martes, 22 de abril de 2008

El estrecho desde la lìnea de la concepciòn

El estrecho revienta su tamaño cuando te acercas(el estrecho se hace gigante).Pròximo a Gibraltar con las olas batiendo el borde del puerto. No hablas porque el viento de abril en la costa arrastra con fuerza el menor obstàculo que se interponga. La luna del mes, cerca de ser llena, es una torre de la roca del peñòn. Sin otras aves que las gaviotas. Puede ser que no las vea o que no estè lo suficientemente observador. Las aves. La mente se pregunta què es y dònde estarà el paraìso porque aquì todo parece perdido. El paraìso. Cerca del estrecho la tierra parece màs bien una isla, la brisa habla para volverte loco de abril a punto de lluvia, y zarandea las señales de metal y las que son màs pesadas que el metal. La brisa empuja como para tomar una decisiòn y nadie emprende nada a no ser que se marche de aquì.Y me gusta. Me gusta la sensaciòn de no ser de aquì, tan cerca del extranjero fronterizo. Yo, mensajero de rutinas peregrinas. Tengo la sensaciòn de que en este lugar la gente no tiene ni con què morir. Pobreza que aparenta ser pobreza porque comen. Eso sì. Comen. A pesar de ser inertes comen. Vivir en este lugar serìa verse preso en un engrudo soleado entre oriente y poniente. Les salva el estrecho pero no sè de què les salva. De què hay que salvarse. Aquì la gente no se muere, los cadàveres llegan flotando a las playas para aumentar la poblaciòn. ¿Què les incitarà?. Hay algo que no se puede pronunciar (ad)herido en el techo del paladar que aumenta a cada segundo. No hago ni un àpice de esfuerzo por investigarlo. Mejor asì. Me he dado cuenta de que no puede dañarme porque no procedo de esta parte incunable de la tierra. El misterio supura para agrietarse en una ràpida deshidrataciòn, y hacerse uniforme con la superficie oxidada por el salitre. Visto desde un lugar fuera de este lugar dicen que es bonito, que es un cruce de secretos. Es cierto. Es maravillosa la informidad que improvisa majestuosas esculturas estriando una costa que nunca llega (una costa
fundiciòn del proceso). Su òxido irisado es ciertamente hermoso. Impresiona este gigante tumbado llamado estrecho frente a la lìnea de la concepciòn. Bastan un par de horas cada dìa frente al estrecho cuando el dìa se acaba. Esculpe desde la mano y el cristal monumentos para el papel hasta que el frìo se hace con uno y los motores no arrancan. Se ahogan. El paisaje se asienta sobre la encalada tanca que limita el paseo marìtimo opuesto a Gibraltar. Baja. Blanca. De piedra y poniente. Y anochece hasta volverle a uno invisible habitàndome indiscriminadamente.
No trato de sentirme bien. Soy y ya està sin tràmite que adoptar. Extranjero
frente a un estrecho perfecto y definitivo.

(Reza la Franja)

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Las crónicas del viaje cuando el viaje se mueve son siempre más verosímiles.

Anónimo dijo...

Gracias por extenderme el mensaje del móvil. La proesía te sienta bien.

Anónimo dijo...

se me olvidaba mencionar ese fantástico encuentro en la 3ª de nuestra amiga Ilesa de nuevo coqueteando con los gusanillos. Debería usted hacerlo más. En mi humilde opinión se le da muy bien dibenedetear, con perdón.

Anónimo dijo...

tendrè que encuentenearlo a usted oh!querido mi ogro

Anónimo dijo...

bieeeen!! franjamemte agradecido sra reza por su texto.

Anónimo dijo...

Por cierto, sra laika, una petición del público: recupere ud. para este espacio su relato del grano de arena que le leí antaño.
(Creo que los encuentros en la tercera frase bien merecen la posibilidad de ser comentados).
Bon Sant Jordi a tothom i totdon.

Anónimo dijo...

alguien dijo que no quería una maleta, ni un amor, ni un amigo tan sólo el cielo sobre su cabeza y el camino a sus pies...

falta un lápiz para unir a ambos

como en estas lineas

merci, rotu

Anónimo dijo...

stevenson, para los mas avezados...

Anónimo dijo...

me siento halagado por stevenson, pero me gustarìa saber quien empuña a stevenson...gracias del todo corazòn

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