miércoles, 5 de diciembre de 2007

Cómic texteado

La verdadera historia de la desaparición del Ogro
capítulo I: Ogro

Si existe, la felicidad debe ser esto: anticipar un placer y que ocurra. Que ocurra con toda la fuerza, sin que ser consciente de ello le borre ni un ápice de su sorpresa, de su frescura. Esperaba que el otoño en esta ciudad fuera así, dorado y verde y rojo, triste, lento como este río que la cruza y que habla de lejos y del tiempo, de realidades dulces como el cansancio. Me quedo de pie en los puentes, mirando a las dos riberas, a los edificios que levantan sus puntas y cúpulas hacia un cielo donde no hay nadie.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

usted tiene mano sin duda tiene usted mano sin duda sin duda mano, usted y tiene sin duda...buena acciòn narradora...deleite de los dientes de la sierra bien alineados con esmero

Anónimo dijo...

Es cierto que estaba con Andre, es cierto. No lo es que en la biblioteca había un psadizo subterráneo que conduciía hasta su casa. La verdad es que llegué a su palacete invitado para tomar un Risslin y me quedé allí. Tampoco secuestrado como se ha dicho. La Vorratxes me contó que mi tío se había extraviado. Lo había encontrado solo en casa hablando con sus sirvientes imaginarios; imaginando que aún estaban allí Gyulia la cocinera y Sàndor el mayordomo con su hijo Istvan aún puliendo el bronce de los candelabros. Lo cierto es que esos candelabros los había yo encontrado en las oficinas de intendencia de Iljia Burdakov, en lo que después se conocería como la Terror Haza. Allí los candelabros y allí los títulos de propiedad del palacete y de los terrenos ahora baldíos de la quinta de los Cárpatos. Qué podía hacer yo sino quedarme allí junto a él, simulando ser yo uno de aquellos sirvientes, dándole siquiera u n pequeño homenaje a la nobleza de mi familia.

Gracias Leli por encontrarme.

Anónimo dijo...

'Si existe, la felicidad debe ser esto...' que uno fotodibuje, te texteen y tu Leli la narres... con estilo asombroso, de otros lares.

Salut y Autobombo, my friends!!

Anónimo dijo...

"Nunca me perdonaré no haber podido ir a Budapest", dijo Pol Bin una noche de copas...

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