domingo, 24 de abril de 2011

WG, Episodio 20, por El Ogro del Sí


Ver Episodio 19


Tenía que encontrar algún sitio donde pasar la noche. Eso era lo único que me importaba y no las conversaciones y negocios con el doctor, ni las divagaciones de una fulana ruso-rumana dispuesta a comprometerme por todas las medias. Por otra parte, la proposición del doctor podría arreglar todos mis problemas monetarios y agilizar mi vida en Berlín. Tal vez pudiera llegar a obtener un piso con un régimen como dios manda y dejarme de tonterías. Por primera vez se me presentaba la oportunidad de prosperar en la vida. ¿Debía traicionar a Hans-Georg y venderla a las perversiones del doctor? ¿Quién sabe? A lo mejor estaría dispuesta a hacerlo. Tampoco perdía nada con probar. Después de todo estábamos en paz. Ella había salvado mi vida, yo había salvado la suya. Todo esto era cierto, pero bajo la máscara erudita y malhumorada de Hans-Georg me parecía haber encontrado un amigo, el primero desde que llegara a la ciudad, el primero en muchos años a decir verdad, el primero en toda mi vida, si había de ser sincero. ¿Debía arriesgar eso por salir de la miseria? Bueno, estaba claro que sí debía hacerlo. El doctor Hoffmann, incluso la enfermera Valeria, podrían ser a partir de ahora mis amigos. Por no hablar de Billy. Me caía bien el tipo: correcto, educado, bien vestido, solo hablaba cuando se le interpelaba… Un hombre cabal. De modo que entré en la coctelería de nuevo, de mala gana sí, pero ya dispuesto a traicionar a mi único amigo, o por lo menos a contarle la idea y tal vez salir de la miseria de una vez por todas.

Hans-Georg seguía tumbada sobre la barra tal y como la había dejado, bocabajo, completamente espatarrada.

—¡Ahhh! ¡Gówno! ¡Qué asco! Menudo bromo de mal gusto —dijo Valeria, al percatarse erróneamente de que se trataba de un peluche—. Supongo que el juguetito, será suya, señor Amor. Muy gracioso —añadió con cara de disgusto mientras apartaba a Hans-Georg empujándolo con el codo—. ¿Lo usa para seducir a sus conquistas?

—No —contesté volviendo a colocar a Hans-Georg sobre mi hombro—. Como atracción de feria. ¿No es así, doctor Hoffmann?

El doctor me hizo un gesto con el dedo para que fuera discreto y yo me quedé esperando su respuesta para continuar la farsa que me propusiera.

—Sí. Es un bromista nato, el señor Amor. La he llamado, Valeria, precisamente por eso. Quería celebrar mi nueva amistad con Odiel, que es nuevo en la ciudad, igual que usted. Por eso he pensado que no estaría mal que se conocieran. Me parece que pueden congeniar, y no solo de pan vive el hombre, ¿eh? —dijo dándome un golpecito en el brazo con camaradería.

—Sí —dije sonriendo como un idiota sin entender nada.

Pensaba que la enfermera Valeria se ofendería por aquello de tratarla como a un pedazo de carne que se invita a los postres y sin avisar, pero lejos de ello, pareció sentirse halagada. Se diría que sentía una extraña fijación por mí, algo que no comprendía en absoluto, pues la última mujer con la que había congeniado era mi propia madre y no tanto como para pensar en establecer ningún tipo de juego erótico con ella. Sin embargo, el perfil de Mickey Mouse del cuerpo de Valeria me miraba con impaciencia, invitándome. Llevaba una camisa de lino blanca, con los botones estratégicamente abiertos para que desde mi posición se viera el borde de un sujetador negro con puntillas y una incipiente aureola que presagiaba todos los placeres de un pezón erecto como un timbre al que llamar.

Si lo que el doctor pretendía era desviar la atención, estaba claro que lo había conseguido. Nunca subestimes las capacidades de divertimento de un viejo de casi doscientos años.

—Póngame un Bloody Mary —le soltó la muy picara a Billy—. Picante —explicitó haciendo hincapié en la efe.

Me imaginé a la condesa Bathory de Ecsed. Otra que tenía especial predilección por la sangre, aunque esta era húngara, transilvana para ser más exactos. Seiscientas treinta muertes a sus espaldas. Se me pusieron los pelos de punta solo de pensarlo.

—¿Y de dónde es usted, Valeria? —pregunté para salir de dudas.

—Hungría —dijo—. ¿No se nota? —dijo mirándome fijamente y quedándose en silencio.

Una sonrisa artera se dibujó en sus labios en forma de corazón y la aguantó ahí hasta que estalló en una macabra carcajada de sonoridades góticas.

—Sí, se nota mucho —dije por decir.

—¿Quería que le contara mi historia, no? —preguntó el doctor sin esperar respuesta—. Pues aprovecharé ahora que están los dos. Es larga y puede ser que no tenga tanto tiempo como para contarla muchas veces. ¿Cuántos años me echan?

Ambos nos quedamos callados y mirándonos sin saber qué decir. Ninguno de los dos parecía querer ofender el orgullo del doctor, pero lo cierto es que se le veía vetusto, arcaico, añejo, antediluviano, diría yo. Valeria abrió sus labios en forma de arco de cupido para decir algo, pero no fue ella la que contestó.

—Doscientos años. Ciento noventa y siete en realidad —dijo Hans-Georg con la mayor de las seriedades, saliendo de su letargo y alzando la cabeza con dignidad.

El doctor Hoffmann me miró fijamente, primero con cara de horror y luego de incredulidad. A mí me había dado la risa floja al ver la expresión que se le quedaba a Valeria, de modo que el viejo me siguió el juego y empezó a partirse de la risa él también, al tiempo que me señalaba con el dedo como si fuera el más celebrado de los cómicos. Aprovechó el momento de obnubilación de Valeria para decirme en su lenguaje de signos particular que le metiera la mano por detrás a Hans-Georg. Aparentemente quería que simulara que sabía ventriloquia, pero yo no alcancé más que a meterle un dedo a mi amiga rata por el recto.

—¡Auuuu! —aulló Hans-Georg—. No sabíamos que habíamos llegado a tal intimidad, señor Odiel Amor —dijo mientras yo apretaba los dientes y hacía como que controlaba sus movimientos.

—¿Es la bomba o no es la bomba este tío, Valeria?

—¡Joder! Es tan real que casi me da un patatús. ¿Se gana usted la vida con eso?

—Se la gana metiéndome mano en el culo —dijo Hans-Georg.

Yo mientras tanto intentaba sonreír, una sonrisa desencajada que a punto estaba de hacerme estallar los dientes.

—Es feo el rata ¿eh? Pero aún así es simpática. ¡Qué graciosa!

—¡Tu puta madre sí que es graciosa!

—Pero Hans-Georg, debes comportarte. Estás delante de una señorita. Esa boca, Georg, esa boca —dije rememorando los mejores momentos de José Luis Moreno en «Entre amigos».

—¡Ja, ja, ja, ja! Hans-Georg, pero qué nombre tan ridículo y ordinario. ¡Me encanta!

—¡Puta guarra chupacabras, húngara de los cojones! —profirió Georg saltándole a Valeria en la yugular.

Por suerte conseguí cogerla a tiempo y llevármela al baño, con la excusa de lavarle la boca, para explicarle la situación paso por paso. Me costó bastante arrastrarla hasta allí. Se revolvía en cuanto bajaba la guardia y regresaba a la barra para saldar cuentas con su nueva enemiga. No obstante, al cabo de tres refriegas pude encerrarla en el baño y explicarle nuestras circunstancias.

—¿Quieres ser una estrella mediática sí o no? A mí lo mismo me da. ¿Qué sacaré yo de esto? Seréis tú y el doctor quienes os llevéis la gloria. Yo… problemas, eso es lo único que me dará.

—Bueno, déjame pensarlo. Por el momento seguiremos con lo del ventrílocuo. Es más interesante de lo que pensaba. La forma perfecta de conocer a aquellos que piensan que no existes.

—No me dejes en muy mal lugar —dije abriendo la puerta del baño para volver a la barra.

La condesa de Bathory ya iba por el segundo Bloody Mary, así que casi me vi obligado a pedir otra copa. A pesar de que deseara marchar de allí cuanto antes y arreglar mi situación, el nuevo aire que daba el doctor Hoffmannn a mis perspectivas parecía el atajo más corto para conseguir mis propósitos. Los saludé a ambos con una leve reverencia, como si de mi auditorio se tratara, siempre con la mano instalada en el cuello de Hans-Georg, que aparecía más sumiso y guasón que nunca.


10 comentarios:

leli dijo...

hola,

que sí, que lo hemos leído pero vamos de culo montando editoriales y nadie tiene tiempo para comentar. A mí, el toque condesa húngara me mola, y además por todos es sabido se te da bien el tema magyar. Y lo del timbre, además de clara, es una sugerente metáfora que se añade al catálogo que WG ya lleva brindándonos.

polbinia dijo...

Jeje, yo había apuntado la misma frase (ya sabéis que me gusta eso de sacar una perla de cada entrada): "todos los placeres de un pezón erecto como un timbre al que llamar", juju... Por no hablar de la nueva aparición del perfil de Micky Mouse, claro.
La verdad es que WG se ha convertido en un folletín imprevisible: a muerte con él.
Esperamos max, cómo no.

puta punky terrorista dijo...

Ei, bueno, mierda ¡leo todo lo que publicáis tod@s, joder! (aunque luego no me acuerde de nada) si es que sirve de algo que yo os diga esto o que os diga esto a secas quien quiera que sea la entidad que habla a través de mí etcétera chis pón (y no conozco a nadie e igual sois tod@s fe@as y horribles pero me es igual porque aquí están todas vuestras jodidas almas (a ratos bellas o poéticas o inteligentes o graciosas) retorciéndose... retorciéndose antes de ser exterminadas por SATÁN (joas juas)porque en breve, sí, en breve EL APOCALIPSIS LLEGARÁ (déjame hablaar, déjame hablaaar..)

y si no así (así) al menos tengo la sensación de no estar tan sola y me lo paso divertido... tan borracha que he perdido todo sentido del ridículo o el honor (concepto burgués) ¡mundo de mierda! que ¿acaso no sea más que una trol cualquiera? ¿patética, infantil, indefendible humanamente? ¿sí? ¿eso pensáis de mí? ME DA IGUAL, y más aún en "virtualilandia" -¿y si nos arrepintiéramos?- (aunque nada da igual en realidad, esa es la verdad... en fin)

y dos poemas cortos para acabar, no me negaréis esto al menos ¿no? al menos intento la comunicación... o algo (bueno) (¡a muerte!) ¿NO?(he estado tan equivocada y perdida y marciana tanto tiempo, buah, BUAH... (que hace falta "más amor", eso también es verdad):

1

la nada, la mascarada, la patata masacrada

2

la nana, la mascarada, la patata masacrada

el ogro del sí dijo...

La literatura siempre es bienvenida. Créese un anagrama, publique literatura, ficcionalice su vida si quiere y dinamite nuestra página de una vez por todas. La contraseña le será entregada con sumo gusto si sigue usted el decálogo autobombástico.

puta punky terrorista dijo...

Vale, bueno, pues abrazo la fe ¡Creo en Autobombo! etcétera ¿bien así?

En cuanto al anagrama barajo varios -he estado pensando- : hedonista mongol, fanático superfluo, diletante furioso, visceral radical, colorín colorado, jony degüellazorras (esto como homenaje a burroughs, sin ánimo de ofender), endurgroind, psicópata simpático, erudito dime tú, utópico misantrópico, troglodita vanguardista, hiperperro, calamar sideral, neurótico estrambótico, alone & lonely, laconia, pituitaria's destroyers... etcétera ninguno de ellos satisfactorio hasta el momento (I hate myself)

please, please

que, no sé, no se me podría bautizar desde fuera y evitarme así la responsabilidad de una "identificación" (es que no tengo ego y soy una "perversión del arquetipo" ¿comprenden ustedes? etcétera...

jo, yo que solo venía a molestar y va y me aceptan o algo, qué bien pero estoy cagada de miedo, la verdad, pero bien, claro, prefiero eso a que me maltraten, of course... en fin, bueno, gracias...

y "puta punky terrorista" no vale como anagrama? no ¿no? ofensivo y agresivo seguramente, no? perdón, perdón... I'm so sorry...

Bueno, pues, qué sé yo, ya me dirá/n usted ustedes la contraseña y cómo se hace para publicar literatura aquí, con todo el cariño y el respeto -tampoco prometo crear mucho, solo si quiero, pero está muy bien abrir posibilidades ¿no?- y también cómo me llamo acaso (mi logo anagrama quiero decir) y quién soy ¿no? y si no ya me lo pensaré yo mejor que ahora mismo estoy agotando los cartuchos de mi rol de escoria barriobajera resentida, además de loca, por jugar, solo por jugar (a ver si me desengancho un poco y no pierdo la cabeza en fin bien bien bien bien bien bien bien bien bien bien bien bien bien bien bien bien bien bien bien bien bien bien bien bien bien bien bien bien bien bien bien bien bien bien bien bien bien bien bien bien bien bien...

Marta Polbín se pone seria dijo...

Ay, qué lástima, puta punky terrorista, con lo bien que habías empezado con esos dos poemas universos (aunque el guion no se vea, está) monovocálicos... Pero mujer (u hombre, o lo que seas), ¿cómo se te ocurre despreciar de esa manera el sacrosanto requisito anagramático? ¿Cómo puedes decir que estás dudando entre "hedonista mongol, fanático superfluo, diletante furioso, visceral radical, colorín colorado, jony degüellazorras, endurgroind, psicópata simpático, erudito dime tú, utópico misantrópico, troglodita vanguardista, hiperperro, calamar sideral, neurótico estrambótico, alone & lonely, laconia, pituitaria's destroyers"? ¿Pero no se te ha ocurrido pensar ni un instante en qué cosa sea un anagrama? ¿No has tenido la ocurrencia de abrir un diccionario? ¿Piensas que Zorra Alevín, S.M.R. la Enana (sic), Pere Rovira, Marta Polbín, Leli Vorratxes, La Zozobra Nonliga Besalento, El Ogro del Sí, D Tovi FranjaReza D Rotura Decente o El Burrot Català (por mencionar solo a los que están al pie del cañón) son nombres surgidos del mismo huerto que los que tú propones?
Piensa sobre ello, PPT. Y luego hablamos. Ah, las tradiciones están hechas para ser burladas, desde luego, pero también deberías saber que hay una regla no escrita que dice que los miembros del Colectivo Autobombo deben ser presentados en sociedad bajo el rito conocido como "el bautizo del calçot"...
Salud y Autobombo,
Marta Polbín.

Eriza Eros Ghrn dijo...

Perdón, sí que miré el diccionario (online) pero la verdad es que -acaso inconscientemente- me refugié en la acepción última de anagrama como logotipo emblema con letras (pensé que iba por ahí o no pensé más...) sin tener en cuenta, más bien, que en este contexto -tal y como se explica en la wikipedia, por ejemplo:

"Un anagrama (del griego ana: de nuevo, y grámma: letra) es una palabra o frase que resulta de la transposición de letras de otra palabra o frase. Por ejemplo:

AMOR - ROMA - OMAR - MORA - RAMO
ROLDÁN - LADRÓN
MONJA - JAMÓN - MOJAN
LÁMINA - ANIMAL
ESPONJA - JAPONÉS

Como vemos, las palabras de cada pareja poseen las mismas letras, con la misma cantidad de apariciones, pero en un orden diferente. En la lengua española los anagramas no poseen relación gramática alguna, salvando, quizá, alguna coincidencia. Es un procedimiento que se emplea con frecuencia en acertijos, juegos de palabras y formación de seudónimos."

...

No obstante, lo sé, mi fallo es imperdonable, así que si alguien me deja una pistola con mucho gusto me pegaré un tiro en la cabeza y me mataré...

Mientras tanto he creado un anagrama -ahora en serio, de verdad- para mí:

Eriza Eros Ghrn

¿qué tal? Yo creo que -de los posibles que he encontrado- es el que mejor expresa el sonido de mi alma... (aunque no exista), lástima que sobren consonantes, pero en fin.

Y ya está, se acabó la puta punky terrorista.

Saludos de la Eriza.

Eriza Eros Ghrn dijo...

Y sí, sí, creo en todo ello, a muerte.

1. Creo en Autobombo.
2. Es necesario creer en el autobombismo y es necesario crear y morir -bajo anagrama- desde él.
3. No hay lugar en autobombo para zoquetes inertes.
4. Muéstranos lo que tienes dentro, porque si yo lo hago yo digo que es bueno y si tú lo haces yo te apoyo en ello.
5. El autobombismo es un ser vivo que necesita nutrición, puede reproducirse y está preparado para (auto)mejorarse.
6. Autobombo no necesita de una cabeza visible.
7. Autobombo funciona mejor como un rizoma.
8. El bombo sigue girando y tú puedes sacar la próxima bola que evidentemente llevará tu nombre.
9. ¡Me cago en el puto ombligo y los estertores interinos del pelusillero agujero de la pseudofilantropía autobombástica!
10. Todo empezó en un Auto y esperemos no acabe en Bombo.
11. Esto no es un Decálogo.

Leris el Godo dijo...

¡Jajajajaja! ¡Creo que la Polbina se ha acojonao! Pero eso sí, hay unas reglas básicas del juego y puestos a dinamitarlo, hagámoslo en base a ellas.

ZANGRRRE i HESO dijo...

hola, bueno, también pudiera llamarme así. Por cierto, soy un hombre adulto ¿no me puedo llamar Eriza entonces? ¿o Ghrn no es válido como apellido? o ¿estoy haciendo algo mal? o ¿me tenéis miedo? ¿algún problema? Es que esperaba que algo sucediera y alguna puerta (o ventana) se abriese y he focalizado todas mis esperanzas en ello - comunicación, gente afín, autobombismo, sensibilidad, arte, quiero decir (y acato el decálogo procedimental (y su puta madre) y las reglas del juego y pongo mi mejor predisposición al servicio de la buena (o lo que sea) causa etcétera, insisto) y por el momento nada, solo un silencio desesperante y de pronto la vida que sigue con una nueva publicación del ogro que muy bien etcétera pero que yo así (subjetivamente) de nuevo ignorado y lejos y aislado y solo, sin existir, sepultado en la tumba fría, tan conocida, de la indiferencia del mundo más inhumano y cruel etcétera.
En fin, no sé, quiero decir que si quieres/queréis/quieren ya dirás/diréis/dirán algo, Marta Polbín u Ogro (cito solo a quien me ha aludido aquí) o quien sea. Y eso, y gracias, etcétera. Yo acabo con un poema de Erich Fried que es a su modo esquizofrénico una amenaza (DE MUERTE) contra todos vosotros, aunque a su vez, claro, todo lo contrario:


¡Ay, esos tibios!


Quienes abogan
por la guerra
sin malos tratos
Por las ejecuciones
sin crueldad
Por las condenas
sin ejecución
Por el encarcelamiento
sin maltrato
Por los interrogatorios
sin torturas
Por las torturas
sin daños permanentes
Por la explotación
sin consecuencias graves…
Benditos sean
sin bendición
o malditos sean
sin maldición.

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