martes, 14 de julio de 2009

Nona versión de la rana transformada

Nunca la tranquilidad caminó ella por el paseo, las faldas que recibían mal ese nombre, el sinuoso movimiento que reta el vuelo. Mirada digna pero superviviente que la obliga a fijarse en lo que merezca atención. Entonces, no entraremos en la retahíla de sus desventuras, se volvió hacia la rana, y el amfibio dijo:

-Besáme, soy un prínsipe.

Su tacón afilado se insertó con sinuoso sonido en la verdosa viscosidad del sapo.

-Créeme, no estoy yo para aguantar borbones gangosos.

Recordó, sin embargo, el poder alucinógeno de las ranas venenosas sudamericanas y le dió un lametón. Mientras sus mal llamadas faldas seguían su último contoneo, ella caía al suelo del paseo. Se adentró en los filamentos de la tela del cuadro de un pintor loco, entendió la holografía de la costa de Formentera, proyectó una inmobiliaria en Camerún, e inició un viaje que la llevaría por varias regiones paratextuales: se hizo epígrafe, se intituló reina de la República, notó que las citas comían sus pies y se distendió como clara de huevo hacia las orillas del texto. Murió sin tiempo para echar de menos a la rana.

Por Zorra Alevín.

7 comentarios:

la lectora bruta dijo...

Bravísimo!

la postilla de rotura dijo...

yeah! yeah! yeah! ... estamos todos de crisis, pero cantamos de contento ... abro mi rotura a su excelencia ...claps!claps!claps!

aniblop dijo...

Y la polbina dijo: quién fuera rana lamida!
Chapeau para la grande Alevina (si el oxímoron es admisible, claro)...
Por cierto: ¿qué día es mañana?

Rotura D. dijo...

el dìa del juice final

El gordo justiciero dijo...

Y hoy nos complacemos en echar a...

enana dijo...

echemos al arcángel Miguel a la boca del Leviatán también. ese tipo siempre me dio rabia

enani :) dijo...

Leli, propongo una nueva portada autobombástica con el motivo de un juicio final

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