pero después, como si de las varillas de un zahorí se tratara, tanto la cabeza como los ojos se dirigieron a la misma dirección: el papel. Estaba claro que tenía que leer lo que decía allí para salir de dudas. Siempre que pudiera comprenderlo, claro está. No confiaba plenamente en mis facultades, aunque hasta el momento tampoco podía decir que me hubieran traicionado, al menos por lo que yo sabía. Me concentré concienzudamente en los caracteres mecanografiados que tenía ante mí, pero por más que me esforzara no podía entender nada.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="font-family:Times;font-size:100%;color:black;"><!--[if !supportEmptyParas]--> <!--[endif]--><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="font-family:Times;font-size:100%;color:black;">Date:<span style="mso-spacerun: yes"> </span>November 29, 1963<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="font-family:Times;font-size:100%;color:black;">To:<span style="mso-spacerun: yes"> </span>Director<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="font-family:Times;font-size:100%;color:black;"><span style="mso-spacerun: yes"> </span>Bureau of Intelligence and Research<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="font-family:Times;font-size:100%;color:black;"><span style="mso-spacerun: yes"> </span>Department of State<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="font-family:Times;font-size:100%;color:black;">From:<span style="mso-spacerun: yes"> </span>William Louis Gowen, Director<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="font-family:Times;font-size:100%;color:black;">Subject: Stassi agents involved with GM, GE and Ford’s CEO<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="font-family:Times;font-size:100%;color:black;"><!--[if !supportEmptyParas]--> <!--[endif]--><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span class="Apple-style-span" style="font-size:100%;"><span style="font-family:Times;color:black;"><span style="mso-spacerun: yes"> </span>Our Berlin, West Germany Office on November 23, 1963, advised that double agent David Willis<span style="mso-spacerun: yes"> </span>from the Department of State, advised that some important agents and directors of the East German Intelligence Office, <i>Ministerium für Staatssicherheit </i></span><span style="font-family:Times;color:black;">(Stassi), met General Motors German branch’s CEO,<span style="mso-spacerun: yes"> </span>Marvin F. Pontiac and Ford Motor Company’s CEO, Lincoln<span style="mso-spacerun: yes"> </span>R. Mustang and General Electric’s CEO, John H. Goodlight, in order to disclose important information concerning government plans in city motorways and<span style="mso-spacerun: yes"> </span>different infrastructures in order to avoid payment and collaborate for a future contribution in the aforementioned companies’ organization chart.<o:p></o:p></span></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="font-family:Times;font-size:100%;color:black;">The consequences of the cited case includes charges of high treason, and ultimately dead penalty, according to the<span style="mso-spacerun: yes"> </span>law in force in this Socialist country. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="font-family:Times;font-size:100%;color:black;">Individual information about their respective movements and activities are attached to this document to ensure availabillity and for the right measures to be taken for any Estate or Federal Agency who may need it.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="font-family:Times;color:black;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:100%;">The substance of the foregoing information was orally furnished on November, 24, 1963, by Mr. William L. Gowen, of the Central Intelligence Office, as member of the party who visited the restaurant Il Trovatore, sited in Zimmerstrasse, 23, East Berlin. </span><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="font-family:Times;color:black;"><!--[if !supportEmptyParas]--> <!--[endif]--><o:p></o:p></span></p> <!--EndFragment--></div><div class="blogger-post-footer">---------------------believe--------------------------</div>colectivo autobombohttp://www.blogger.com/profile/07584430872375777782noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-829765306992628835.post-59703384920522287842012-03-30T18:17:00.000+02:002012-03-30T18:18:06.258+02:00WG, Episodio 27<div><br /></div><div> <!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:hyphenationzone>21</w:HyphenationZone> <w:displayhorizontaldrawinggridevery>0</w:DisplayHorizontalDrawingGridEvery> <w:displayverticaldrawinggridevery>0</w:DisplayVerticalDrawingGridEvery> <w:usemarginsfordrawinggridorigin/> </w:WordDocument> </xml><![endif]--> <!--StartFragment--> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="font-family:Times;font-size:100%;color:black;">Solo podía pensar en encontrar a Valeria cuanto antes para romperle los dientes, metérselos por el culo y luego introducir el brazo por su boca hasta llegar al estómago, recuperarlos y usarlos como instrumento para arrancarle los ojos y mearme después en las cuencas vaciadas. Tenía que volver a la clínica y darle su merecido a esa furcia del este.<span style="mso-spacerun: yes"> </span>De repente me vino a la cabeza la idea que había algo importante en mi maleta: los papeles. Valeria, o como se llamara, preguntaba por unos papeles que supuestamente tenían que estar dentro de ella, de la maleta. Los únicos que yo tenía allí eran aquellos restos encontrados en la Teufelsberg que no usé para la hoguera. Abrí la maleta y vacié su contenido sobre la cama. El conjunto apestaba a cierta humedad metálica, barro y mierda que me recordó a la primera línea del frente, aunque nunca había estado en ella, sin embargo, a pesar de revolverlo todo concienzudamente, no había ni rastro de los papeles que buscaba. Obviamente se los habría quedado, ya que parecía que resultaban valiosos para ella. ¿O acaso todo aquello no era más que una farsa en la que los papeles hacían de excusa? ¿Existían tales documentos? ¿Qué importancia podían tener? No recordaba lo que decía en ellos: nombres de personas, listas incongruentes, nada que supusiera algo significativo para mí. ¿Lo sería para ella? ¿Algún mensaje cifrado que yo no era capaz de decodificar? Y sobre todo, ¿por qué me devolvía la maleta? Tenía que encontrarla y pedirle explicaciones antes de aplastarla con el talón de mi bota. Pero lo confieso: me daba miedo. No me sentía capaz de enfrentarme a tamaña arpía. Me daba la impresión de que encontraría la forma de dormirme y volvería<span style="mso-spacerun: yes"> </span>a quedar a su merced. Me sentía vulnerable, como si no fuera nada, una hoja que tiembla ante el viento, un cartel de propaganda doblada por una punta esperando a que lo arranque quien quiera. Tenía la sensación de que cualquiera, hasta el insecto más ínfimo, podría hacerme daño. Recorrí la casa de parte a parte en un intento de elucubrar un plan y analizar el medio en el que me movía.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="font-family:Times;font-size:100%;color:black;"><span style="mso-spacerun: yes"> </span>El piso, al igual que en las ocasiones anteriores, se encontraba intacto, como si nadie hubiera pasado por allí. O más bien, como si hubiera pasado por allí un escuadrón de limpieza silencioso, ya que no había ni una sola mota de polvo, nada. El espacio estaba completamente esterilizado. Tanto que desde el salón olía el pútrido tufo que desprendían mis ropas y efectos personales. Cogí el montón y lo metí en la lavadora. Tenía prisa, pero me parecía desaprensivo, fuera de lugar, mantener esa suciedad en un lugar tan pulcro.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span class="Apple-style-span" style="font-size:100%;"><span style="font-family:Times;color:black;">Hecho esto, me dirigí sin pensarlo a la puerta y salí escaleras abajo, de nuevo sin saber muy bien hacia dónde iba. Lo normal habría sido ir al Koch Institut para buscar a Valeria y al doctor. Si no la encontraba a ella, cuanto menos conseguiría que este me desvelara cómo me habían localizado y si tenía noticias de Hans-Georg. Sin embargo, ya se sabe, cuando a uno le falla la cabeza tiene que valerse de los pies, y los míos funcionaban de manera anárquica, aun al compás de mis pensamientos. Me encontré desplazándome hasta la estación de metro que me llevaba a la Teufelsberg. No me di cuenta, claro está, hasta que salí del tren en esa dirección completamente decidido y sus cúpulas fálicas aparecieron como único objetivo entre ceja y ceja. No tardé en descubrir las ventajas de hacer el trayecto a la luz del día y con las extremidades en mejores condiciones físicas que la ocasión anterior. Hacía un tiempo mucho más benévolo. Las copas de los árboles habían perdido su manto albuminoso y se veían raquíticas, como nudosos dedos de viejo que señalaran el descarriado camino de las alturas. Por un momento pensé que tal vez Hans hubiera vuelto a su morada habitual. No obstante, no lo busqué. Esta vez entré directamente y subí al piso superior de inmediato, no sin cierta dificultad, dada su resbalosa y apestosa superficie. Tiré de la cubierta metálica que sobresalía de la pared para abrirla, pero la compuerta automática no se activó hasta que me harté de patearla, enervado y desesperado ante la imposibilidad de conseguir mi objetivo. El fogonazo de luz me sumió en un absurdo <i>deja vù. </i></span><span style="font-family:Times;color:black;">Recordaba haber dejado todos esos compartimentos abiertos, pero ahora no había quien accediera a ellos. Actué como si supiera lo que hacía y golpeé la pared con el puño cerrado, tanteando el lugar adecuado en la oscuridad. Dos golpes me bastaron para que se abriera el cajón sobre mi cabeza. Cogí los papeles que asomaban por encima del raíl de metal y me los metí en el bolsillo trasero de los pantalones sin vacilaciones. No me quedé ni un minuto buscando a Hans, ni tan siquiera grité su nombre, que habría sido lo más lógico. Actuaba con una diligencia inusitada. Me movía una fuerza desconocida y unos motivos más desconocidos aún. Salí como un zombi del lugar y regresé al metro que me llevaba de nuevo a casa. <o:p></o:p></span></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="font-family:Times;font-size:100%;color:black;">Cerré la puerta con llave y me senté con cuidado en el sofá. La rigidez del papel sobre mi culo y el ruido que este hacía al doblarse me llevaron a sacarme los documentos del bolsillo y extenderlos sobre la mesa. ¿Por qué demonios había ido de nuevo a aquella torre y actuado como si supiera lo que hacía? ¿Para qué quería esos papeles? ¿No habría sido más lógico buscar ayuda, denunciar a Valeria y encontrar a sus amigos? De repente, sentí un peso extraño en la cabeza, como un imán que tiraba de ella hacia arriba, hacia los lados, hacia atrás, en todas las direcciones a la vez. Los ojos se me iban de aquí para allá y no había manera de controlarlos, pero después, como si de las varillas de un zahorí se tratara, tanto la cabeza como los ojos se dirigieron a la misma dirección: el papel. Estaba claro que tenía que leer lo que decía allí para salir de dudas. Siempre que pudiera comprenderlo, claro está. No confiaba plenamente en mis facultades, aunque hasta el momento tampoco podía decir que me hubieran traicionado, al menos por lo que yo sabía. Me concentré concienzudamente en los caracteres mecanografiados que tenía ante mí, pero por más que me esforzara no podía entender nada.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="font-family:Times;font-size:100%;color:black;"><!--[if !supportEmptyParas]--> <!--[endif]--><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="font-family:Times;font-size:100%;color:black;">Date:<span style="mso-spacerun: yes"> </span>November 29, 1963<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="font-family:Times;font-size:100%;color:black;">To:<span style="mso-spacerun: yes"> </span>Director<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="font-family:Times;font-size:100%;color:black;"><span style="mso-spacerun: yes"> </span>Bureau of Intelligence and Research<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="font-family:Times;font-size:100%;color:black;"><span style="mso-spacerun: yes"> </span>Department of State<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="font-family:Times;font-size:100%;color:black;">From:<span style="mso-spacerun: yes"> </span>William Louis Gowen, Director<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="font-family:Times;font-size:100%;color:black;">Subject: Stassi agents involved with GM, GE and Ford’s CEO<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="font-family:Times;font-size:100%;color:black;"><!--[if !supportEmptyParas]--> <!--[endif]--><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span class="Apple-style-span" style="font-size:100%;"><span style="font-family:Times;color:black;"><span style="mso-spacerun: yes"> </span>Our Berlin, West Germany Office on November 23, 1963, advised that double agent David Willis<span style="mso-spacerun: yes"> </span>from the Department of State, advised that some important agents and directors of the East German Intelligence Office, <i>Ministerium für Staatssicherheit </i></span><span style="font-family:Times;color:black;">(Stassi), met General Motors German branch’s CEO,<span style="mso-spacerun: yes"> </span>Marvin F. Pontiac and Ford Motor Company’s CEO, Lincoln<span style="mso-spacerun: yes"> </span>R. Mustang and General Electric’s CEO, John H. Goodlight, in order to disclose important information concerning government plans in city motorways and<span style="mso-spacerun: yes"> </span>different infrastructures in order to avoid payment and collaborate for a future contribution in the aforementioned companies’ organization chart.<o:p></o:p></span></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="font-family:Times;font-size:100%;color:black;">The consequences of the cited case includes charges of high treason, and ultimately dead penalty, according to the<span style="mso-spacerun: yes"> </span>law in force in this Socialist country. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="font-family:Times;font-size:100%;color:black;">Individual information about their respective movements and activities are attached to this document to ensure availabillity and for the right measures to be taken for any Estate or Federal Agency who may need it.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="font-family:Times;color:black;"><span class="Apple-style-span" style="font-size:100%;">The substance of the foregoing information was orally furnished on November, 24, 1963, by Mr. William L. Gowen, of the Central Intelligence Office, as member of the party who visited the restaurant Il Trovatore, sited in Zimmerstrasse, 23, East Berlin. </span><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="font-family:Times;color:black;"><!--[if !supportEmptyParas]--> <!--[endif]--><o:p></o:p></span></p> <!--EndFragment--></div><div class="blogger-post-footer">---------------------believe--------------------------</div>colectivo autobombohttp://www.blogger.com/profile/07584430872375777782noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-829765306992628835.post-29727281684990368212012-03-30T18:16:00.000+02:002012-03-30T18:17:32.944+02:00WG, Episodio 27<div><br /></div><div> <!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:hyphenationzone>21</w:HyphenationZone> <w:displayhorizontaldrawinggridevery>0</w:DisplayHorizontalDrawingGridEvery> <w:displayverticaldrawinggridevery>0</w:DisplayVerticalDrawingGridEvery> <w:usemarginsfordrawinggridorigin/> </w:WordDocument> </xml><![endif]--> <!--StartFragment--> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="font-family:Times;color:black">Solo podía pensar en encontrar a Valeria cuanto antes para romperle los dientes, metérselos por el culo y luego introducir el brazo por su boca hasta llegar al estómago, recuperarlos y usarlos como instrumento para arrancarle los ojos y mearme después en las cuencas vaciadas. Tenía que volver a la clínica y darle su merecido a esa furcia del este.<span style="mso-spacerun: yes"> </span>De repente me vino a la cabeza la idea que había algo importante en mi maleta: los papeles. Valeria, o como se llamara, preguntaba por unos papeles que supuestamente tenían que estar dentro de ella, de la maleta. Los únicos que yo tenía allí eran aquellos restos encontrados en la Teufelsberg que no usé para la hoguera. Abrí la maleta y vacié su contenido sobre la cama. El conjunto apestaba a cierta humedad metálica, barro y mierda que me recordó a la primera línea del frente, aunque nunca había estado en ella, sin embargo, a pesar de revolverlo todo concienzudamente, no había ni rastro de los papeles que buscaba. Obviamente se los habría quedado, ya que parecía que resultaban valiosos para ella. ¿O acaso todo aquello no era más que una farsa en la que los papeles hacían de excusa? ¿Existían tales documentos? ¿Qué importancia podían tener? No recordaba lo que decía en ellos: nombres de personas, listas incongruentes, nada que supusiera algo significativo para mí. ¿Lo sería para ella? ¿Algún mensaje cifrado que yo no era capaz de decodificar? Y sobre todo, ¿por qué me devolvía la maleta? Tenía que encontrarla y pedirle explicaciones antes de aplastarla con el talón de mi bota. Pero lo confieso: me daba miedo. No me sentía capaz de enfrentarme a tamaña arpía. Me daba la impresión de que encontraría la forma de dormirme y volvería<span style="mso-spacerun: yes"> </span>a quedar a su merced. Me sentía vulnerable, como si no fuera nada, una hoja que tiembla ante el viento, un cartel de propaganda doblada por una punta esperando a que lo arranque quien quiera. Tenía la sensación de que cualquiera, hasta el insecto más ínfimo, podría hacerme daño. Recorrí la casa de parte a parte en un intento de elucubrar un plan y analizar el medio en el que me movía.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="font-family:Times;color:black"><span style="mso-spacerun: yes"> </span>El piso, al igual que en las ocasiones anteriores, se encontraba intacto, como si nadie hubiera pasado por allí. O más bien, como si hubiera pasado por allí un escuadrón de limpieza silencioso, ya que no había ni una sola mota de polvo, nada. El espacio estaba completamente esterilizado. Tanto que desde el salón olía el pútrido tufo que desprendían mis ropas y efectos personales. Cogí el montón y lo metí en la lavadora. Tenía prisa, pero me parecía desaprensivo, fuera de lugar, mantener esa suciedad en un lugar tan pulcro.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="font-family:Times;color:black">Hecho esto, me dirigí sin pensarlo a la puerta y salí escaleras abajo, de nuevo sin saber muy bien hacia dónde iba. Lo normal habría sido ir al Koch Institut para buscar a Valeria y al doctor. Si no la encontraba a ella, cuanto menos conseguiría que este me desvelara cómo me habían localizado y si tenía noticias de Hans-Georg. Sin embargo, ya se sabe, cuando a uno le falla la cabeza tiene que valerse de los pies, y los míos funcionaban de manera anárquica, aun al compás de mis pensamientos. Me encontré desplazándome hasta la estación de metro que me llevaba a la Teufelsberg. No me di cuenta, claro está, hasta que salí del tren en esa dirección completamente decidido y sus cúpulas fálicas aparecieron como único objetivo entre ceja y ceja. No tardé en descubrir las ventajas de hacer el trayecto a la luz del día y con las extremidades en mejores condiciones físicas que la ocasión anterior. Hacía un tiempo mucho más benévolo. Las copas de los árboles habían perdido su manto albuminoso y se veían raquíticas, como nudosos dedos de viejo que señalaran el descarriado camino de las alturas. Por un momento pensé que tal vez Hans hubiera vuelto a su morada habitual. No obstante, no lo busqué. Esta vez entré directamente y subí al piso superior de inmediato, no sin cierta dificultad, dada su resbalosa y apestosa superficie. Tiré de la cubierta metálica que sobresalía de la pared para abrirla, pero la compuerta automática no se activó hasta que me harté de patearla, enervado y desesperado ante la imposibilidad de conseguir mi objetivo. El fogonazo de luz me sumió en un absurdo <i>deja vù. </i></span><span style="font-family:Times;color:black">Recordaba haber dejado todos esos compartimentos abiertos, pero ahora no había quien accediera a ellos. Actué como si supiera lo que hacía y golpeé la pared con el puño cerrado, tanteando el lugar adecuado en la oscuridad. Dos golpes me bastaron para que se abriera el cajón sobre mi cabeza. Cogí los papeles que asomaban por encima del raíl de metal y me los metí en el bolsillo trasero de los pantalones sin vacilaciones. No me quedé ni un minuto buscando a Hans, ni tan siquiera grité su nombre, que habría sido lo más lógico. Actuaba con una diligencia inusitada. Me movía una fuerza desconocida y unos motivos más desconocidos aún. Salí como un zombi del lugar y regresé al metro que me llevaba de nuevo a casa. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="font-family:Times;color:black">Cerré la puerta con llave y me senté con cuidado en el sofá. La rigidez del papel sobre mi culo y el ruido que este hacía al doblarse me llevaron a sacarme los documentos del bolsillo y extenderlos sobre la mesa. ¿Por qué demonios había ido de nuevo a aquella torre y actuado como si supiera lo que hacía? ¿Para qué quería esos papeles? ¿No habría sido más lógico buscar ayuda, denunciar a Valeria y encontrar a sus amigos? De repente, sentí un peso extraño en la cabeza, como un imán que tiraba de ella hacia arriba, hacia los lados, hacia atrás, en todas las direcciones a la vez. Los ojos se me iban de aquí para allá y no había manera de controlarlos, pero después, como si de las varillas de un zahorí se tratara, tanto la cabeza como los ojos se dirigieron a la misma dirección: el papel. Estaba claro que tenía que leer lo que decía allí para salir de dudas. Siempre que pudiera comprenderlo, claro está. No confiaba plenamente en mis facultades, aunque hasta el momento tampoco podía decir que me hubieran traicionado, al menos por lo que yo sabía. Me concentré concienzudamente en los caracteres mecanografiados que tenía ante mí, pero por más que me esforzara no podía entender nada.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="font-family:Times;color:black"><!--[if !supportEmptyParas]--> <!--[endif]--><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="font-family:Times;color:black">Date:<span style="mso-spacerun: yes"> </span>November 29, 1963<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="font-family:Times;color:black">To:<span style="mso-spacerun: yes"> </span>Director<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="font-family:Times;color:black"><span style="mso-spacerun: yes"> </span>Bureau of Intelligence and Research<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="font-family:Times;color:black"><span style="mso-spacerun: yes"> </span>Department of State<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="font-family:Times;color:black">From:<span style="mso-spacerun: yes"> </span>William Louis Gowen, Director<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="font-family:Times;color:black">Subject: Stassi agents involved with GM, GE and Ford’s CEO<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="font-family:Times;color:black"><!--[if !supportEmptyParas]--> <!--[endif]--><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="font-family:Times;color:black"><span style="mso-spacerun: yes"> </span>Our Berlin, West Germany Office on November 23, 1963, advised that double agent David Willis<span style="mso-spacerun: yes"> </span>from the Department of State, advised that some important agents and directors of the East German Intelligence Office, <i>Ministerium für Staatssicherheit </i></span><span style="font-family:Times;color:black">(Stassi), met General Motors German branch’s CEO,<span style="mso-spacerun: yes"> </span>Marvin F. Pontiac and Ford Motor Company’s CEO, Lincoln<span style="mso-spacerun: yes"> </span>R. Mustang and General Electric’s CEO, John H. Goodlight, in order to disclose important information concerning government plans in city motorways and<span style="mso-spacerun: yes"> </span>different infrastructures in order to avoid payment and collaborate for a future contribution in the aforementioned companies’ organization chart.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="font-family:Times;color:black">The consequences of the cited case includes charges of high treason, and ultimately dead penalty, according to the<span style="mso-spacerun: yes"> </span>law in force in this Socialist country. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="font-family:Times;color:black">Individual information about their respective movements and activities are attached to this document to ensure availabillity and for the right measures to be taken for any Estate or Federal Agency who may need it.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="font-family:Times;color:black">The substance of the foregoing information was orally furnished on November, 24, 1963, by Mr. William L. Gowen, of the Central Intelligence Office, as member of the party who visited the restaurant Il Trovatore, sited in Zimmerstrasse, 23, East Berlin. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="text-align:justify;mso-pagination:widow-orphan; mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="font-family:Times;color:black"><!--[if !supportEmptyParas]--> <!--[endif]--><o:p></o:p></span></p> <!--EndFragment--></div><div class="blogger-post-footer">---------------------believe--------------------------</div>colectivo autobombohttp://www.blogger.com/profile/07584430872375777782noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-829765306992628835.post-20753329722924959482012-03-08T18:27:00.003+01:002012-03-08T18:41:52.089+01:00WG, Episodio 26<!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:hyphenationzone>21</w:HyphenationZone> <w:displayhorizontaldrawinggridevery>0</w:DisplayHorizontalDrawingGridEvery> <w:displayverticaldrawinggridevery>0</w:DisplayVerticalDrawingGridEvery> <w:usemarginsfordrawinggridorigin/> </w:WordDocument> </xml><![endif]--> <!--StartFragment--> <p class="MsoBodyTextIndent" style="mso-pagination:widow-orphan;mso-layout-grid-align: auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><!--[if !supportEmptyParas]--> <!--[endif]--><o:p></o:p></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="mso-pagination:widow-orphan;mso-layout-grid-align: auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span class="Apple-style-span" style="font-size:130%;">Debí permanecer allí un par de horas más. De nuevo me había quedado dormido. ¿Qué me pasaba, que ni tan siquiera la inquietud era capaz de mantenerme despierto? Demasiado razonamiento para tan poca posibilidad de acción. "Atrofiamiento neuronal", lo llamaba el doctor del tercio. </span></p><p class="MsoBodyTextIndent" style="mso-pagination:widow-orphan;mso-layout-grid-align: auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span class="Apple-style-span" style="font-size:130%;">Me desperté al ritmo de los fuertes latigazos que me propinaban en el culo. Una vez despabilado al galope, volvió a repetirse el proceso de los nombres y los golpes. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="mso-pagination:widow-orphan;mso-layout-grid-align: auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span class="Apple-style-span" style="font-size:130%;">—¿Dónde está la resta de la información? —gritó poseída por un espíritu de interrogación digno de los mejores servicios de espionaje— ¿Dónde? ¿La maleta?<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="mso-pagination:widow-orphan;mso-layout-grid-align: auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span class="Apple-style-span" style="font-size:130%;">Yo seguía con la cabeza metida en el vano de la pared, de modo que no veía a Valeria. No veía nada en realidad, ya que las rendijas apenas dejaban pasar la luz a través del papel roto del póster. Se hizo un silencio de más de un minuto, solo interrumpido por los sonidos de exasperación que salían de su boca. Soltó varias imprecaciones en su lengua: ¿húngaro? ¿rumano? ¿polaco? ¿ruso? No, no podía ser ruso. ¿O tal vez sí?<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="mso-pagination:widow-orphan;mso-layout-grid-align: auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span class="Apple-style-span" style="font-size:130%;">Mi cerebro todavía intentaba descifrar algún código con el que interactuar, allí colgado, sumido en lo que parecía un encuentro con una nueva dimensión, cuando noté que acercaba algo frío a mi ano, probablemente de metal. Al recordar la pera infernal que me había mostrado poco antes el esfínter volvió a cerrarse a cal y canto, haciéndome descubrir músculos que jamás pensé que poseyera. Comencé a advertir una actividad neuronal inimaginable en mi cuerpo en reposo. Creo que incluso Valeria oía el mecanismo de relojería de mis pensamientos. Tenía que decir algo. Pero ¿cuál sería la respuesta que me salvaría del tormento? Estaba claro que no se trataba de nada que yo supiera. La única posibilidad de salvación era acertar improvisando algo, pero la experiencia anterior me decía que aquello no sería posible, que esa mujer esperaba algo de mí que no podía encontrar, que se confundía de persona, que estaba completamente desquiciada y con la mente puesta en empresas que nada tenían que ver con la realidad, sino con una fantasía soñada que le habría gustado realizar junto a mí. La fantasía del espía y la torturadora, tuve que suponer.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="mso-pagination:widow-orphan;mso-layout-grid-align: auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span class="Apple-style-span" style="font-size:130%;">—¡No sé de qué estas hablando! —grité con desesperación, intentando sacarla de su hipnosis—. ¡Te estás confundiendo!<span style="mso-spacerun: yes"> </span>¡No soy más que un inmigrante!<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="mso-pagination:widow-orphan;mso-layout-grid-align: auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span class="Apple-style-span" style="font-size:130%;">—¡Ja! —exclamó ella con sorna— ¡Los papeles! ¡La maleta! gritó para penetrarme seguidamente con ese metal nada auspicioso.</span></p><p class="MsoBodyTextIndent" style="mso-pagination:widow-orphan;mso-layout-grid-align: auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span class="Apple-style-span" style="font-size:130%;">Al parecer había dado una respuesta incorrecta de nuevo. </span></p><p class="MsoBodyTextIndent" style="mso-pagination:widow-orphan;mso-layout-grid-align: auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span class="Apple-style-span" style="font-size:130%;"><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="mso-pagination:widow-orphan;mso-layout-grid-align: auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span class="Apple-style-span" style="font-size:130%;">—¡No! ¡No! <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="mso-pagination:widow-orphan;mso-layout-grid-align: auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span class="Apple-style-span" style="font-size:130%;">Volvía a gritar, pero de algún modo sabía que aquello no era lo que se esperaba de mí, que aquello no me salvaría la vida en ningún caso, sino que empeoraba mi situación. Mi cabeza tuvo una breve visita en forma de rápida ráfaga: una vaga imagen </span><span class="Apple-style-span" style="font-size: large; ">de las novatadas del ejército. Cuanto más débil te veían más se prolongaba la agonía. La única forma de salir de aquello sería mostrar mi fortaleza de espíritu, valor y entereza; dejar que desesperase en sus intentos, superada por la impotencia.</span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="mso-pagination:widow-orphan;mso-layout-grid-align: auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span class="Apple-style-span" style="font-size:130%;">—¿Dónde está la resta de los papeles que había en tu maleta?<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="mso-pagination:widow-orphan;mso-layout-grid-align: auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span class="Apple-style-span" style="font-size:130%;">—¿Qué? —pregunté asimismo—. ¿Mi maleta? ¿Qué has hecho con ella, hija de puta?<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="mso-pagination:widow-orphan;mso-layout-grid-align: auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span class="Apple-style-span" style="font-size:130%;">Respondí esto movido por un instinto primitivo. Me parecía que la maleta era mi única pertenencia, aquello que me caracterizaba como persona verdadera, y que sin ella no era más que un desposeído sin ningún rumbo en la vida. En aquel momento creía que era el único hilo al que asirse, aquello que tenía que defender con uñas y dientes.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="mso-pagination:widow-orphan;mso-layout-grid-align: auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span class="Apple-style-span" style="font-size:130%;">—¿Así que empiezas a recordar, eh? Maldito fascista a sueldo del capitalismo. ¡Toma esta!<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="mso-pagination:widow-orphan;mso-layout-grid-align: auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span class="Apple-style-span" style="font-size:130%;">Introdujo el émbolo con toda su fuerza y dejó que se abriera dentro de mi recto. </span></p><p class="MsoBodyTextIndent" style="mso-pagination:widow-orphan;mso-layout-grid-align: auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span class="Apple-style-span" style="font-size:130%;">Fue un dolor desgarrador, no hay otra palabra para definirlo. Pero duró poco, unos segundos, hasta que volvió a apretar el mango de aquella pera diabólica y su mecanismo dentado se replegó sobre sí mismo.</span></p><p class="MsoBodyTextIndent" style="mso-pagination:widow-orphan;mso-layout-grid-align: auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"> <!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:hyphenationzone>21</w:HyphenationZone> <w:displayhorizontaldrawinggridevery>0</w:DisplayHorizontalDrawingGridEvery> <w:displayverticaldrawinggridevery>0</w:DisplayVerticalDrawingGridEvery> <w:usemarginsfordrawinggridorigin/> </w:WordDocument> </xml><![endif]--> <!--StartFragment--> </p><p class="MsoBodyTextIndent" style="mso-pagination:widow-orphan;mso-layout-grid-align: auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="font-family:Times;font-size:130%;">—¿Hablarás, cerdo? ¿Cantarás, urraca? Solo tengo que dejar ir el mano, y adiós.<o:p></o:p></span></p> <span class="Apple-style-span" style="font-size:130%;"><span style="mso-ansi-language:ES-TRAD;font-family:Times;">—¡No sé que tengo que decir! ¡Soy inocente!</span><!--EndFragment--> </span><p></p><p class="MsoBodyTextIndent" style="mso-pagination:widow-orphan;mso-layout-grid-align: auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span class="Apple-style-span" style="font-size:130%;">Es desconsolador saber que al principio tuvo un efecto sumamente excitante y que incluso en la posición en que me encontraba tuve una erección involuntaria. Siempre había pensado en la injusticia que supone que alguien a quien cuelgan de una cuerda a modo de pena fatal muera empalmado como si rindiera tributo a su verdugo, y ahora comprobaba en mis propias carnes que significaba una irreverencia contra uno mismo, algo más indigno incluso que el propio castigo al que era sometido. Ni qué decir tiene que aquello surtió su efecto en Valeria, que se abalanzó sobre su presa como si le fuera la vida en ello. Su boca anhelosa rodeó el capullo enseguida mostrando esa impudicia y voluptuosidad que la caracterizaban a la hora de lubricar la zona de manera experta y casi maquinal. Esto pronto la llevó a relajar la mano con la que me penetraba por detrás y hacer que la pera se abriera<span class="Apple-style-span" style=" ;font-family:Times;"> en el interior de mi recto en toda su amplitud.</span></span></p> <!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:hyphenationzone>21</w:HyphenationZone> <w:displayhorizontaldrawinggridevery>0</w:DisplayHorizontalDrawingGridEvery> <w:displayverticaldrawinggridevery>0</w:DisplayVerticalDrawingGridEvery> <w:usemarginsfordrawinggridorigin/> </w:WordDocument> </xml><![endif]--> <!--StartFragment--><span class="Apple-style-span" style="font-size:130%;"><span style=" mso-ansi-language:ES-TRAD;font-family:Times;"> </span><span class="Apple-style-span" style="line-height: 19px; ">Se me bajó todo.</span><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:hyphenationzone>21</w:HyphenationZone> <w:displayhorizontaldrawinggridevery>0</w:DisplayHorizontalDrawingGridEvery> <w:displayverticaldrawinggridevery>0</w:DisplayVerticalDrawingGridEvery> <w:usemarginsfordrawinggridorigin/> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--StartFragment--></span><p class="MsoNormal" style="margin-bottom:13.0pt;text-indent:35.45pt;line-height: 150%;mso-pagination:none;mso-layout-grid-align:none;text-autospace:none"><span class="Apple-style-span" style="font-size:130%;"><o:p></o:p></span></p> <span style="mso-ansi-language:ES-TRAD;font-family:Times;font-size:130%;" >—¡Inútil, inútil de mierda! ¡No vales para nada! ¡Vas a volver al sitio de donde vienes! ¡A la puta mierda!</span><div><span class="Apple-style-span" style=" ;font-family:Times;font-size:130%;" ><br /></span></div><div><span class="Apple-style-span" style="font-family:Times;font-size:130%;">No tardé mucho en notar el desgarro y sentir como si perdiera toda la fuerza que quedaba dentro de mí. Lancé un último grito de agonía y quedé inconsciente de nuevo.</span> </div><div><p class="MsoBodyTextIndent" style="mso-pagination:widow-orphan;mso-layout-grid-align: auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span class="Apple-style-span" style="font-size:130%;"><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="mso-pagination:widow-orphan;mso-layout-grid-align: auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span class="Apple-style-span" style="font-size:130%;">Cuando volví a abrir los ojos ya no estaba allí, sino en otro mundo. ¿Paraíso? ¿Purgatorio? No podía ser el infierno, sabiendo que ya había estado allí. No, la sensación era demasiado blanda y confortable, demasiado acogedora como para eso. Yacía sobre un colchón cómodo y en una atmósfera limpia, de sanatorio, aséptica, completamente desinfectada. Pero no estaba en un hospital, sino en la cama de mi piso compartido. El dolor de cabeza era terrible. ¿Cuántos días habrían pasado desde el suceso? ¿Qué día sería? ¿Viernes? ¿Cómo demonios había llegado hasta allí? ¿Quién me había rescatado? Busqué en torno de la habitación algo, alguien, que pudiera ofrecerme una respuesta, con la esperanza de encontrar a Hoffmann, a Hans-Georg, a cualquiera que me diera pistas sobre lo ocurrido. Estaba tan aturdido que apenas recordaba nada de cuanto había acontecido hasta entonces. Hice el gesto de levantarme para poner en orden mis pensamientos, pero un mareo con accesos de vómito que casi me llevó al suelo me convenció de que no era una gran idea. Me apoyé en el borde de la cama e intenté incorporarme poco a poco, buscando una posición en la que mi cabeza dejara de estallar, pero no era fácil conseguirlo. Sentía como si una cabalgata de hoces y martillos disputaran una carrera frenética en el interior de mi cerebro, como si tuviera dentro a un incansable John Henry que desafiaba a mazazos la máquina de vapor de mi cabeza. Me bajé los pantalones del pijama que alguien me había puesto y descubrí una especie de pañal que me cubría el culo y los genitales. Quien fuera que me rescatara se había tomado la molestia de curarme las heridas, aunque tenía marcas por todas partes y algún que otro morado. Apreté la zona del perineo para conseguir un diagnóstico certero de mi situación. Dolía. Pero no tanto como para impedirme llevar una vida normal si la máquina de vapor de mi cabeza condescendía. Tenía una sed angustiante que apenas me dejaba respirar, pero no habían sido tan delicados como para dejarme agua cerca de la mesilla. Supongo que no esperarían que despertara tan pronto, aunque tal vez simplemente se les hubiera olvidado. ¿Quién era mi salvador? ¿Dónde estaba? Hans-Georg. Probablemente en la biblioteca. Por la luz que se filtraba a través de las cortinas debía ser de día, las doce del mediodía como mucho.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="mso-pagination:widow-orphan;mso-layout-grid-align: auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span class="Apple-style-span" style="font-size:130%;">Tras dos nuevos intentos fallidos conseguí levantarme y llegar hasta la cocina. No podía quitarme de la cabeza la sensación de que tenía que ir a alguna parte. Cogí un vaso del armario, abrí el grifo y bebí hasta dar cuenta de casi dos litros. Dejé que el agua corriera como si fuera el símbolo de mi vitalidad recobrada y puse la cabeza bajo su helado flujo, esperando que resultara igual de vivificante que ingerirla. Lo fue. Al menos hasta que dejé de hacerlo y me golpeé con el grifo al levantarme. Una ducha fría serviría para desentumecerme un poco y limpiar mi cuerpo de todas las aberraciones sufridas hasta el momento. A pesar de la conmoción que seguía sintiendo, volví a la habitación a paso rápido para coger mi bolsa de aseo y a medio camino comprendí que era inútil. Había perdido la maleta. Probablemente se encontraba en casa de una maniaca sexual que disfrutaba restregándose el cepillo con ella y pensando en las torturas que podría infligir en su dueño con solo pronunciar la palabra prohibida. Me daba miedo pensar en esa maldita palabra. No quería dormir más. Parecía haber estado hibernando durante años. Así pues, me saqué el ridículo pañal, entré en la bañera, abrí el grifo a la máxima potencia y dejé que el agua purificadora limpiara mi cuerpo. No quise ni mirar lo que me habían hecho en el trasero. Tenía miedo de volver a desfallecer. Sin embargo, en el proceso de lavado no hubo nada que resultara realmente doloroso. Después de aquello me sentí como si hubiera llegado la primavera, una primavera donde un sol cegador te hace perder el rumbo y fruncir el entrecejo, con rayos que penetran directamente hasta el córtex, pero primavera al fin y al cabo. Volví a la habitación, descorrí las cortinas y quedé estupefacto al ver un bulto junto a la cama de las mismas dimensiones, forma y superficie que mi maleta. Me precipité hacia ella pensando que era imposible que alguien me torturase por lo que había en su interior y luego me la devolviera como si tal cosa. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="mso-pagination:widow-orphan;mso-layout-grid-align: auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span class="Apple-style-span" style="font-size:130%;">Algún hijo de la gran puta estaba jugando con la realidad para joderme la vida.</span><o:p></o:p></p> <!--EndFragment--></div><div class="blogger-post-footer">---------------------believe--------------------------</div>colectivo autobombohttp://www.blogger.com/profile/07584430872375777782noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-829765306992628835.post-77324776158278252392012-01-24T18:50:00.007+01:002012-01-24T19:37:37.931+01:00WG, Episodio Regalo 25<!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:hyphenationzone>21</w:HyphenationZone> <w:displayhorizontaldrawinggridevery>0</w:DisplayHorizontalDrawingGridEvery> <w:displayverticaldrawinggridevery>0</w:DisplayVerticalDrawingGridEvery> <w:usemarginsfordrawinggridorigin/> </w:WordDocument> </xml><![endif]--> <!--StartFragment--> <p class="MsoBodyTextIndent" style="mso-pagination:widow-orphan;mso-layout-grid-align: auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other">No digo que no fuera bueno para la espalda, pero lo problemático de estar suspendido en la postura del conejo con una argolla en el cuello que tira de él hacia arriba, es que enseguida pierdes contacto con el mundo real y dejas de ser persona para pasar a ser objeto. Al menos ese fue mi caso. Saber que me las podían dar y meter por todos lados dejaba mi cuerpo a merced de la tortura, impávido, exangüe, abierto en canal a cualquier sugerencia que pudiera ocurrir en la mente de mi atormentadora. No estaba en disposición de oponer resistencia alguna, pero de haberlo hecho no conseguiría más que acrecentar el dolor, así que me deje llevar por el bamboleo con el que me mecían las cuerdas tras sus recios guantazos. En defensa de Valeria hay que decir que tenía una técnica de golpeo bastante depurada y nunca se contentaba con asestar un golpe directo, sino que prefería la fricción, el desgarro visual y primoroso con el látigo. Al pensar en los arañazos que notaba surcando mi cuerpo, aunque no podía verlos, pendiendo en alto de aquella ingeniosa manera, no pude evitar pensar en la técnica de salpicado de pintura que usaba Max Ernst y que Pollock haría suya. No obstante, como la cuerda tiraba de mi cuello hacia arriba, era imposible saber si mi sangre se derramaba de manera artística o simplemente caía en cruento reguero. <o:p></o:p></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="mso-pagination:widow-orphan;mso-layout-grid-align: auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other">—¡Los nombres! —gritó Valeria con energía.<o:p></o:p></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="mso-pagination:widow-orphan;mso-layout-grid-align: auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other">Me quedé preguntándome por ello. <o:p></o:p></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="mso-pagination:widow-orphan;mso-layout-grid-align: auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other">—¿Qué nombres?<o:p></o:p></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="mso-pagination:widow-orphan;mso-layout-grid-align: auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other">—Todos los nombres. Dime lo que sepas acerca de todos los nombres —dijo propinándome un diestro latigazo.<o:p></o:p></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="mso-pagination:widow-orphan;mso-layout-grid-align: auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other">—¡No sé de qué me hablas! No me pegues más, zorra. Cuando baje de aquí te voy a sacar todos los dientes.<o:p></o:p></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="mso-pagination:widow-orphan;mso-layout-grid-align: auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other">—¡Todos-los-nombres! —repitió propinándome un zarpazo con cada una de las palabras.<o:p></o:p></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="mso-pagination:widow-orphan;mso-layout-grid-align: auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other">—Pero, ¿qué nombres? -repliqué tartajeando y descompuesto- ¿No serán los nombres de Cristo? Porque te los recito uno a uno: <span style="letter-spacing:-.2pt; mso-font-kerning:.5ptfont-family:Times-Roman;font-size:15.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes"> </span>«</span><span style="letter-spacing:-.2pt;mso-font-kerning:.5ptfont-family:Times-Roman;"><i>De las calamidades de nuestros tiempos, que, como vemos, son muchas y muy graves, una es, y no la menor de todas, muy ilustre señor, el haber venido los hombres a disposición que les sea ponzoña lo que les solía ser medicina y remedio; que es también claro indicio de que se les acerca su fin, y de que el mundo está vecino a la muerte, pues la halla en vida</i></span><span style="letter-spacing:-.2pt;mso-font-kerning:.5ptfont-family:Times-Roman;">» .<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="mso-pagination:widow-orphan;mso-layout-grid-align: auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="letter-spacing:-.2pt;mso-font-kerning:.5ptfont-family:Times-Roman;">—¿Qué crees que es esto, un trapalengua? ¿Quieres juegos? Yo te daré juego —dijo cogiendo un garrote con pinchos que parecía sacado de una baraja de Fournier.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="mso-pagination:widow-orphan;mso-layout-grid-align: auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other">—¡Está bien! ¡Está bien! —respondí iluminado de repente—. Te diré todo lo que sé.<o:p></o:p></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="mso-pagination:widow-orphan;mso-layout-grid-align: auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other">Al final parecía que las clases en la Universidad de Melilla servirían para algo. Había hecho un trabajo exhaustivo sobre el tema y aunque me pareció de lo más aburrido, al menos conseguí que me pusieran la única mención de honor que obtuve en la carrera. En ese momento, comprender por qué motivos podía parecerle aquello tan vital no engrosaba la lista de mis anárquicos y agarrotados pensamientos.<o:p></o:p></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="mso-pagination:widow-orphan;mso-layout-grid-align: auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other">—Más te vale —dijo Valeria en tono conciliador.<o:p></o:p></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="mso-pagination:widow-orphan;mso-layout-grid-align: auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other">—De acuerdo. Ahí va: año 1997 <o:p></o:p></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="mso-pagination:widow-orphan;mso-layout-grid-align: auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other">Me quedé en silencio para calibrar el efecto que tenían esas palabras en mi interlocutora.<o:p></o:p></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="mso-pagination:widow-orphan;mso-layout-grid-align: auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other">—Sigue.<o:p></o:p></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="mso-pagination:widow-orphan;mso-layout-grid-align: auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other">—<i>Todos os nomes</i><span style="font-style:normal"> en portugués original. Editado por Alfaguara en España. Un individuo que trabaja en un registro civil caótico y disfruta de una vida anodina y sin objetivos, aparte de su labor entre los papeles desordenados, descubre el sentido en la búsqueda de una mujer de la que ni tan siquiera ha visto el rostro. Esto le hace salir de su burbuja de papeles y enfrentarse al mundo como no lo había hecho antes. Una novela que llama a la rebelión y a la búsqueda de nuestro propio camino fuera de los cauces opresivos de los poderes fácticos y los aparatos de gobierno. ¿Satisfecha?<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="mso-pagination:widow-orphan;mso-layout-grid-align: auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other">Su respuesta llegó en la forma de un mazazo tan rápido que apenas pude verlo venir. Mi mente se quedó en blanco por un momento y pensé que no volvería a funcionar nunca más. Me imaginaba en un coma profundo que duraría más allá de mi propia vida, un flotar eterno en la más absoluta de las nadas para regodearme en mi inexistencia. Pequeños destellos surcaban mi visión interna a derecha e izquierda y revoloteaban allí, haciéndome creer que mi cuerpo vagaba por los aires a sus anchas, en busca del equilibrio celestial. Cuando volví en mí seguía suspendido, ahora con el cuerpo repleto de pinzas y una presión continua en la zona genital que me preocupaba más que cualquier pinzamiento.<o:p></o:p></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="mso-pagination:widow-orphan;mso-layout-grid-align: auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other">—Rudi Mitig —dijo Valeria mientras estiraba de una cuerda que conectaba directamente con la base de mi escroto.<o:p></o:p></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="mso-pagination:widow-orphan;mso-layout-grid-align: auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other">—Grrrrl —repuse ya estrangulado.<o:p></o:p></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="mso-pagination:widow-orphan;mso-layout-grid-align: auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other">—Gunter Guillaume. ¿No te suenan de nada esos nombres? —Asentí, simplemente por calmar sus ánimos. En cierto sentido me sonaban de algo, pero tampoco sabía de qué—. Bueno, parece que ya nos vamos entendiendo. Quiero que me digas todo lo que sabes de ellos. ¿Quién más estaba implicado? ¿Para quién trabajas?<o:p></o:p></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="mso-pagination:widow-orphan;mso-layout-grid-align: auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other">—Escúchame, Valeria. El alcohol te hace ver cosas que no se corresponden con la realidad. Yo solo llevo aquí un par de meses. Conozco a muy pocos alemanes.<o:p></o:p></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="mso-pagination:widow-orphan;mso-layout-grid-align: auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other">—Será mejor que empieces a tomarte esto en serio. Como ves, tengo muchos instrumentos con los que trabajar y dispongo aún de más tiempo. ¿Ves esto? —dijo enseñándome una pera metálica con un largo asa que accionó para que viera cómo se abría cual flor carnívora dentada. Ocho pétalos serrados se accionaron con violencia convirtiendo lo que parecía pera en un artilugio de desgarramiento infernal. Volvió a cerrarlo, se colocó tras de mí, donde no podía verla, y pegó el siniestro aparato a mi culo. El frío me hizo cerrar todos los esfínteres—. Imagina. Simplemente imagínatelo —dijo<span style="mso-spacerun: yes"> </span>introduciéndolo levemente en el agujero—. Cuando vuelva quiero respuestas.<o:p></o:p></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="mso-pagination:widow-orphan;mso-layout-grid-align: auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other">El terror que aquello me inspiró hizo que dejara de pensar y me pusiera en acción. Pensar era una actividad insensata y de escasa utilidad, cuando me encontraba suspendido en el aire sin poder animar mis pensamientos con incansables caminatas que los refrescaran. Procuré balancear mi cuerpo de modo que llegara a alguna de las paredes, en un intento desesperado por comprobar la dureza de su superficie, sin saber realmente para qué, tal vez simplemente con el objeto de noquearme y no tener que responder de manera consciente a los estímulos tan aciagos que estaban por venir. Así, impulsé mi cuerpo con la propia inercia proporcionada por el oscilar de la cuerda y comencé un baile de recorrido cada vez más largo, hasta que por fin, di con mi cabeza en la base de ladrillos de la pared y conseguí impulsarme con más fuerza para asestarme un golpe definitivo que me dejara dormido. Pero no lo conseguí. Ni al primer golpe, ni al segundo, ni al tercero, tan lejos de mi propio umbral de dolor me encontraba. De hecho, llegué a pensar que aquellos dolores eran placenteros y el frenesí que los acompañaba me llenaba de una euforia que hacía indoloros los golpes. Una revelación me hizo dirigir los esfuerzos al contacto directo con esa imagen piadosa y a la vez irreverente que colgaba frente a mí, con los pechos desnudos y las manos sobre el regazo. Llevaba ya tanto impulso que no me cabía duda de que quedaría inconsciente o atravesaría la pared por completo con la cabeza. Puse la frente en la posición supina adecuada para tal menester, consciente de que la dureza del cráneo debía ser allí más acusada. Me pareció alcanzar una velocidad exagerada, que las ventanas de la nariz se me abrían al contacto con la fuerza del viento, y que el pelo se me encrespaba como a un puercoespín atacado por un niño insidioso. El rostro piadoso de la virgen se hacía cada vez más grande, sus facciones virtuosas un polo magnético capaz de borrar toda la infamia de mis actos pasados y la magnitud del castigo que estaba a punto de recibir. Pero entonces bajé la vista hacia sus pechos y vi un extraño tatuaje que me perturbó hasta<span style="mso-spacerun: yes"> </span>la demencia: las mismas aspas en forma de sotuer con una araña vagando sobre ellas. Quise buscar el refugio en la bondad de esos ojos de nuevo para deshacerme de la turbadora imagen. Alcé la vista hacia su rostro de nuevo, pero ya los tenía tan cerca que tuve que conformarme con el negro consolador del impacto inminente. Apreté los dientes con fuerza, casi esperando oír cómo crujían al partirse, lleno de curiosidad por saber si quedaría inconsciente antes de advertirlo. Pero no pasó nada de esto. Cuando el dolor ya tendría que haberme cegado seguía yo atravesando el muro con una liviandad inimaginable para ser un bloque de ladrillo y cemento. Mi cabeza traspasó limpiamente la pared y recibí el impacto allí dónde menos lo esperaba, en la base de los hombros, quedando encajado en lo que parecía un agujero practicado en la pared con fines torturantes. Pensé entonces que podría conseguir ayuda al otro lado, pero mis ojos no parecían ser capaces de detectar luz alguna, tal vez se me hubiera desconectado el nervio óptico con el impacto, como le había pasado al pobre Hans-Georg tras su riña con los murciélagos.<o:p></o:p></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="mso-pagination:widow-orphan;mso-layout-grid-align: auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other">—¡¿Hay alguien ahí?! ¡Ayuda! ¡Hilfe! —grité buscando compasión. —Oí el sonido de mi voz reverberando a través de las paredes como única contestación—. ¡Hijos de puta! ¡Cabrones! ¡Sacadme de aquí! —Carraspeé con violencia y escupí con toda mi rabia un esputo lleno de sangre—. ¡Chusma!<o:p></o:p></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="mso-pagination:widow-orphan;mso-layout-grid-align: auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other">Mi proyectil tuvo un recorrido mucho más corto de lo que esperaba. Parecía que se hubiera detenido justo frente a mi cara. Entendí que aquella pared no daba a la calle, sino hacia un vano interior entre muros.<o:p></o:p></p> <!--EndFragment--><div class="blogger-post-footer">---------------------believe--------------------------</div>colectivo autobombohttp://www.blogger.com/profile/07584430872375777782noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-829765306992628835.post-49864963085676833482012-01-07T12:00:00.003+01:002012-01-07T12:10:33.016+01:00El anagrama de Eza Quilla I autobombea al anagrama de Marta PolbínQué mejor que comenzar el año 6 de la era autobombástica haciéndonos eco de un suculento artículo escrito por el anagrama más habitual de Eza Quilla I, con motivo de la publicación de <i>Fricciones</i> por parte del anagrama más frecuente de Marta Polbín:<div><br /></div><div><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(102, 102, 102); font-family: Verdana; font-size: 12px; line-height: 20px; "><span style="color:#000000;">–"<a href="http://www.lacentral.com/web/blog/?post=241" title="" style="color: rgb(18, 40, 60); font-weight: normal; text-decoration: underline; ">Fricciones, de Pablo Martín</a>", por Laia Quílez (blog de La Central).</span><br /></span></div><div><br /></div><div>Y, ya puestos, incluimos las demás reseñas que se han hecho del libro por parte de sujetos no autobombásticos (o, mejor dicho: por sujetos que aún ignoran su autobombasticidad):</div><div><br /></div><div><span class="Apple-style-span" style="color: rgb(102, 102, 102); font-family: Verdana; font-size: 12px; line-height: 20px; "><span style="color:#000000;">–"<a href="http://www.revistadeletras.net/fricciones-de-pablo-martin-sanchez/" title="" style="color: rgb(18, 40, 60); font-weight: normal; text-decoration: underline; ">Fricciones</a>", por José Luis Amores (<em style="position: relative; ">Revista de Letras</em>).</span><br /><span><span style="color:#000000;">–"<a href="http://www.sigueleyendo.es/narrar-la-vida/" title="" style="color: rgb(18, 40, 60); font-weight: normal; text-decoration: underline; ">Narrar la vida</a>", por Silvia Cruz (<em style="position: relative; ">Sigueleyendo</em>).</span><br /></span><span style="color:#000000;">–"<a href="http://www.koult.es/2011/12/fricciones/" title="" style="color: rgb(18, 40, 60); font-weight: normal; text-decoration: underline; ">Fricciones</a>", por Marian Chaparro (<em style="position: relative; ">Koult</em>).</span><br /><span style="color:#000000;">–"<a href="http://www.elcultural.es/version_papel/LETRAS/30336/Ficciones" style="color: rgb(18, 40, 60); font-weight: normal; text-decoration: underline; ">Ficciones</a>", por Care Santos (<em style="position: relative; ">El Cultural</em> de <em style="position: relative; ">El Mundo</em>).</span></span></div><div><br /></div><div>¡Salud y autobombo!</div><div>We believe.</div><div><br /></div><div class="blogger-post-footer">---------------------believe--------------------------</div>colectivo autobombohttp://www.blogger.com/profile/07584430872375777782noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-829765306992628835.post-81888084819840303272011-12-01T19:26:00.004+01:002011-12-05T13:10:21.273+01:00Pequeñas historias de un niño llamado Max<style type="text/css">p { margin-bottom: 0.21cm; }</style> <p style="margin-bottom: 0cm;">El pequeño Max recibe un premio en un concurso literario por un relato. Su madre le ha hecho ponerse una americana negra y una pajarita y Max se siente como un pajarito vestido. Se sienta en una silla mientras el director del colegio explica porqué su relato merece ser publicado. Max entiende sólo en parte lo que dice el director y mira al público que sonríe feliz. Max sonríe, feliz. Después van a un restaurante francés a cenar y Max pide caracoles. Cuando se los traen no quiere defraudar a nadie así que abre bien la boca y está dispuesto a tragarse el primero cueste lo que cueste, pero con una cáscara tan grande, tal como él imaginaba, la pajarita no deja que pase. ¥ Max muere pensando en el argumento de su segundo relato.</p><div class="blogger-post-footer">---------------------believe--------------------------</div>colectivo autobombohttp://www.blogger.com/profile/07584430872375777782noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-829765306992628835.post-28445772142151328702011-11-30T15:31:00.002+01:002011-12-05T20:29:46.412+01:00a veces no podemos evitar estar verdes para las emociones<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjzXo6H6_b8WuW9gns5avrQQa9Br2yz6tNZ-FV44sBWK4n9uS-exlaJfOUuna6pmcw8nTCNuMfrgeIGN6YlbNT__jaf2kCk9QLj8_2-wrsf-eKLwFj0SKh-3xrTHyUgJ6hH0dyzfX4ZorM/s1600/avecesnopodemosevitarestarverdesparalasemociones.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 214px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjzXo6H6_b8WuW9gns5avrQQa9Br2yz6tNZ-FV44sBWK4n9uS-exlaJfOUuna6pmcw8nTCNuMfrgeIGN6YlbNT__jaf2kCk9QLj8_2-wrsf-eKLwFj0SKh-3xrTHyUgJ6hH0dyzfX4ZorM/s320/avecesnopodemosevitarestarverdesparalasemociones.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5680796507901258610" border="0" /></a><div class="blogger-post-footer">---------------------believe--------------------------</div>colectivo autobombohttp://www.blogger.com/profile/07584430872375777782noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-829765306992628835.post-77506719668991568682011-11-30T15:29:00.001+01:002011-12-05T20:29:36.516+01:00me veràs puerta, luego excepto tù en la puerta<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiVzr-K3EuSh5Nc5mLRIqgfOTgGbOi6RF8XpgWz2_KNwSBXLbs-PQLV-XZ1yHziCCBPhcFwATLt3dceTKhznFKF6FRxRRFdn8HU4CXzd3uWYZccCLqahtfV5W0e60kAW6CoBibf2Ec-qns/s1600/meveraspuertaluegoexceptotuenlapuerta.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 214px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiVzr-K3EuSh5Nc5mLRIqgfOTgGbOi6RF8XpgWz2_KNwSBXLbs-PQLV-XZ1yHziCCBPhcFwATLt3dceTKhznFKF6FRxRRFdn8HU4CXzd3uWYZccCLqahtfV5W0e60kAW6CoBibf2Ec-qns/s320/meveraspuertaluegoexceptotuenlapuerta.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5680796173670013442" border="0" /></a><div class="blogger-post-footer">---------------------believe--------------------------</div>colectivo autobombohttp://www.blogger.com/profile/07584430872375777782noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-829765306992628835.post-13159546706438222012011-11-28T23:19:00.004+01:002011-11-28T23:22:24.731+01:00no lo vi venir, creo que fue por aquì<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgI6FGFlEXHOwFfka8EFh8c_HpH95NIILkphonKlsXEpJktXMkmFMpdG_nmK5lee9ZWr6NwkUF7zY_BqaSd3cNmcE-QaohIIGXauKVjzPAWtlli1Z8zSc5niCW0ZWD0RmCAwzxjQg9UH-g/s1600/no+lo+vi+venir%252C+creo+que+fue+por+aqui%25CC%2580.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 214px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgI6FGFlEXHOwFfka8EFh8c_HpH95NIILkphonKlsXEpJktXMkmFMpdG_nmK5lee9ZWr6NwkUF7zY_BqaSd3cNmcE-QaohIIGXauKVjzPAWtlli1Z8zSc5niCW0ZWD0RmCAwzxjQg9UH-g/s320/no+lo+vi+venir%252C+creo+que+fue+por+aqui%25CC%2580.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5680175035659967154" border="0" /></a><div class="blogger-post-footer">---------------------believe--------------------------</div>colectivo autobombohttp://www.blogger.com/profile/07584430872375777782noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-829765306992628835.post-53388016579464149232011-10-08T19:04:00.003+02:002011-10-08T19:18:11.358+02:00En parte noche, en parte cadàveres exquisitos. No se apuestan palabras.Remar remar long is the river luna madruga en pronto cielo octubre. Carne difìcil de ver flota deriva como madera arrancada por rayo. Agua calma transporta retales. Responsables miran a travès de juncos comodines, sapos y moscas hacen timbas. Todos los elementos respetan la noche y esperan con avidez. En un punto sol se cruza con principio dìa. Nadie apuesta palabras.<div class="blogger-post-footer">---------------------believe--------------------------</div>colectivo autobombohttp://www.blogger.com/profile/07584430872375777782noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-829765306992628835.post-15041874412314053732011-10-05T15:54:00.006+02:002011-10-05T16:03:50.053+02:00Publicación de FriccionesNo he podido/ querido esperar a que Marta Polbín lo colgara. Que lo haga yo no es menos autobombo, porque como dice el punto 4 del decálogo: "Muéstranos lo que tienes dentro, porque si yo lo hago yo digo que es bueno y si tú lo haces yo te apoyo en ello". Yo te apoyo, te digo que es bueno, y además, te leo durante los años, las correcciones, incluso a través de una mediocres traducciones al inglés que algún día valdrán su peso en oro...También os lo cuento porque, como alguien nota en los comentarios del enlace que sigue, se trata de una de las críticas más entusiastas, en su honestidad sorprendida, en su disfrute sin cuotas, que se haya escrito últimamente. Y porque nos llena de orgullo y satisfacción que finalmente se hayan publicado las <span style="font-style: italic;">Fricciones</span> de la Polbina, para que así todo el mundo disfrute lo que hasta la fecha solo disfrutábamos sus allegados. Y que, como el crítico en cuestión, todo el país diga ahora, como tantas veces hicimos sus lectores: "Qué cabrón el Pablo Martín Sánchez".<br /><br /><a href="http://bolmangani.blogspot.com/2011/10/fricciones.html">Primera crítica de <span style="font-style: italic;">Fricciones</span></a><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://bolmangani.blogspot.com/2011/10/fricciones.html"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 222px; height: 320px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgsc6japfvqHpphP6G01hbTtmjX5bwyswy_TxlEOt3QmpAOmLUKMkhUkUQ4UpG3uN6tAlvsICwjqgRQCQ3pC7vxrn7FIRANhZ6Y8NM0RDk9ckw-qVr6JDgBp2dha2nISm6b33XLgZjPH-s/s320/Fricciones.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5660007515157711378" border="0" /></a><br /><br /><br />(PD. de Leli-editora: me voy a repasar todos los archivos de AB, no sea que nos caiga una demanda por algún texto publicado sin permiso de la editorial, ahoracaigojoer...)<div class="blogger-post-footer">---------------------believe--------------------------</div>colectivo autobombohttp://www.blogger.com/profile/07584430872375777782noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-829765306992628835.post-67467281516261716162011-10-02T22:52:00.004+02:002011-10-02T23:04:41.087+02:00El Sapo Treze, tercer doctor del Colectivo AutobomboNo estábamos muertos, estábamos agazapados.<div>Tan agazapados estábamos, que casi nos olvidamos de anunciar a bombo y autoplatillo que El Sapo Treze, desde el banquillo (de los acusados), ha recibido el título de doctor (y ya van tres en el Colectivo, si las cuentas no nos fallan).<div>El cum laude por unanimidad no fue sino el colofón a un veredicto anunciado.</div><div>Aunque el broche lo puso el presidente del tribunal al pronunciar la palabra "autobombo" en su discurso final (y Marta Polbín, que estaba allí, puede dar fe de ello).</div><div>Ahora solo hace falta que El Sapo Treze vuelva al redil y abandone de una vez por todas el banquillo de los acusados (en sentido ascendente, esperemos).</div><div>¡Felicidades y bombines nuevos!</div><div>Secretaría del CREA (Comité de Recuperación del Espíritu Autobombástico)</div></div><div class="blogger-post-footer">---------------------believe--------------------------</div>colectivo autobombohttp://www.blogger.com/profile/07584430872375777782noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-829765306992628835.post-33891594496895756552011-08-01T01:03:00.002+02:002011-08-24T14:52:13.347+02:00Pequeñas historias de un niño llamado Max<style type="text/css">p { margin-bottom: 0.21cm; }</style> <p style="margin-bottom: 0cm;"><span class="Apple-style-span">El pequeño Max juega en el patio del colegio</span> al arranca-cebollas <span class="Apple-style-span">con los demás niños. A Max le gusta ese juego porque no hay equipos, así que no le escogen el último. El pequeño Max no tiene muchos amigos porque a los otros niños les da asco y miedo pensar que en cualquier momento morirá. Le toca que tiren de él y ya hay varios niños desgajados de la fila dispuestos a hacer lo que a ellos les han hecho. El niño de atrás le agarra como una madre a quien quieren quitar a sus hijos mientras otro niño tira de él como un soldado sin escrúpulos y el dolor se hace en seguida insoportable. Max empieza a gritar, pero eso sólo incentiva la natural crueldad infantil, así que tras un chispeo en los ojos, el niño de atrás lo suelta, cosa que hace que que el pequeño Max salga disparado contra los sonrientes dientes del estirador, que se clavan en su occipital y hacen de su cabeza una manzana mordida cuyos jugos tiñen de carmín la cara del infame Caín-Adán.</span></p><div class="blogger-post-footer">---------------------believe--------------------------</div>colectivo autobombohttp://www.blogger.com/profile/07584430872375777782noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-829765306992628835.post-82620218935556612332011-08-01T01:01:00.001+02:002011-08-24T15:02:28.363+02:00Pequeñas historias de un niño llamado Max<style type="text/css">p { margin-bottom: 0.21cm; }</style> <p style="margin-bottom: 0cm;">El pequeño Max corre hacia el huerto para recoger unos tomates y arrancar unas cebollas y una lechuga para la comida. Hay cuatro tomates grandes y muy maduros que huelen a azufre y a verde oscuro. Los pone en la cesta y mira las lechugas. Estan muy tersas, estirándose hacia el sol. El pequeño Max recoje la más tupida antes de que se espigue y la pone también en la cesta. Por último, salta el bancal para llegar hasta las cebollas. Max agarra fuerte el tallo de una de ellas y tira con fuerza. La tierra cede ante el ímpetu del niño, pero el impulso ha sido excesivo y Max cae de espaldas al tiempo que la hazada perfora su yugular como semilla plantada en su tierno cerebro. La sangre empapa la tierra, cada vez más roja, que la absorbe sedienta bajo el tórrido sol de mediodía.</p> <p style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></p><div class="blogger-post-footer">---------------------believe--------------------------</div>colectivo autobombohttp://www.blogger.com/profile/07584430872375777782noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-829765306992628835.post-15299133188591778492011-07-29T00:23:00.001+02:002011-07-29T00:23:56.594+02:00WG, Episodio 24, by Sr. Odiel Lego<!--StartFragment--> <p class="MsoBodyTextIndent" style="mso-pagination:widow-orphan;mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other">Unos tacones de aguja vinieron a mi encuentro con un sonido inconfundible; un agudo seco, martilleante, inclemente. Nada que ver con un simple <i>clak</i><span style="font-style:normal">, sino más bien parecido a un </span><i>tuk </i><span style="font-style:normal">preciso y regular que se movía sin titubeos entre aquel simulacro de luz. No hace falta precisar de quién se trataba. Era ella.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="mso-pagination:widow-orphan;mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other">Se acercó sin decir media palabra hasta que se detuvo justo frente a mí. Metió una mano entre las rejas, me agarró del pelo y sacó mi cabeza por un agujero en el que antes no había reparado. Tiró de dos abrazaderas y fijó mi cabeza allí, como si de una guillotina se tratara. Quise hablar, gritar, farfullar, algo; pero al parecer había perdido toda capacidad fonológica, porque solo conseguía emitir gruñidos y echar espuma por la boca. Valeria me ató una correa con una cadena al cuello y la dejó ahí, a la espera de siguientes acontecimientos. Se alejó un poco y respiré aliviado, pero entonces dio media vuelta y volvió a mí con la rapidez de un colibrí en celo para soltarme un sopapo limpio que rasgó el aire y pasó rozando mi mejilla como una fusta. El asombro hizo que casi resultara placentero, pese a lo que no pude reprimir una suave exclamación de dolor.<o:p></o:p></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="mso-pagination:widow-orphan;mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other">—¡Pero… Valeria! —dije después de expulsar de mi boca lo que me pareció un calcetín sudado por un corredor de fondo, dada la sensación amoniacal que acudía a mi garganta—. ¿Qué coño es esto?<o:p></o:p></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="mso-pagination:widow-orphan;mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other">—¡Chist, chist, chist, chist! ¡No! —ordenó como quien se dirige a un perro. Parece que ya estaba preparada para esa reacción, porque inmediatamente me pasó una correa por el cogote y fijó a mi boca una bola de látex exactamente igual que la que aparece en la escena de <i>Pulp Fiction</i><span style="font-style:normal"> en la que inmovilizan al personaje de Bruce Willis—. Así está mejor.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="mso-pagination:widow-orphan;mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other">—¡Agugúgugugú! —proferí disgustado.<o:p></o:p></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="mso-pagination:widow-orphan;mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other">—¡Silencio!<o:p></o:p></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="mso-pagination:widow-orphan;mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other">Se quedó frente a mí más de dos minutos sin decir ni hacer nada, hasta que, probablemente presa del aburrimiento, empezó a acariciarse las piernas y rasgarse las medias de una manera que se suponía deliberadamente sexy. Puso las manos bajo su falda y empezó a estirar de ella hacia arriba. Me gustaría decir que disfrutaba del espectáculo, pero no sería de todo cierto. Tal vez fuera porque más allá de aquella oscuridad verde no acertaba a distinguir más que una maraña de vello, hirsuto como el alambre, aunque esto solo lo constataría momentos después. Lo acercó a mi cara y lo puso justo delante de mi nariz. Aquello pinchaba tanto que pensé que me desangraría en cuestión de segundos. Rascaba más que un alambre espinoso, más que las mantas del tercio, más que un cepillo de carpintero. No obstante aunque esto pueda parecer lo peor, no lo era. Había algo más desagradable: el olor. De haber tenido una mofeta en su interior no creo que hubiera sido más apestoso. Me entraron ganas de vomitar, pero estaba claro que no debía tener nada en el estómago porque lo único que resbalaba por las comisuras de mis labios era saliva. Y tal vez aquella fuera su intención porque seguidamente me quitó la bola de la boca y me dijo:<o:p></o:p></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="mso-pagination:widow-orphan;mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other">—¡Chupa! —Pero yo no podría haberlo hecho, por más ganas que hubiera tenido. Si el olor y el tacto ya eran suficiente disuasorio, la perspectiva del pútrido gusto me hacía desfallecer al instante. Notaba que los ojos se me salían de las órbitas y la extenuación que se extendía por todo mi rostro. Supongo que mi aspecto debía ser lamentable, porque Valeria desistió enseguida de sus esfuerzos. Volvió a ponerme el bozal y me dio un cachete sin demasiada fuerza, con la mano fofa—. ¿Desobedeces? —dijo con una dulce voz, al tiempo que me desenganchaba el cuello de las trabas. Tras esto abrió la portezuela de la jaula y tiró de la cadena que me ligaba a ella—. ¡Fuera! —Obedecí, animado por la opresión de los correajes, pero algo me lo impedía. No había manera de moverse—. ¡Fuera! —repitió en el tono de quien pierde la paciencia.<o:p></o:p></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="mso-pagination:widow-orphan;mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other">—¡Go güego! —intenté decir.<o:p></o:p></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="mso-pagination:widow-orphan;mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other">La muy puta me había atado también los tobillos. ¿Cómo quería que me moviera si tenía trincas por todos lados? Estoy seguro de que debía ser digno de ver cómo me arrastraba como un lagarto. La maldita furcia del este estaría disfrutando de lo lindo. No veía el momento de desatarme y darle un buen par de hostias para que aprendiera a no jugar con la persona equivocada. Lo de la factura de la clínica ya me daba completamente igual, porque le daría una somanta de palos que no le quedarían ganas de abrir la boca ni para respirar. <o:p></o:p></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="mso-pagination:widow-orphan;mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other">—¡Fuera, te digo! —gritó tirando tan fuerte de la cadena que no me quedó más remedio que avanzar milímetro a milímetro, balanceando mi cuerpo de un lado a otro y arrastrando las rodillas por el suelo.<o:p></o:p></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="mso-pagination:widow-orphan;mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other"><span style="mso-spacerun: yes"> </span>Nada más salir de aquella ergástula infinitesimal me propinó un latigazo con una fusta que parecía llevar envainada en un cinto. Aquello produjo un dolor acerado, leve, pero punzante, más molesto que realmente tormentoso. Lo cual no quiere decir que fuera tan placentero que estuviera relamiéndome de gusto. Grité como una perra.<o:p></o:p></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="mso-pagination:widow-orphan;mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other">—¡No grites! No me gustan los gritos. Cuanto más grites más te pegaré. Contente. ¿O no eres un caballero legionario?<o:p></o:p></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="mso-pagination:widow-orphan;mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other">No creía haberle hablado de la Legión a la señorita Valeria, pero en aquel momento no me detuve a pensar en ello. Creo que hasta a mí mismo se me había olvidado. No sabía ni tan siquiera si mi condición llegaba a la de hombre. Mi reacción fue la de apretar el culo y contener las emociones, arriesgándome a que se me saltaran las lágrimas, porque el siguiente golpe de fusta que me propinó escocía más que el primero. Si bien menos que el tercero. Pero, a decir verdad, la parte del cuerpo que más me dolía era el orgullo. No me refiero a los huevos, aunque a veces para un soldado puedan ser la misma cosa. Que me pegara una mujer no había entrado en mi imaginación hasta ese momento, ni en la peor de mis pesadillas. Resultaba torturante. No solo por la humillación que residía en ello, sino porque en cierto modo, y aunque me cueste mucho admitirlo, me excitaba.<span style="mso-spacerun: yes"> </span>Me las pagaría caras, muy caras por eso. El problema es que empezaba a disfrutar demasiado de la tropelía y aquello me hacía dudar de todas mis convicciones. Pero no por mucho tiempo.<o:p></o:p></p> <p class="MsoBodyTextIndent" style="mso-pagination:widow-orphan;mso-layout-grid-align:auto;text-autospace:ideograph-numeric ideograph-other">Volvió castigarme con la fusta en el trasero y esta vez el dolor fue mucho más agudo. Mientras todavía pensaba en cómo compensarla por los favores que me brindaba, me pasó una cuerda por el collarín, debidamente equipado con una argolla, y la introdujo por otra que al parecer tenía en la ligadura de las manos y tobillos. Hizo un par de diestros nudos para compensar mi peso y la deslizó por otro aro, hábilmente dispuesto en una de las múltiples vigas de madera que formaban un palio bajo el techo real de la sala. Tiró de la soga con una fuerza que me pareció sobrehumana, pues suspendía mi peso muerto en el aire como si tal cosa, y al hacerlo, descubrí los floridos músculos de los brazos de Valeria, unos perfectamente disimulados tríceps braquiales que se conjuntaban a la perfección con sus bíceps de levantadora de pesos, mucho mejor formados que los de mis más hormonados compañeros de tercio. Sin embargo, lo que realmente me excitó fue ver las brochas de sus axilas, una espesa cortina de vello rubio escondida entre las perfectas líneas equiláteras de su deltoides, que no tenían nada que envidiar a los brazos de la desembocadura del Nilo. Y si hablo de esto tendré que hacerlo del romboide que les daba acogida, tenso y agigantado por el esfuerzo realizado. Prácticamente se entreveía cada una de las fibras de esos músculos en torsión. Le daban un aspecto varonil y bruto, que nadie habría esperado en la bella y delicada Valeria de pechos de Fantasía y piernas como pistas de aterrizaje. <o:p></o:p></p> <span style="font-size:12.0pt;font-family:Times;mso-ansi-language:ES-TRAD">Al elevarme a pulso vi con horror cómo el espacio que tenía a mi alrededor comenzaba a cobrar vida y las sombras informes que apenas vislumbraba hasta entonces se convertían en un sofisticado conjunto de instrumentos de tortura. Por algún trampantojo de la luz, la cámara tenía más visibilidad desde el techo que desde el propio suelo, aunque también es cierto que en la posición anterior apenas disponía de campo visual. Ahora tenía ante mí varios postes de madera entre los que alguien había diseñado ingeniosamente una tela de araña de cuerdas recias y firmes, perfecta para atrapar a moscardones incautos, pensé con desdicha. A mi derecha había colocados otros dos postes en forma de aspa, tal vez para representar vívidamente el sotuer de la Legión que lucía en mi brazo derecho. «¿¡Qué me aspen!?», recordé de inmediato. No tenía ningunas ganas de ser yo quien pusiera en práctica aquella expresión en desuso que me recordaba a los cómics que leía de pequeño. A mi izquierda, dispuestos como en el taller de un carpintero, tenían un colgador del que pendían diferentes útiles de laceración y ligaduras: sogas de diferentes materiales, cadenas y argollas de varios tipos, largos y grosores, presillas, arneses, cuerdas, cordinos, cintas y mosquetones como para ascender el Aconcagua en escalada libre, una barra de acero que daba miedo con solo mirarla, e incluso un par de neumáticos que me hicieron preguntar por el tipo de perversión para el que estarían ideados. Tal vez lo más inquietante fuera la fotografía digna del calendario Pirelli que colgaba de la pared sobre tales instrumentos: un sacrílego retrato en claroscuro a tres cuartos de una Piedad con el torso desnudo y las manos cruzadas sobre el regazo. No sabía si estaba en un taller mecánico o en la antesala del infierno. Debajo, a mis pies, un nada invitador potro como de gimnasia deportiva, pero sin el preceptivo acolchado, parecía querer darme la bienvenida.</span><!--EndFragment--><div class="blogger-post-footer">---------------------believe--------------------------</div>colectivo autobombohttp://www.blogger.com/profile/07584430872375777782noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-829765306992628835.post-82092881136925452332011-07-27T13:11:00.010+02:002011-07-29T12:48:07.423+02:00algunas de las últimas tantáticas<style> <!-- /* Font Definitions */ @font-face {font-family:"Times New Roman"; panose-1:0 2 2 6 3 5 4 5 2 3; mso-font-charset:0; mso-generic-font-family:auto; mso-font-pitch:variable; mso-font-signature:50331648 0 0 0 1 0;} /* Style Definitions */ p.MsoNormal, li.MsoNormal, div.MsoNormal {mso-style-parent:""; margin:0cm; margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:12.0pt; font-family:Times; mso-ansi-language:EN-US;} @page Section1 {size:595.3pt 841.9pt; margin:70.85pt 3.0cm 70.85pt 3.0cm; mso-header-margin:36.0pt; mso-footer-margin:36.0pt; mso-paper-source:0;} div.Section1 {page:Section1;} --> </style> <p style="text-align: center;font-family:georgia;" class="MsoNormal"><span style=";font-size:85%;" lang="EN-US" >LIII</span></p><p style="text-align: center; font-family:georgia;" class="MsoNormal"><span style="Times New Roman"font-size:85%;" lang="EN-US" ><br /></span></p> <p class="MsoNormal" style="font-family:georgia;"><span style="Times New Roman"font-size:85%;" lang="EN-US" > </span></p><span style="font-size:85%;"> </span><p class="MsoNormal" style="font-family:georgia;"><span style=";font-size:85%;" lang="EN-US" >Dos minerales, la columbita y la tantalita (un compuesto de óxido de tántalo, hierro y manganeso), prestan cada uno una sílaba para formar una mezcla de color negro mate, el tan codiciado coltán. Abandonada la col, el tantalio (Ta) se convierte en los condensadores, cada vez más pequeños, eficientes y superconductores, de móviles, cámaras y ordenadores.</span></p><p class="MsoNormal" style="font-family:georgia;"><span style="Times New Roman"font-size:85%;" lang="EN-US" ><br /></span></p> <p class="MsoNormal" style="font-family:georgia;"><span style="Times New Roman"font-size:85%;" lang="EN-US" >Así, aparece hoy una nueva laguna infernal en el lago Kivu, entre Congo y Ruanda, donde los habitantes de sus riberas penan entre la guerra y el expolio de sus masivas reservas de coltán, manzanas inalcanzables que otros apartan de estos tántalos modernos.</span></p> <p class="MsoNormal" style="font-family:georgia;"><span style="Times New Roman"font-size:85%;" lang="EN-US" > </span></p><span style="font-size:85%;"> </span><p style="text-align: center;font-family:georgia;" class="MsoNormal"><span style=";font-size:85%;" lang="EN-US" ><br /></span></p><p style="text-align: center;font-family:georgia;" class="MsoNormal"><span style=";font-size:85%;" lang="EN-US" >LVII</span></p><p style="text-align: center; font-family:georgia;" class="MsoNormal"><span style="Times New Roman"font-size:85%;" lang="EN-US" ><br /></span></p> <p class="MsoNormal" style="font-family:georgia;"><span style="Times New Roman"font-size:85%;" lang="EN-US" > </span></p> <p class="MsoNormal" style="font-family:georgia;"><span style="Times New Roman"font-size:85%;" lang="EN-US" >La epidemia se extendió quedamente. Más tarde, demasiado, recordábamos sus síntomas iniciales: el que se encerró por desamor, una crisis personal o la simple locura; quienes descuidamos, u olvidamos, a conocidos desaparecidos bajo el ruido ensordecedor de la hiperconectividad. Cuando la mayoría ya había perdido irremisiblemente el contacto con amigos y familiares, pues nadie respondía a llamadas ni correos, pocos tuvieron el coraje y la dignidad de rebuscar en cajones y remitentes de otra era, dar con direcciones que sabían aproximadas, y con pasos vacilantes, aventurarse hasta una puerta, llamar, y esperar un rostro, una voz, y sus peligros.</span></p> <p class="MsoNormal" style="font-family:georgia;"><span style="Times New Roman"font-size:85%;" lang="EN-US" > </span></p><span style="font-size:85%;"> </span><p style="text-align: center;font-family:georgia;" class="MsoNormal"><span style=";font-size:85%;" lang="EN-US" ><br /></span></p><p style="text-align: center;font-family:georgia;" class="MsoNormal"><span style=";font-size:85%;" lang="EN-US" >LXII</span></p><p style="text-align: center; font-family:georgia;" class="MsoNormal"><span style="Times New Roman"font-size:85%;" lang="EN-US" ><br /></span></p> <p class="MsoNormal" style="font-family:georgia;"><span style="Times New Roman"font-size:85%;" lang="EN-US" > </span></p> <p class="MsoNormal" style="font-family:georgia;"><span style="Times New Roman"font-size:85%;" lang="EN-US" >Este es el ritmo de mi vida, el del constante ir y venir de la plancha por las solapas, las perneras, incluso por los humildes calcetines. La cadencia que empieza de nuevo cuando la ropa regresa al cesto hecha un higo, la llamada a devolver orden y pulcritud, a remedar la entropía crepitante de este mundo que todo lo arruga. Tan solo el metal constante, la quilla ardiente que deja a su paso una estela de mares calmos, y yo, oteando el horizonte, al acecho de la más ínfima cresta de ola que delate el empuje del pliegue rebelde.</span></p> <style> <!-- /* Font Definitions */ @font-face {font-family:Arial; panose-1:0 2 11 6 4 2 2 2 2 2; mso-font-charset:0; mso-generic-font-family:auto; mso-font-pitch:variable; mso-font-signature:50331648 0 0 0 1 0;} @font-face {font-family:"Courier New"; panose-1:0 2 7 3 9 2 2 5 2 4; mso-font-charset:0; mso-generic-font-family:auto; mso-font-pitch:variable; mso-font-signature:50331648 0 0 0 1 0;} @font-face {font-family:Wingdings; panose-1:0 5 0 0 0 0 0 0 0 0; mso-font-charset:2; mso-generic-font-family:auto; mso-font-pitch:variable; mso-font-signature:0 16 0 0 -2147483648 0;} @font-face {font-family:Georgia; panose-1:0 2 4 5 2 5 4 5 2 3; mso-font-charset:0; mso-generic-font-family:auto; mso-font-pitch:variable; mso-font-signature:50331648 0 0 0 1 0;} @font-face {font-family:"Arial Unicode MS"; panose-1:0 2 11 6 4 2 2 2 2 2; mso-font-charset:0; mso-generic-font-family:auto; mso-font-pitch:variable; mso-font-signature:50331648 0 0 0 1 0;} /* Style Definitions */ p.MsoNormal, li.MsoNormal, div.MsoNormal {mso-style-parent:""; margin:0cm; margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:none; mso-hyphenate:none; font-size:12.0pt; font-family:Times; mso-fareast-language:ZH-CN;} h1 {mso-style-next:Normal; margin-top:0cm; margin-right:0cm; margin-bottom:0cm; margin-left:21.6pt; margin-bottom:.0001pt; text-indent:-21.6pt; mso-pagination:none; page-break-after:avoid; mso-outline-level:1; mso-list:l0 level1 lfo1; mso-hyphenate:none; tab-stops:list 0cm; font-size:12.0pt; font-family:Times; mso-font-kerning:0pt; mso-fareast-language:ZH-CN; text-decoration:underline; text-underline:single; font-weight:normal;} p.MsoHeader, li.MsoHeader, div.MsoHeader {mso-style-next:"Texto independiente"; margin-top:12.0pt; margin-right:0cm; margin-bottom:6.0pt; margin-left:0cm; mso-pagination:none; page-break-after:avoid; mso-hyphenate:none; font-size:14.0pt; font-family:Arial; mso-fareast-language:ZH-CN;} p.MsoList, li.MsoList, div.MsoList {mso-style-parent:"Texto independiente"; margin-top:0cm; margin-right:0cm; margin-bottom:6.0pt; margin-left:0cm; mso-pagination:none; mso-hyphenate:none; font-size:12.0pt; font-family:Times; mso-fareast-language:ZH-CN;} p.MsoBodyText, li.MsoBodyText, div.MsoBodyText {margin-top:0cm; margin-right:0cm; margin-bottom:6.0pt; margin-left:0cm; mso-pagination:none; mso-hyphenate:none; font-size:12.0pt; font-family:Times; mso-fareast-language:ZH-CN;} a:link, span.MsoHyperlink {mso-style-parent:"WW-Fuente de párrafo predeter\.1"; color:blue; text-decoration:underline; text-underline:single;} a:visited, span.MsoHyperlinkFollowed {mso-style-parent:"WW-Fuente de párrafo predeter\.1"; color:purple; text-decoration:underline; text-underline:single;} span.Absatz-Standardschriftart {mso-style-name:Absatz-Standardschriftart; mso-style-parent:"";} span.WW-Fuentedeprrafopredeter {mso-style-name:"WW-Fuente de párrafo predeter\."; mso-style-parent:"";} span.WW8Num1z0 {mso-style-name:WW8Num1z0; mso-style-parent:"";} span.WW8Num1z1 {mso-style-name:WW8Num1z1; mso-style-parent:"";} span.WW8Num1z2 {mso-style-name:WW8Num1z2; mso-style-parent:"";} span.WW-Fuentedeprrafopredeter1 {mso-style-name:"WW-Fuente de párrafo predeter\.1"; mso-style-parent:"";} p.Etiqueta, li.Etiqueta, div.Etiqueta {mso-style-name:Etiqueta; margin-top:6.0pt; margin-right:0cm; margin-bottom:6.0pt; margin-left:0cm; mso-pagination:no-line-numbers; mso-hyphenate:none; font-size:12.0pt; font-family:Times; mso-fareast-language:ZH-CN; font-style:italic;} p.ndice, li.ndice, div.ndice {mso-style-name:Índice; margin:0cm; margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:no-line-numbers; mso-hyphenate:none; font-size:12.0pt; font-family:Times; mso-fareast-language:ZH-CN;} @page Section1 {size:612.0pt 792.0pt; margin:70.85pt 3.0cm 70.85pt 3.0cm; mso-header-margin:36.0pt; mso-footer-margin:36.0pt; mso-paper-source:0;} div.Section1 {page:Section1;} /* List Definitions */ @list l0 {mso-list-id:1; mso-list-template-ids:1;} @list l0:level1 {mso-level-number-format:none; mso-level-suffix:none; mso-level-text:""; mso-level-tab-stop:0cm; mso-level-number-position:left; margin-left:21.6pt; text-indent:-21.6pt;} @list l0:level2 {mso-level-number-format:none; mso-level-suffix:none; mso-level-text:""; mso-level-tab-stop:0cm; mso-level-number-position:left; margin-left:28.8pt; text-indent:-28.8pt;} @list l0:level3 {mso-level-number-format:none; mso-level-suffix:none; mso-level-text:""; mso-level-tab-stop:0cm; mso-level-number-position:left; margin-left:36.0pt; text-indent:-36.0pt;} @list l0:level4 {mso-level-number-format:none; mso-level-suffix:none; mso-level-text:""; mso-level-tab-stop:0cm; mso-level-number-position:left; margin-left:43.2pt; text-indent:-43.2pt;} @list l0:level5 {mso-level-number-format:none; mso-level-suffix:none; mso-level-text:""; mso-level-tab-stop:0cm; mso-level-number-position:left; margin-left:50.4pt; text-indent:-50.4pt;} @list l0:level6 {mso-level-number-format:none; mso-level-suffix:none; mso-level-text:""; mso-level-tab-stop:0cm; mso-level-number-position:left; margin-left:57.6pt; text-indent:-57.6pt;} @list l0:level7 {mso-level-number-format:none; mso-level-suffix:none; mso-level-text:""; mso-level-tab-stop:0cm; mso-level-number-position:left; margin-left:64.8pt; text-indent:-64.8pt;} @list l0:level8 {mso-level-number-format:none; mso-level-suffix:none; mso-level-text:""; mso-level-tab-stop:0cm; mso-level-number-position:left; margin-left:72.0pt; text-indent:-72.0pt;} @list l0:level9 {mso-level-number-format:none; mso-level-suffix:none; mso-level-text:""; mso-level-tab-stop:0cm; mso-level-number-position:left; margin-left:79.2pt; text-indent:-79.2pt;} ol {margin-bottom:0cm;} ul {margin-bottom:0cm;} --></style><div class="blogger-post-footer">---------------------believe--------------------------</div>colectivo autobombohttp://www.blogger.com/profile/07584430872375777782noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-829765306992628835.post-22609803504807763212011-07-16T01:03:00.002+02:002011-07-16T01:05:49.861+02:00en otra parte...<a href="http://roturadecente.blogspot.com/2011/07/valioso.html"><span style="font-weight: bold; font-style: italic; color: rgb(0, 102, 0);">valioso</span></a><div class="blogger-post-footer">---------------------believe--------------------------</div>colectivo autobombohttp://www.blogger.com/profile/07584430872375777782noreply@blogger.com2