otra aportación
[ha llegado al correo del Colectivo el texto que sigue. Leli]
Para evitar que se descubra tan rápido una identidad que no deseo ocultar, al menos lo envío desde una casilla mas remota[lo envía desde el correo electrónico agrupacion estudiantil 11 de octubre-BCN ae11-10bcn@hotmail.com]...Espero esta a la altura de las circunstancias, ya sabrán como proseguir... aquí les dejo.
Agresivo es el día y…
Por Dr. Garpesiano
Hace tiempo que no logro captar la atención de nadie, quizás por eso sea que hoy estoy escribiendo. Intento reconstruir lo que ha quedado de mí capturando recuerdos que parecen querer escapar de mi mente. Muchos logran hacerlo, mientras que otros son retinados por mi cuerpo y restituidos a mi memoria visceralmente. El que describo a continuación es uno de ellos.
Una noche me escabullí en una fiesta. En aquel tiempo aún vivía en Buenos Aires. No tengo forma de saber como llegué hasta allí, solo se que lo hice. Había salido de mi piso caída la tarde, más bien de noche. Tan solo minutos mas tarde de haber despertado interrumpiendo mi sueño, cualquier que fuera, por la necesidad imperiosa de fumar un cigarrillo. Impulsado por esta y por una resaca espantosa que no resistiría encerrado entre cuatro paredes me abalancé sobre mi ropa, la puerta, el elevador y finalmente, la calle.
Había caminado lo suficiente para volver a estar cansado, fumando, ya solo necesitaba poder reposar mis brazos sobre una barra y sumergir mi mente en sus húmedos confines. Algún error debí cometer, o no, ya que lo siguiente que recuerdo es, mejor dicho, soy yo rodeado de extraños y en medio de una fiesta.
¿Qué como supe que lo era? En realidad sigo sin saberlo. Había gente por todas partes, eran felices o lo aparentaban, y vestían bien como suele vestirse en esas elegantes celebraciones de gente afamada. ¿Qué como supe que no era un bar? Tampoco lo se sinceramente. No había barra ya que recuerdo haberlo lamentado. Por otro parte todos me saludaban cortésmente, como si tuvieran la obligación de hacerlo, algo que en los bares no sucede.
Recuerdo sí haber bebido tanto como pude, básicamente todo lo que estuviera a mi alcance. También tengo presente haber recorrido los distintos ámbitos del recinto, jubilosos algunos de ellos. Los estaban a su vez parcos, sombríos y sobre todo oscuros, como aquel cuarto de baño en el que nunca pude encontrar la luz. Uno en particular daba la impresión de ser impenetrable, lo que confirmó mis sospechas de estar en una fiesta. Tuve la delicadeza de vomitar en todos y cada uno de ellos, con mayor o menor dedicación de acuerdo al rigor de las miradas que comenzaban a juzgar mi comportamiento. Puedo recordar la fétida masa de bilis con sangre con la cual decoré el hermoso jardín, un lugar agradable sobre todo en verano.
Resultó ser que había quienes pensaban que era un invitado mas cuando yo estaba seguro de no conocer a ninguna persona que allí estuviera. Nadie lograba reconocerme, tampoco, pero no encontraban otra explicación de cómo podía estar yo compartiendo la velada con ellos. La invitación nunca cursada, o realizada pero en forma errónea, cubrió mis espaldas ante mi falta de conducta. Nunca supe portarme bien en público tampoco es que fuera su culpa.
Me perdí en aquella noche como me he perdido tantas veces. Me ha tomado demasiado esfuerzo lograr recordar lo que hoy en tan breves palabras se pierde como una ordinaria borrachera. Afortunadamente mis noches porteñas han quedado lejos, aunque por momentos demasiado. Desde que llegué aquí ya nunca pude volver a beber nada de alcohol, aunque continúo fumando. Algo más sucedió aquella noche pero mi cuerpo no me permite recordarlo. Debo insistir(le) para lograr comprender en lo que me he convertido, es necesario. Mientras, fumando espero.
4 comentarios:
Bueno, parece que este blog se está convertiendo en una versión ilustrada de "Identity"... ¿Quién coño será el Dr. Garpesiano? ¿Grande Pasoni, Pringao Sedán o Regina Pardos? Mucho me temo que deberemos esperar fumando...
polbi, jo tinc la meva teoria, que apunta a cert satèl·lit del colectiu, traductor de Conrad
Sin duda caso le hacemos pero a juzgar por las pistas esparcidas a lo largo y ancho del texto, éste no es sin duda del anónimo caballero; no os dejéis confundir por el abalanzamiento sobre la ropa el elevador y la calle, sin duda esto sólo sería posible con las lentillas bien puestas y el caballero anónimo tiene por costumbre ponérselas por el lado convexo.
En fin, siempre grata la entrada de nuevas celebridades anónimas en el colectivo, aunque hayan vomitado sobre cada una de las dependencias de nuestra sede. Bienvenido Garpesiano. Nos agrada mucho su texto, pero debo adevertirle de que se realizarán las pesquisas convenientes para dilucidadr si su nombre corresponde o no a un anagrama, en cuyo caso negativo, como usted sabrá, será considerado una falta gravísssima!
por fin esta noche sé quien se esconde tras el Dr Garpesiano...
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