Nuevos plagiarios por anticipación (y siguen)
Hace tiempo que tenemos un poco olvidados a nuestros ancestros, y eso no está bien, eso no se hace. Por otro lado, en nuestro frenesí por encontrar plagiarios anticipatorios del más puro autobombismo ombliguil, hemos olvidado a aquellos jugones verbívoros que han dado de mamar a nuestras neuronas posmodernas.
Así que quiero rendir desde aquí un risueño homenaje a esos tres magníficos jugones de lengua afilada como son los tres mosqueteros de Alexandre Dumas, y en especial al plumífero Aramis (no confundir con la futuróloga de pelos pintos), que se atreve en la primera parte de la novela con un reto anticipatoriamente oulipiano y autobombástico: el poema monosilábico. Traduzco patateramente del original (si alguien encuentra la traducción, que la cuelgue):
"He empezado a escribir un poema en versos de una sílaba; es bastante complicado, pero el mérito de toda empresa radica en la dificultad. Es de tema galante, os leeré el primer canto: consta de cuatrocientos versos y dura un minuto".
En fin, ¿alguien se atreve a emularle?
Me despido a lo mosquetero (aunque si no me equivoco, la famosa frasecilla no aparece en la novela...): ¡Todos para uno y uno para todos!
1 comentario:
1) Parece que los encuentros en la tercera frase están siendo un éxito (me ha molao mazo el último "encuentro" de nuestra chinita Leli). A ver si sigue el ritmo.
2) He incluido a la enana regia "al pie del cañón", espero que no nos defraude con un silencio excesivamente prolongado...
3) Os echo de menos, cabrones.
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