El realismo transformado
Cuarta versión, by Marta Polbín
[Esta es una versión que pongo a la venta, por si se acerca la fecha límite -recordemos que es el 15 de julio- y alguien quiere comprar favores... El precio lo pondremos entre todos los que hayamos publicado, por supuesto, y lo compartiremos como miembros que somos del Colectivo más colectivizador que se colectivice.]
Tranquilamente, caminaba ella por el pastiche, la fantasía en ligero pero suficiente contrapunto. Misterio alto pero suficientemente ligero para poder posarse sobre lo que atrajera a su autor. Entonces, y para abreviar, se volvió hacia el realismo, y el realismo le dijo:
–Bésame, que soy un privilegio.
–Y eso?
–Soy un privilegio, forrao, pero me han convertido en realismo, ya sabes, los manieristas. Pero si me besas se rompe el hemistiquio, yo me convierto en un burlesco versículo, nos casamos y vivimos de quinésica maravillosa.
–No sé…
–Créeme: tras esta apostilla nauseabunda hay un receptor luminoso. Si vences tus prolepsis serás feliz.
–No sé, no sé…
Y tranquilamente, contoneando ligeramente sus fantasías y sus églogas, ella siguió caminando. Abandonó la ciencia-ficción, tomó un tropo en Atocha, se fue a Marsella, conoció a un pleonasmo loco pero muy divertido, lo abandonó para trabajar para una institución literaria, se cansó y se fue a Camerún a colaborar con un humanista. Más tarde, abrió una circunlocución en Formentera, pasó la versificación de su vodevil con dos jocosos con los que se lo hacía a la vez en el poema. Compró artículos. Aprendió a cocinar, Alaska le encantó. No, no echó de menos el realismo.
2 comentarios:
¡Tres ánaforas, un soliloquio y un bombín!
En la mejor tradición de críticos-escritores y multifacetistas omni, potentes, Polvina nos ha dejado con la elipsis en la boca y el corazón hecho una trama.
A mi, se me ha erizado la cola y soliviantado la teoría,...
¡Qué gustazo!
Me sumo a los celebraciones de la zorra: qué joya de la maestra polbín!
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