domingo, 23 de enero de 2011

Pequeñas historias de un niño llamado Max

El pequeño Max ha encontrado unos preciosos caramelos en el armario donde su madre guarda la ropa de temporada. Los degusta poco a poco imaginándose que ese debe ser un gusto de mayores. Piensa que así tal vez debe saber la cerveza o el cognac i aunque no le gustan mucho está contento de haber encontrado el escondite de su madre y poder degustar los caramelos de la gente mayor.

Lo que no sabe Max es que esta primavera no llegará a ver la ropa apolillada que su madre descubrirá cuando vaya a sacar las mudas de verano.

4 comentarios:

el ogro dijo...

¡Vuelve Max! ¡Y trae caramelitos!

rotura inocente dijo...

es tan amable...

la polbín dijo...

Lo veía venir y me estaba relamiendo... ¡pero el final (tan sutil) es inmejorable!
I believe in Max.

leli en bolas dijo...

yo también lo intuía desde el principio, y acompañar el texto hacia la resolución es un placerazo (palabro que me invento y propongo).

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