viernes, 8 de febrero de 2008

El bombín boca arriba

(Tranches de vie en las que nuestra seña y símbolo pierde los papeles. Por favor, sigan el juego)

I.

Será porque ha llovido o tal vez porque estamos a final de mes, pero de ninguna manera puede deberse a que no me haya esforzado. De hecho, hoy toqué tres o cuatro veces mis grandes temas –que no son pocos- y modulé la voz con tanta precisión que de haberme separado de mi cuerpo, me hubiera puesto a aplaudir como un loco. Tampoco será por falta de gente: por la mañana me tocó el trasbordo de Paseo de Gracia, abarrotado de señores trajeados y de adolescentes con la marca de la almohada todavía incrustada al rojo vivo en las mejillas; y por la tarde, el vestíbulo de entrada de Rocafort, empapelado de amas de casa arrastrando a sus retoños como si fueran cestitos de la compra con las ruedas rotas. Sea por lo que sea, sin embargo, cuando a toda prisa he tenido que recoger mis cosas porque el malabarista colombiano se ha negado a disfrutar del final apoteósico de mi versión de “María”, el bombín seguía hambriento y desalmado. Cinco monedas, y de las de cobre, vestían pobremente su fondo, y lo hacían con tanta desidia que he tenido ganas de tirarlas directamente a las vías. Pero me he contenido. Las he guardado en el bolsillo, junto a un papel arrugado, emblema de mi humillación. Y ahora que me dispongo a ordenar mis decadentes beneficios y voy separando una a una las monedas, lo aplano sobre la mesa con el esmero de quien no tiene cómo ocupar su tiempo. Y leo: “Llámame. Te espero. 666 05 05. Maira”.
Mañana espero tener más suerte.

II.

La gente no sabe beber, no me cansaré de repetírselo a mis hijos. Sin ir más lejos, ayer, en la boda de María, un señor entrado en años y embutido en un smoking de impresión, terminó sacándose el bombín y vomitando en su interior toda una botella de tequila. Qué poca consideración para con los novios. Qué inmundicia. Qué vida tirada al traste.

E. Q

III.

"Entender la diferencia se convirtió por aquellos años en una frase repetida que, pese a perder su sentido en algunas ocasiones, gastada, se incrustó en la psique de casi todos, que reaccionábamos como si se tratara de un abracadabra moral, un supercalifragilísticoexpialidoso de ética urbana.
La progresión conceptual fue, como es natural, y metodológicamente apropiado, conocer-tolerar-entender. De la ignorancia sobre los otros y distintos, y tras digerir la primera sorpresa, indignación o exótico entusiasmo, se nos convino a tolerar a todo el mundo, a adoptar una circunspecta distancia desde la cual contener la reacción visceral de defensa o rechazo, o de ferviente adhesión. Entender es más complejo porque no admite el fingimiento, posible siempre con un austero respeto al prójimo o con la ostentación de saberes. Con lo que le cuesta a cualquiera comprender sus propias razones, entender las ajenas se empareja a la utopía más bienintencionada. Por no hablar del apasionamiento que salvaguarda y atalaya nuestros propios convencimientos tras la ardua batalla librada por su conquista.

Sin embargo, henos aquí, sabios, tolerantes y comprensivos, y enfrentados cada día con nuevos retos para nuestra noción del mundo y lanzados contra las cuerdas del desprecio a cada comentario sospechoso de eurocéntrico, patriarcal, esencialista, incluso de irónico; caminamos erguidos y seguros con un bombín amable y lustroso en la cabeza, que a la vez nos protege y nos atonta.

Por mi parte, víctima como todos de tal acoso panóptico, he sufrido el agravante de tener que vivir a expensas de mi extremada sensibilidad, lo que me ha hecho transitar por la citada tríada conceptual (conocer-tolerar-entender) muchas más veces que la mayoría de gente que comparte mi ciudad, mi supermercado, mis lecturas. Esta mayoría, equipada del tridente mágico facilitado por la intelligentsia posmoderna y subvencionada, se contenta, satisfecha, en tener controlados a un reducido número de grupos u otredades raciales, sexuales, políticas o religiosas. Mi tragedia es que en mi vida me presenta, indefectiblemente, con los grupos dentro de los grupos, los subgrupos más remotos e indefinibles, los individuos más aberrantes, más absurdos, más ilógicos o simplemente más feos. Habría que ver como el ciudadano de a pie, incluso el gestor cultural o el curador más periférico y concienciado, reaccionarían ante el contacto con muchos de los individuos con los que me ha tocado lidiar en demasiadas ocasiones. ¿Quién sabría, en primer lugar, a que lugar ir para ver a un joven de unos treinta años, sentado con parsimonia en el fondo de en una bañera donde los asistentes a la fiesta orinan incansablemente? ¿Quién toleraría trabajar con el disminuido que canta voz en pecho las canciones de Mónica Naranjo? Y quién podría darme alguna pista para entender los motivos que llevaron a Maira Tepre (con quién perdí todo contacto hace años—no, este artículo no es una botella con mensaje) a abandonar trabajo, familia y amigos por una pasión arrolladora por los combates de boxeo?

Recuerdo ahora cierta conferencia en la que …"

en “ABCD las artes y las letras”, 7 de mayo del 2007

Leli Vorratxes pasa la pelota...

IV

Recuerdo ahora cierta conferencia
en la que los oyentes eran todos comensales.
Voraces deglutìan las palabras,
tanto que estas no llegaban a sus oìdos.
La sombrererìa general presentaba bocados
asemejàndose a percheros sin cabeza.
El bombìn orador no cesaba en su redondeo,
y los bocados no fenecìan en el sopor usual
tras una voràgine canibal.
.
Como un hormiguero de dientes
tragàndose su propia ornacina bucal.
El orador intentaba lanzarles la palabra traidores,
porque por todos es sabido
que cuando es un traidor a quien se tiene delante
es màs sencillo acabar con èl.
.
Impecables mordiscos acababan con la palabra...
.
Recuerdo ahora la conferencia
como un murmullo inteligible como un murmullo,
mientras froto las encìas sonrosadas de mi barbilla sin un solo diente,
auspiciado por su sonido de limpiacristales...

Rotura

y ahora...

V

9 comentarios:

Anónimo dijo...

bravo quilla, bravo el 7º monterrosaurio, y el manotazo de los flanes. que buenos soys todos, perros!

Anónimo dijo...

Me uno al bravo por el séptimo monterrosaurio (¿podría preguntar su anagramático autor/a?) , por los flanes y por Maira y cia.!!!

Anónimo dijo...

Recuerdo ahora cierta conferencia en la que los oyentes eran todos comensales.
Voraces deglutìan las palabras,
tanto
que estas no llegaban a sus oìdos.
La sombrererìa general
presentaba bocados
asemejàndose a percheros sin cabeza.
El bombìn orador
no cesaba en su redondeo,
y los bocados no fenecìan
en el sopor usual
tras una voràgine canibal.
Como un hormiguero de dientes
tragàndose su propia ornacina bucal.
El orador intentaba lanzarles
la palabra traidores,
porque por todos es sabido
que cuando es un traidor
a quien se tiene delante
es màs sencillo acabar con èl.
Impecables mordiscos acababan con la palabra.
.
Recuerdo ahora la conferencia como un murmullo inteligible como un murmullo,
mientras froto
las encìas
sonrosadas de mi barbilla
sin un solo diente,
auspiciado por su sonido de limpiacristales...

Anónimo dijo...

Quería escribir Vebo, pero la b salió corriendo y no estaba suficientemente en forma para salir a su caza.

Anónimo dijo...

en fin Quilla y Leli, gracias por saltaros todas las normas que habíamos decidido: estaban para eso. En cualquier caso espero que el Sargento nos congratule con la verdadera historia de la amante del boxeo que quedó encerrada en el ascensor o "Cómo ser el Potro de Vallecas".

Anónimo dijo...

los bombines, a veces, quizá pierdan los papeles, no hay nada de malo (sino humano) en eso; yo regalaría mi humanidad a un desalmado para que pudiera ser lustrado (portado y calado hasta las sienes) y erigirse en bombín y estar al tajo -aunque sea cabizbajo-.

Abrazosvarios

Anónimo dijo...

...hey, chicos e indeterminados!...
estamos empezando a parecer la parada de los monstruos...y no es un encomio o elogio...està ahì, ¿no lo notais?, dispersando el aire con su nube densa...
y sòlo apelo al nùmero ingrediente...sòlamente al nùmero...no sòlo nùmero somos nùmero somos...nos superamos en nùmero, aunque sòlo sea por eso...
o tal vez hayamos sintonizado estados para lelos, y estemos sin màs a otra.
hace semanas que andaba pensando en decìroslo.
pensar
decir
pensar
decir
pensar
decir
pensar
...
pensar
...
decir.

Anónimo dijo...

no entiendo qué quieres decir

Anónimo dijo...

que no deberiamos creer en la cuesta de enero...no màs...aunque sòlo sea porque somos 15 y somos màs que un 15...no màs...do you have another opinion...another opinion...do you have another hope-onion?????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????jajjjaajajajajajajajajaajajajajajajajaajajajajajajajajajajajajajaajajajjajajajaajajajajajajajajajajajajjajjajajajajaaj...
sigh!!

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