miércoles, 26 de mayo de 2010

Más rinconetes

El anagrama de Marta Polbín sigue haciendo de las suyas... Aquí van sus dos últimos rinconetes:

Inventos españoles (3): el chupa-chup
Inventos españoles (4): la greguería

Pregunta: ¿es el autobombismo un invento español?


lunes, 24 de mayo de 2010


Seguimos con onomásticas: en esta ocasión recordamos la tradición de construir tótems de buen augurio futbolístico de nuestro querido Pere, y en su homenaje bombineamos uno. Per molts anys!

viernes, 21 de mayo de 2010

...balada del lloròn
cercenar con sal despuès
de las mejillas àcidas...

domingo, 16 de mayo de 2010

Fèlicìdàdès!!!

Hace hoy algunos años, nuestra quèrìdà


Decente apareciò en este mundo y desde entonces, siempre hay un motivo para celebrar a Franja

martes, 11 de mayo de 2010

Shoji Ueda


WORKS

lunes, 10 de mayo de 2010

El peso de un cuerpo en el mar

El ancla estaba pesándole mucho. La arrastraba desde la cadena con la ayuda de los dos brazos y andaba con el cuerpo inclinado hacia delante como debió hacerlo Sísifo para mover su condena.
Diez pasos más y descanso, se decía. Sólo en dar el siguiente le parecía estar dejando años de su vida. Un poco más, la cadena enrollada al cuerpo, la herrumbre tiñendo su piel de óxido. Un poco más, pero los pies que se hundían en aquel desierto. La arena subía por los tobillos hasta que daba el paso siguiente, no dejaba de hundirse y tenía la sensación de que si se detenía la arena le tragaría por completo. Sólo nueve pasos más y descanso. La monotonía de un mismo esfuerzo y unas mismas palabras de aliento y una única e ingraduable sensación de agotamiento, y otro paso. Sólo ocho pasos más y descanso, y ahora el mar en su tobillo y un escalofrío que casi le convencía de poder seguir adelante. Siete pasos y ahora los pies ya no le queman aunque duelan indeciblemente las llagas. Otro paso y descanso. Cinco pasos y el ancla entra en el agua después de arar un camino larguísimo en la arena. Cuatro pasos, con el agua en la cintura, el ancla, que ahora pesa menos y casi se deja arrastrar. Tres pasos, pero el ancla tira de su cuerpo y casi no puede sacar la cabeza para respirar. Demasiado esfuerzo. Todo su cuerpo moviéndose en espasmo: y eso es otro paso. Un paso. El último esfuerzo, después la desesperación sólo le permitirá dar bocanadas en el agua, abrir la boca como un pez en el aire.

martes, 4 de mayo de 2010

domingo, 2 de mayo de 2010

Salgo de la guarida porque sè que va a desplomarse sobre mì, quedarse dentro mientras se desploma serìa de idiotas y ya habrà despuès tiempo para rescates, por menos una mierda cualquiera, salgo de la guarida con el paladar polvoriento, los labios polvorientos, tengo sed pero la humedad se me queda lejos del paladar, de los labios, el polvo se desprende de la devacle asciende como cenizas en una pira incendiaria, los copos màs gruesos ascienden para luego decaer y asì hasta que el polvo màs fino asciende por encima y luego màs arriba donde todo es vuelo, abajo la destrucciòn, yo la destrucciòn, tras de mì la destrucciòn, por delante hierba que pisar, arriba el vuelo, es inevitable que ese polvo fino sea no sòlo parte del cielo sino el cielo en si mismo, el cielo la destrucciòn, no sòlo parte de la destrucciòn sino la destrucciòn en si misma.

Las pistas de la destrucciòn son la propia destrucciòn, què sucede, quièn destruye y por què lo hace, destruir por destruir, el orden de la destrucciòn no se puede saber, lo ùnico que se puede atestiguar es que ocurriò en algùn momento del dìa, un dìa como si el dìa entero fuera una madrugada porque no se espera, la destrucciòn no se espera, la destrucciòn una madrugada, se intuye y esto es asì en las madrugadas, en las madrugadas la intimidad, los sentimientos personales, el dolor...y cuando se aproxima la destrucciòn èsta no respeta el dolor, cuando lo que hay en juego es la destrucciòn no puedes respetar el dolor, o lo privado ni lo pùblico o los sentimientos indestructibles, llega la destrucciòn y te haces a un lado y dejas paso al daño y a las preguntas, y el orden no està claro, el orden no se puede decir, y todo madruga, todo es demasiado pronto, todo es repentino, el dìa entero una madrugada, todo que un antes tanto tiempo habìa tardado en llegar se hace ahora madrugada, la destrucciòn pronuncia mi nombre y yo pronuncio el suyo, sin orden, no se puede decir, la destrucciòn le pone voz a mi nombre y yo he tenido que salir de mi hogar, y yo la destrucciòn, tras de mì la destrucciòn...Parece algo general pero la destrucciòn se decapita sobre mì, en mi nombre, en un dìa concreto y hace que el dìa entero sea una madrugada...Dònde comienza y dònde termina la madrugada, el dìa entero, todo tanto tiempo y todo tan repentino, y cuàndo regresar y si no volvemos nunca y si se rompe todo tanto que se hace imposible reemplazar un estado por otro, imposible volver, es imposible volver...El caràcter de la destrucciòn y lo destruido y siempre una acciòn despuès y mientras sea asì el puente me pertenece, un estado y otro, lo imposible me pertenece, soy lo imposible, el puente me pertenece, me hago a un lado y la cuneta me pertenece, la acciòn, el destruyendo, me pertenece, la infancia, la inocencia, el puente, un estado, otro...La madrugada, el fin del mundo, las noticias, el polvo ascendiendo, el cielo, la destrucciòn...Despuès el rescate no añadirà màs que un consuelo, un rumor de gas, el incidente del que he hablado se oscurece, muere con la boca entreabierta, me convierto en la alianza de la destrucciòn, la destrucciòn, la lluvia, el sol, la hierba, la victoria del polvo en el cielo hacen que haya parecido un accidente...Mis manos me parecen las màs queridas de mi vida cuando justo antes, con lo imposible hacièndose real, mis manos eran destructores huyendo de la destrucciòn, yo que rechazaba la destrucciòn por sentirla alienante y es la destrucciòn mi querida destrucciòn, miro un trozo del infierno en mi mano, envuelvo como un regalo el infierno con mi mano y lanzo mis dos queridas manos contra mi abdomen cerrado, detràs el estòmago es una serpiente a la que han separado la cabeza, una infatigable sed de noticia accede a mì...Me hago cargo de la satisfacciòn, me hago cargo de la satisfacciòn del que ha salvado el pellejo, la satisfacciòn de haberme destruido, de haber sido la destrucciòn y tambièn de haber despegado parte de mì de esa destrucciòn, me hago cargo solamente ahora porque si no no lo habrìa contado.


(Rotura)

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