viernes, 8 de abril de 2011

Pequeñas historias de un niño llamado Max

El pequeño Max tiene examen de geografía. Ha estudiado aunque se entretuvo jugando. Max llega a classe y ve a todos los niños nerviosos. Es el primer examen de su vida. Se sienta en su silla y las cosas aprendidas y costosamente memorizadas emprenden un baile caótico en el que el pequeño Max banamente intenta poner orden. Cuando le ponen la hoja delante y lee las preguntas, Max se da cuenta de que no sabe nada de nada. De repente no está seguro ni de cuál es la capital de España, mucho menos de dónde está Montevideo. Antes de confesar s ignorancia o de mostrarla colocando nombres al azar, el pequeño Max decide cortar por lo sano y con el papel del examen se corta las venas y abre un gran surco en la piel con la ayuda del lápiz. En su hoja aparecen nuevos continentes rojizos a los que no llega a poner nombre.


2 comentarios:

rotura jimènez "el estudiante" dijo...

...sì, yo tambièn tenìa esos acojones, que si blanco que si negro, que si palabras, que si cha-cha-chà, que capitales y ecuaciones...y un mundo que se habrìa sobre mi cabeza y el escritorio de mi padre cuando me disponìa a estudiar...y todo justo antes de un examen...y antes...y despuès...y ya nada

el ogro dijo...

Bueno. Parece que se abre la vida en cuanto a los suicidios de Max. Eso de cortarse las venas con papel en blanco siempre me ha tirado. Rojo sobre blanco. Bonito.

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