sábado, 23 de abril de 2011

Pequeñas historiasz de un niño llamado Max

El pequeño Max va por primera vez a las Ramblas el día de Sant Jordi. No hay dragones y las rosas huelen a violeta y a jazmín, pero le gusta ver a la gente amontonada encima de los libros, leyendo a fragmentos, intentando adivinar si el libro que están a punto de escoger les va a gustar, si va a llenar ese incómodo espacio vacío de lo que no se sabe. Centenares de piernas le empujan y sólo ve a sus padres a través de pequeños fragmentos de cielo. La gente que busca historias le arrastra y moldea su cuerpo como piedra de río. El pequeño Max, agarrado al principito en pop-up, va dejando un reguero de sangre para que no se pierda el dragón.

5 comentarios:

rotura tolkien dijo...

estàs empezando a convertirte en una escritora de leyenda...the legendary Zorra

leli dijo...

si con esto llegamos a 40, es prueba de que el camino ha valido la pena. Me quito la rosa, la lanza y la biblioteca y las pongo a tus pies, gran zorra principesca

leli dijo...

si con esto llegamos a 40, es prueba de que el camino ha valido la pena. Me quito la rosa, la lanza y la biblioteca y las pongo a tus pies, gran zorra principesca

cirujana polbina dijo...

¡Lo mismo digo, Zorrilla! Y ahora que hemos cantado las 40 y has dejado volar tu imaginación más depravada, vamos a ponernos el mono de cirujanos. ¡Nos vemos en el doc! ;-)

burócrata letal dijo...

me quito el bombín para celebrar estas últimas tres entregas máximas.

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