La rana que quería ser feliz
(versión libre de la rana, por pere rovira)
Tranquilamente, caminaba ella por el paseo, faldas en ligero pero suficiente contoneo. Mirada alta pero suficientemente ligera para poder posarse sobre lo que atrayera su atención. Entonces, y para abreviar, se volvió hacia la rana, y la rana le dijo:
- ¡Cuidado! Casi me pisas.
- ¿Y tú de dónde sales? - contestó sorprendida ella.
- Soy un príncipe. Es decir, era un príncipe. Quise abdicar y me convirtieron en rana.
- ¡Quiero besarte!
- Te lo agradezco, pero aunque al principio pasé una depresión de caballo, he llegado a la conclusión de que prefiero ser rana que príncipe.
- ¿Por qué? Podríamos vivir juntos, tendríamos dinero, hijos, seríamos felices. ¿Acaso no te gusto?
- Eres guapilla, sí. Pero no eres tú el problema. Me gusta ser rana. Soy feliz croando. Soy feliz en la charca. Soy feliz escondiéndome de los muchachos y evitando que chiquillas como tú me aplasten con sus afilados tacones.
Y, contoneando ligeramente sus faldas y sus dudas, ella siguió caminando. Al poco, sin embargo, se dio la vuelta. Algo no cuadraba. Buscó a la rana. La apresó violentamente. La besó a la fuerza.
-A mí nadie me dice que no. Y menos una rana, imbécil.
Y ahora sí, tranquilamente, siguió caminando en dirección a Atocha, sin ni siquiera esperar a la transformación de la rana en príncipe.
Como la vida misma.
9 comentarios:
Muy bonito, pero la autorría no se la cree ni el que asó la manteca.
jaajjajajaajaj...lo mismo guisaba yo
si Pere Rovira levantara la cabeza, firmaría las primeras líneas idénticas a la primera versión, pero las restantes, no sé, no sé..
Tengo pruebas de que se trata de un texto rovirático. Me sorprenden, asimismo, las dudas que encuentro en estos comentarios: ¿acaso no resplandece el estilo del autor, su fina ironía, su aire ennuyé y decadente? Yo brindo porque PR aún nos acompañe.
Para mí ha sido tanta la alegría por no perder a Pere Rovira, la esencia del anagramatismo, que me tapo los oídos ante tan blasfematorias acusaciones. Tres bombines por ese final tan propio del realismo rovirense!
además, a quién si no a Pere se le ocurriría hacer un autolink?
estimados y estimadas, ¿por qué no iba a ser yo? por supuesto que lo soy, no entiendo las dudas. como bien se apunta en el último comentario, el autolink rebela mi identidad de manera irrefutable. y confirmo que las pruebas de leli no ha sido son auténticas. gracias a ella sigo en el colectivo...
Yo nunca dudé de la autorría rovirática. A mí me susurró el texto entero mientras dormía en mi cama, coma a coma y punto por punto...
no cabe duda, haced sitio.
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