domingo, 27 de abril de 2008

encuentros parisinos

En la reciente misión de Leli y Regenta a París, encontraron inequívocas señales de la expansión de nuestra comunidad por tierras lutecianas.


Un poster de Arthur Même, personaje creado por Jacques Tardi. Arthur, último miembro de una rancia familia propietaria del condado de Mornemont, se pasea por los muros de su finca. Todo un aviso contra los peligros del solipsismo aristocrático, y un firme candidato a la biblioteca autobombástica. (Cartel de Futuropolis, editorial)

Nuestros enemigos también están presentes: se censuran los acercamientos por todas partes.

"Matar el tiempo es un caso de legítima defensa", palabras salvadas al tiempo asesino.

La ressaca

Huola! Escric aquesta entrada per recomanar-vos un programa de ràdio que presenten un "huevo", antic company i actual amic, i una "peladilla". Com a tècnic de so hi trobem un gran guitarrista heavy anomenat entre d'altres formes "nen de l'eixample". Es tracta d'un original espai radiofònic que s'emet per punt 6 camp ràdio, una emissora local reusenca que es pot escoltar internàuticament a través del següent link . Si l'escolteu podreu apreciar-ne l'esforç que fan els dos presentadors castellano parlants per millorar setmana rera setmana el seu català. Els continguts? Doncs humor, entrevistes a personatges inventats i imitats, música temàtica, ... El programa, anomenat "La ressaca", podeu escoltar-lo cada diumenge a les 12 del migdia i de la nit. Per cert, em permetré escriure un email al programa per fer autobombo d'aquest blog. Pot ser l'autobomba!
P.D.: El "huevo" és un gran admirador de la verbigràcia

jueves, 24 de abril de 2008

Autobombo del bueno, bonito y barato...

Atención, camaradas de la Orden del Bombín:
El poder del autobombismo no tiene límites, y si la Revista de Erudición y Crítica (REC) publicará en su próximo número un artículo de nuestra querida Leli Vorratxes ("Epígonos oulipianos del siglo XXI: Colectivo Autobombo"), ahora es el insigne, conspicuo e ilustre Ayuntamiento de Moratalaz el que se empeña en continuar autobombeándonos. Resulta que la cosmopolita Marta Polbín ha seguido investigando en las fructíferas relaciones entre literatura y medios de transporte y, tras el homenaje de su "Poesía métrica" al mundo suburbano, ahora ha subido a la superficie a ver cómo las motos saltan por los aires. Y así, bajo el soso y previsible anagrama de Pablo Martín, acaba de ganar el "V Certamen Joven de Creación Literaria de Moratalaz" con su relato "Accidente", de cuya primera versión barcelonesa parece ser que circula una copia pirata por el ático parnásico de Casanova... Y, como no podía ser de otro modo, la previsible Polbina dedica este premio al Colectivo Autobombo, fruto de su inspiración incluso antes de haberse creado.
¡Salud y autobombo, camaradas, porque si yo lo hago yo digo que es bueno y si tú lo haces yo te apoyo en ello! :-)

miércoles, 23 de abril de 2008

Shi shi shi


El éxito que tuvo en su momento el relato Baimafeima, verdadero hito del movimiento autobombástico, ha generado un aparato crítico y la aparición en numerosas publicaciones de glosas de algunos de los aspectos más sorprendentes e inspiradores de ese relato. Presentamos aquí un ejemplo, donde se nos dan los recursos hipertextuales para apreciar el valor ludolingüístico del "Poema del Poeta que comía leones". Aquí podéis escucharlo, de manera más clara a los intentos que a menudo ha hecho la camarada Leli.
¡Mucho shishishi para todos!

martes, 22 de abril de 2008

El estrecho desde la lìnea de la concepciòn

El estrecho revienta su tamaño cuando te acercas(el estrecho se hace gigante).Pròximo a Gibraltar con las olas batiendo el borde del puerto. No hablas porque el viento de abril en la costa arrastra con fuerza el menor obstàculo que se interponga. La luna del mes, cerca de ser llena, es una torre de la roca del peñòn. Sin otras aves que las gaviotas. Puede ser que no las vea o que no estè lo suficientemente observador. Las aves. La mente se pregunta què es y dònde estarà el paraìso porque aquì todo parece perdido. El paraìso. Cerca del estrecho la tierra parece màs bien una isla, la brisa habla para volverte loco de abril a punto de lluvia, y zarandea las señales de metal y las que son màs pesadas que el metal. La brisa empuja como para tomar una decisiòn y nadie emprende nada a no ser que se marche de aquì.Y me gusta. Me gusta la sensaciòn de no ser de aquì, tan cerca del extranjero fronterizo. Yo, mensajero de rutinas peregrinas. Tengo la sensaciòn de que en este lugar la gente no tiene ni con què morir. Pobreza que aparenta ser pobreza porque comen. Eso sì. Comen. A pesar de ser inertes comen. Vivir en este lugar serìa verse preso en un engrudo soleado entre oriente y poniente. Les salva el estrecho pero no sè de què les salva. De què hay que salvarse. Aquì la gente no se muere, los cadàveres llegan flotando a las playas para aumentar la poblaciòn. ¿Què les incitarà?. Hay algo que no se puede pronunciar (ad)herido en el techo del paladar que aumenta a cada segundo. No hago ni un àpice de esfuerzo por investigarlo. Mejor asì. Me he dado cuenta de que no puede dañarme porque no procedo de esta parte incunable de la tierra. El misterio supura para agrietarse en una ràpida deshidrataciòn, y hacerse uniforme con la superficie oxidada por el salitre. Visto desde un lugar fuera de este lugar dicen que es bonito, que es un cruce de secretos. Es cierto. Es maravillosa la informidad que improvisa majestuosas esculturas estriando una costa que nunca llega (una costa
fundiciòn del proceso). Su òxido irisado es ciertamente hermoso. Impresiona este gigante tumbado llamado estrecho frente a la lìnea de la concepciòn. Bastan un par de horas cada dìa frente al estrecho cuando el dìa se acaba. Esculpe desde la mano y el cristal monumentos para el papel hasta que el frìo se hace con uno y los motores no arrancan. Se ahogan. El paisaje se asienta sobre la encalada tanca que limita el paseo marìtimo opuesto a Gibraltar. Baja. Blanca. De piedra y poniente. Y anochece hasta volverle a uno invisible habitàndome indiscriminadamente.
No trato de sentirme bien. Soy y ya està sin tràmite que adoptar. Extranjero
frente a un estrecho perfecto y definitivo.

(Reza la Franja)

viernes, 18 de abril de 2008

La Zozobra presenta: huevo o gallina. Escribano o lector.

Cap II


Entre semana, cada mañana tomaba los cuarenta y cinco minutos de autobús hasta el colegio. Al frente, junto al conductor, se sentaba el abnegado profesor de turno que, tan dormido como los alumnos, se veía obligado a ejercer de buena mañana su autoridad. Era un transporte lleno de jerarquías: los pequeños delante y los mayores detrás; había luchas de poder, sobretodo en la última fila donde no sólo había que ser mayor sino además tener cara de malo. Escribano procuraba pasar inadvertido, rodearse de los buenos, no de los tontos, y sentarse junto a una ventana que le permitiera ensoñar a veces acompañado por la música que procuraba un "play".

Era un colegio rígido, serio, uniformado, que sus padres habían elegido por la supuesta calidad de su profesorado. Cada aula estaba presidida por un cristo y una virgen. Religión, censura, mucha religión en el aire y una consigna en la pizarra para cada día: "no se juega ni con palos ni con piedras".

El pequeño escribano no escribía ni leía más de lo que las clases y los exámenes exigían. No era un buen estudiante pero contaba con la simpatía de los profesores y nunca tuvo que estudiar en verano. Un chico inteligente y vago. Los cursos se le antojaban interminables divididos amablemente por las vacaciones y los fines de semana.

En el patio, excepto en octavo de EGB, nunca jugó a nada que no fuera hablar, palos, piedras. Su grupito nunca pasó de cuatro y básicamente siempre fueron dos. La excepción de octavo es importante porque supuso su integración forzada en el grupo. El pequeño escribano quedó solo ese año, así que acabó por correr con los demás tras la pelota llegando a participar en un torneo de futbito siendo un defensa de lo más aceptable y sí, ese curso se integró.

jueves, 17 de abril de 2008

El Eterno Final

Postrado en la cama queda el maestro.
Le falta el aliento en la mirada.
Enfermo de rabia, arruga en sus manos la manta.
La vida le ha vencido por jugar a ciegas.
Retorciendo recuerdos repasa sus grandes grandes empresas.
Uno tras otro, cada rincón de la memoria le hiere más.
Él no ha amado nunca.
Este maestro sin discípulos que jamás compartió su sabia letra solo ha podido conocer los celos.
Ha arrojado a la lumbre sus planos, sus notas, sus bocetos, y con ellos su alma.
De él ya solo queda hiel orgullosa, la envidia del enemigo bello.
Un hombre lo ha convertido en el diablo que se posa sobre las iglesias en ruinas, esperando peregrinos cansados que escupen dardos de fe.
El artista se ha creído Dios, entronizado creador divinamente inimitable.
El maestro ha enviado soldados cojos a la vanguarida y se ha puesto a sí mismo en jaque.
Su último movimiento acaba con la historia de su partida,
el drama de los muros nunca levantados llorará una lucha infinita.


Hace siglos, en Roma.


S.M.R. la EnanA (sÍc)

martes, 15 de abril de 2008


lunes, 14 de abril de 2008

1. Ana (?) nos envía este link a una noticia de clara vocación autobombástica que apareció en El País: "¿Cubrir el museo con un grafitti mío? Vale"

¡Gracias!

2. Ya se puede ver, a través de slideshare (haced un 'download file', para verlo bien) el montaje fotográfico del pasado findesemana magnífico y celebratorio. Per molts anys! Pasen y vean

El Peruano

A El Burrot Català

“Aquello que no vemos es lo que nos impide el paso”
Andrés Neuman


Debe haber pocas cosas menos irritantes que intentar comprender el desvarío de mis accidentados amaneceres. De todas formas lo hago, lo intento. Necesito saber que fue lo que hice las horas previas a mi desvanecimiento. Los pasos caminados hasta alcanzar el catre[1] donde ocasionalmente haya depositado mis huesos.

El procedimiento es simple. Me siento sobre el colchón apoyando los brazos sobre mis rodillas. Mi cabeza, lentamente, asoma su vergüenza oculta aún de los rayos lumínicos del día. Acto seguido busco donde vomitar. No todo va a parar al lugar previsto y otro poco vuelve siempre a su lugar de origen. El espeso líquido que desciende por mi garganta me reconforta impulsando lo que resta de mi cuerpo. A partir de aquí comienzo a recordar, reconstruir como me gusta decirlo.

Existen ocasiones en que mis esfuerzos no son suficientes. Los recuerdos vagos apenas me permiten obtener alguna persona amiga que compartiera parte de la noche conmigo. En estos casos abandono mi escondite para buscarle. Una etapa ya más vergonzante pero no menos necesaria.

La última vez que esto sucedió el afortunado fue Roberto, un amigo chileno que llevaba como yo unos años viviendo en Barcelona. Lo llamé para quedar en vernos y nos encontramos en un bar de esos que el solía frecuentar. Le interrogué primero de manera sutil pero ya luego abierta y descaradamente. Saber que existía un espectador de actos que yo no podría reconocer era demasiado para mi frágil existencia.

Compartiendo un par de cigarrillos, yo en aquel entonces intentaba dejarlo, me contó que todo lo interesante de la noche se redujo a una fiesta, más bien a la terraza de la casa en que ocurría, precisamente en una discusión que trencé con un compatriota. Alex, el peruano, y yo atravesamos distintos momentos en nuestra charla. La inicial camaradería compartiendo intenciones genuinas de algún día regresar a nuestra patria. Los matices de profundizar sobre la orientación política y sexual de uno y otro. Aclaraciones en ambos aspectos completamente innecesarias y una pasional discrepancia sobre la concepción del arte, su representación y sus representantes. Todo ese caos organizado puede resumirse en que mi compatriota no reconocía mi diferenciación entre arte burgués y arte popular. Argumentaba fastuosas explicaciones técnicas dignas del buen estudiante que mostraba ser. Menospreciaba mis argumentos sobre todo por la falta de estas y se partió de risa cuando puse sobre la mesa el mejor de mis ejemplos.

En este punto tuve que intervenir a Roberto. No me digas que largué el rollo de la música clásica en oposición al jazz, consulté avergonzado. Así es, fue todo lo que me brindó como respuesta. Entonces, le dije, las dos chicas simpáticas también estaban en esa fiesta. ¿Cuáles?, consultó ahora el. Las de las preguntas ridículas, tienes que recordarlo. Que si Shakira era mejicana, que si García Márquez era argentino. ¿Es que acaso tienen algún problema las mujeres de aquí con Colombia?

Ya estaba conforme. Tampoco podía manejar mucha mas información. Con la ayuda de mi amigo logré recordar lo más importante, mi partida. Me fui solo de la casa luego de abandonar a Alex en medio de su discurso en favor del mecenazgo. Argumenté que necesitaba usar el baño. Me retuvo un tiempo más la improvisada orquesta de músicos rumanos que a pleno concierto habían ocupado la sala. Les dedique mis últimos reflejos de comprensión, me volví y orienté mis pasos a la puerta de calle. Cuando la estaba cruzando, sobre mis espaldas, sonaba el comienzo de la canción de The Godfather.



[1] Hasta el año 2001 lo mas usual era acabar la noche en un pensión de la calle Lavalle esquina Montevideo conocido como "El rebenque", pensión familiar.


Por Dr. Garpesiano

la tierra de 'el extranjero'






(franja)

domingo, 13 de abril de 2008

A la izquierda, podéis ver la nueva sección: ENCUENTROS EN LA TERCERA FRASE.

sábado, 12 de abril de 2008

La Zozobra presenta: Escribano y lector analfabeto. Huevo o gallina.

Escribano analfabeto se dispone a contarles otra historia de amor y desencanto.

Cap. I

Dicen que nació hace treinta años en el seno de una familia de clase media. Su padre, pasante de notaría, era un hombre vital, joven y creativo en su vida diaria; su madre era una estudiante retirada de filosofía y letras; ama de casa atípica, melancólica de espíritu alegre, sobrada de belleza y no menos de inteligencia.
En su primera infancia abundaron las zarzas, los pinos, la montaña. Hubo muchas horas de juego: canicas, palos, piedras, rodillas peladas y sol.
Los abuelos por parte de frágil madre tenían una masía con hectáreas de monte, huerto, árboles frutales, perros, una balsa verde, dos pinares, pozo, porches y un motor de gasóleo que encendía las bombillas y el televisor.
En casa se hacían mermeladas, vinagre de vino peleón, botes de guindas blancas, guindas rojas. Botes de orégano, tomillo, manzanilla, piñones y avellanas. Hubo un perro, un pastor alemán, compañero en aventuras y llantos. Nerón alegre, Nerón tranquilo, Nerón valiente..





jueves, 10 de abril de 2008


viernes, 4 de abril de 2008

Dedicado al autobombista más artista, esperemos que el nivel de las ilustraciones mejore...
Felicitats!!

"Perdón imposible", por Mónica Copérnica

[Ante la insistencia de algunos miembros del Colectivo Autobombo por conocer la verdadera identidad de la huidiza y anagramática Mónica Copérnica, y ante las suspicacias despertadas sobre su existencia real o ficticia, reproducimos aquí un último relato suyo, titulado (¿significativamente?) "Perdón imposible". Según se palpa en el ambiente, es muy probable que en estas festivas jornadas barcelonesas, auspiciadas por cenas celebratorias y campeonatos mundiales de poesía métrica, se produzca el desocultamiento de Mónica Copérnica... Antes, sin embargo, disfrutemos de su último engendro.]

No me preguntéis cómo he venido a saberlo. ¿O acaso vosotros sois capaces de encontrar explicación a todo lo que acontece? Lo único cierto es que la última palabra que oí, antes de que el verdugo diese el golpe definitivo, y que mi cuerpo desmadejado quedara a favor del viento helado y empezase a balancearse lentamente como una marioneta ante las miradas sin compasión, fue un NOOO!!! que debió llegar hasta el duro corazón de quien por su torpeza me había condenado. Un No que no salió de mi boca, como podríais pensar, sino de la de alguien a quien todos conocéis. Alguien que llegó a la plaza como caballo desbocado, pero que no alcanzó a cambiar mi suerte, escrita en el libro del destino desde ya antes de mi nacimiento. La plaza toda hincó su rodilla en tierra e inclinó su cabeza como señal de sumisión.

Primavera de 1583
Mis manos juegan con el hierro que mi padre trabaja para hacer las dagas y las espadas que defenderán a nuestro soberano. Entre el ruido y el fuego. Tengo 7 años y pronto empezaré a aprender el oficio. Oigo golpes y voces que vienen del exterior. Unos hombres armados entran en la fragua y, sin mediar palabra, se llevan a mi padre, que no se resiste. Los ojos de mi padre, candentes como el hierro del fogón, se clavan en los míos.

Verano de 1599
Es noche cerrada cuando salimos del callejón. La noche y el silencio son nuestros aliados. El pueblo duerme sus fatigas y su hambre. Mañana, al despertar, podrán ver que alguien ha velado de nuevo por ellos. No mostrarán en público su júbilo pero, en silencio, sus bocas pronunciarán una plegaria por nosotros.
No queremos mirar cómo los cortes de la daga abren el camino que será el fin del suyo. Sólo cuando su cuerpo cae al suelo como un fardo pesado, y se queda allí sin movimiento alguno, regresamos a la noche. El camino es largo. Y duro.

Otoño de 1603
Los grilletes hieren mis tobillos y me impiden caminar. Desde el primer día me han separado de los otros. La soledad es obstinada. Me han acostumbrado a vivir con ella día tras día, noche tras noche, día y noche. No es con todo lo peor en este agujero húmedo, infecto, desnudo. Lo peor es el hedor, el frío intenso, el miedo. Y el odio incomprensible de mi único contacto, el carcelero. Hoy me ha mostrado una carta con el escudo real. Es el edicto que me condena. Mis ojos, cegados por la oscuridad, apenas pueden leerla. Con una risotada gruesa, el carcelero acerca su candil y señala con el dedo algunas palabras: PERDON IMPOSIBLE QUE SE CUMPLA LA SENTENCIA. Y se va, cerrando la puerta con un golpe implacable.

*
Los insultos y las risas que jalean mi muerte quedan ahogados por el amargo NOOO!!! de aquel a quien un día salvé la vida. Clavo mis ojos en los suyos, y veo antes de morir cómo la rabia y la impotencia resbalan lentamente por su noble mejilla.

martes, 1 de abril de 2008

permitàmonos suspirar que son pocos ya los que lo hacen

franjamente sensible y agradecida




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