Las manos, tienen pies.
(S.Pioje)
El árbol del parque se mantuvo despierto hasta principios de otoño. Aquel día Adam decidió cobijarse en uno contiguo, molestando esto sensiblemente al primero. -Tal desafecto se resolvió con un par de hojas suicidas- pero Adam, ajeno a ello, se detuvo un instante en la hierba, descaminando su rutina, ante una de aquellas hojas en las que todavía perduraba un atisbo de esplendor; necesitó tan sólo una fugaz mirada para inconscientemente entender que aquella hoja buscaba un camino diferente en su extinción. Decidió casi sin querer, rescatarla de la intemperie y observarla con detenimiento más tarde, una vez recogido en su hogar. Y, aunque con miramiento pero sin excesivo interés, la resguardó, de regreso, entre las hojas de su bloc de notas dónde, muy a su pesar, aún permanecían en blanco las hojas de aquél día y el contiguo; y desde entonces, irónicamente inconexas por otra hoja, moribunda y natural.
Zafándose, horas más tarde, de la maldita sábana que retenía sus pies, se incorporó en la cama asaltado por una efervescencia, una discusión que había mantenido bares antes, con sus compañeros de barras acerca de las líneas de las manos. “Incomprensiblemente –se decía- mientras se otorga significado a unas, se margina a otras: las líneas de los pies. Y, claro, todo el mundo sabe decir uno, dos e incluso más significados de dichas líneas en las extremidades superiores pero nadie toma conciencia de la importancia de las que se dibujan en las inferiores. Salvo en una ocasión, al nacer, cuando todos recibimos, rechistando y agitando las manos, un pincelazo de tinta negra para robarnos exclusividad y lacrarnos, de manera insulsa, en la burocracia. Pero eso ya nadie lo recuerda.”
Así fue cómo Adam, decidido, agarró la pluma y el bloc, y abriéndose éste caprichosamente dejó caer un improvisado punto de libro agonizante. Adam observó la lenta y blanca caída desde el 'hoy/mañana'. La hoja se posó en el suelo de tal manera que el flexo del escritorio le dejó ver con claridad la ausencia de nervaduras, la ausencia de líneas en sus propias manos.
8 comentarios:
Inquietante, Pioje, muy inquietante... Supongo que se trata de aquel Adam que un día le dijo a Eve (convirtiéndose por palíndromo interpuesto en el primer precursor autobombástico): "Madam, in Eden I'm Adam"...
Siguiendo con el juego es que:
"Adan no calla con nada"
Bé, Pioje!!!!!
(addendum dramàtic:l'hora del descobriment podria ser les 12 en punt, que com la fulla dins del bloc, no està situada ni a l'avui ni al demà i com l'Adam genesíac no té passat i tampoc sap que és el futur perquè ningú l'ha experimentat)
Ya vale desarrimarte de un árbol si encuentras un camino de hojas que te inspire tan buenas líneas como estas. Ya vale que se te borren incluso las líneas de tus manos si se convierten en líneas como estas. Ya vale que las manos tengan pies, pies de página, se supone, o de hoja.
Yo siempre me quedé embelesado ante esas hojas que se suicidan para agarrarse a tu mano antes de caer: hojas que no tocan el suelo. No sabía qué era lo que pasaba con ellas y las imaginaba órficas, llenas de misterio. Ahora lo sé, Pioje. Se convierten en piedras luminosas en manos del orfebre.
merci, merci... colectif!
sí polbina, (adam) se entenderá mejor en próximas entregas... pero buenisimos palindromS i burrot (quin honor!) a veure si puc jo afegir-te'n un (d'addendum)aviat... merci, ogri
S.P. (des de La Granada, Alt Penedès)
uno de los textos más hermosos leídos últimamente. els aire del Penedés senten bé, guapo.
La Vorratxa
boníssim Pioje, a mitja nit aniré al bosc, intenteré domesticar algún arbre perquè em cedeixi les seves fulles, tinc a mà les obscures nervadures de l'Abu, i les restes de carbó del foc a terra que ara crema. Enmig de la foscor probaré d'invocar a il zar, ben segur que s'entusiasmarà.
sí, zorrina prova-ho que esperem al Zar como agua de mayo...
i
foc a terra, has dit foc a terra, jodía? Yo quiero....
Saludus
per cert, Abu?
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