jueves, 10 de enero de 2008

nos faltó uno para ser matanza


Dientes fundidos, tela de pelo, cenizas fertilizantes, dicen que del cerdo se aprovechan hasta los andares. Y del hombre?
Contigo me haría una pandereta, de tripa fina. Tirante.

Nos faltó uno para ser matanza.

Me piensan sin atino. O eso pienso yo.
Me sientan y me cubren de guirnaldas de colores.
Me comen sin dolor, aunque con muy poca elegancia.
Me registran, me revuelven y me ponen del revés.
Investigan.
Me tocan, me palpan. Y yo me dejo, con una docilidad perruna.
Ladrido caliente, palpitante.
Cuando lo hacían el resto miraba. Con mirada de vaca. Y yo volvía a ser perro.
Chucho malherido al que le falta una pata.
No importa. Tengo otras tres.

Nos faltó uno para ser matanza.

Aceptabas el trato. Era lo propio, lo que había que hacer. Te haces mayor, ya eres un hombre.
Y yo miraba para atrás y buscaba lo anterior. Pero siempre quedaba a mi espalda.
Y yo me encogía hasta acabar a cuatro patas.
O a tres.

Me prefiero perro a matanza.

lotizne de brea

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Puestos a elegir mejor morder que ser mordido. Por cierto, ya faltaban por aquí cosas con mordente y lo digo por el ritmo no por el tema. Welcome back Loti.

Anónimo dijo...

si recibes, das?
en esta vida perra?

Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.